Contexto de escritura
Representación oral presentada primero en un evento virtual que conmemoraba el aniversario de la Alianza Internacional de Mujeres, y luego en una actuación en vivo en la plaza principal de la ciudad de Puebla, México, "Pandemia 2020" mira críticamente al impacto de la pandemia en la vida de las mujeres. Inti Barrios señala que, para muchas mujeres en México y en otros lugares, la cuestión del confinamiento se reduce a elegir entre aislarse y pasar hambre, o arriesgarse a salir a trabajar. Una pandemia que se convierte en un pretexto para ejercer un mayor control sobre la vida de las mujeres, exacerbando la inseguridad y la violencia a la que ya se enfrentan.
Pandémica 2020
Las últimas noticias de las autoridades sanitarias nos sugieren que el virus permanece durante horas en el aire : por lo que se sugiere cerrar los ojos, cerrar la nariz y finalmente, cerrar la boca.
A menos que sea para acusar a tu vecino y reportarlo al 01800 pandemia.
- Policía, esa persona no lleva cubrebocas!!!
- Mal, muy mal… Por qué no lo levantamos, le damos la madriza de su vida y así escarmentamos a todos.
Dejó de respirar a las 4 de la mañana
Perfecto, así no se podrá infectar
- Que no entienden?! Que no salgan de sus casas? Podría ser muy peligroso.
- Podrías encontrarte a la policía, por ejemplo (risas)
Yo sí, yo me quedo en casa, no como las personas necias que salen a la calle y no siguen órdenes. Qué les cuesta obedecer?!. Pienso positivo, todo lo mejor para mí y mi familia. ¡Con lo fácil que es ahora pedir todo! La despensa, la comida, todo llega directo a tu puerta, no hay necesidad de salir.
Me levanto cada mañana a buscar comida, no puedo encerrarme. Tengo dos hijos que no paran de decir que tienen hambre. La escuela dice que las clases seguirán por internet. ¿Cuál internet? Si a duras penas hay luz, ¿Cuál computadora? Me pregunto de qué país hablan, desde qué país planean, desde qué mesa con la comida puesta nos dicen que nos guardemos en casa.
No puedo respirar
Salimos a trabajar con el miedo de ser asaltadas, violadas, asesinadas. Aquí no para la violencia, esa es la pandemia, asesinan a diez por día según las estadísticas. No sabes si te toca… no hay edad. A la niña de la vecina se la robaron. Vendía pan en una esquina para ayudar a su familia y apareció tirada en un lote baldío. 8 añitos, 8 añitos tenia.
Me falta el aire
No es violencia, son violencias.
No es pandemia, son pandemias. Tienen diferente nombre: hambre, despojo.
Con el pretexto de la pandemia llegaron los proyectos de desarrollo, las eólicas se afianzaron. TU TUUUUUU (Silbato de tren). Nos invitan a subir a un tren y nos dicen que nos irá mejor que en el tren podremos vender directamente al turista nuestras artesanías o incluso pedir limosna.
- Se llama desarrollo, india estúpida. Aparte de prieta, pendeja.
No puedo respirar
Quédate en casa. Afuera el aire está contaminado. En casa estás segura.
Canción: No puedo respirar, sin tí, sin tus besos, sin saber cada mínimo movimiento que haces. Necesito controlarte, eres mía nada más.
Mi agresor no estaba en la calle.
Vive aquí junto a mi. Duerme junto a mi.
En estos días, el miedo en cada centímetro, de eso que llaman hogar.
Huesos rotos, ya saben que me caigo mucho.
Pero ahora sin contacto, ¿A quién pedir ayuda?
Sólo él. Afuera la policía, adentro también.
No es pandemia, son pandemias.
Soy invisible, no ahora, desde antes.
En casa me ahogo, me falta el aire.
No puedo respirar.
No te reúnas, no te organices.
La economía por encima de la salud, que mueran los que tengan que hacerlo.
Nosotras siempre hemos vivido en la emergencia.
Nuestro río ya estaba contaminado desde antes que empezaran a flotar cubrebocas y guantes de plástico en sus aguas.
La pandemia ya estaba aquí.
Me cuido, te cuido.
No me callo, pregunto, no dejo de preguntar.
La resistencia también estaba.
Estaban las madres, las hermanas.
Mi clan.
Están ella como esa luz.
Que veo a través de las gafas.
Como esa voz atrás del cubre bocas.
Como esa mano de apoyo que vence la distancia impuesta.
El abrazo no ha muerto…
Respiro.abc
El último trimestre de 2019 estuvo marcado por un estallido de protestas a lo largo de varios países en Sudamérica, la inconformidad salió a las calles y prometía no regresar a casa hasta hacerse oír y atender. Colombia no fue la excepción, ya que comparte muchas de esas realidades de la región, esa larga lista de demandas, tantas razones para levantar la voz y tomarse las calles, que la pregunta que surgía era ¿por qué había tardado tanto un levantamiento general?
Lo cierto es que en Colombia hay una gran deuda histórica en aspectos sociales, y no hay un punto exacto para hablar sobre las raíces de esta deuda social, al igual que no hay consenso para determinar el origen del conflicto que por décadas ha sumergido a Colombia en el dolor, la desgracia y la barbarie. lo que sí es preciso, es que ambos aspectos se han alimentado por los rezagos de viejas violencias, unas partidistas y otras por desigualdades, pero que juntas, llevaron a unxs en este país a alzar la voz y otrxs a alzarse en armas [1].
Ese 21 de noviembre de 2019, cada persona se cargó sus viejas y nuevas demandas y salió a las calles, alzó su voz y también sus cacerolas, nada más que ello y un puñado de ilusiones. Allí estaba el estudiantado exigiendo más inversión y el profesorado reclamando cumplimientos, estaba la clase trabajadora rechazando una feroz reforma laboral y otra pensional. No faltaron a la cita lxs ambientalistas también, condenando los permisos que concedió el Estado para las pruebas piloto de fracking, e igualmente, se sumaron quienes estaban indignadxs con que el Gobierno buscara privatizar las pocas empresas estatales que quedan y además, propusiera rebajar (aún más) los impuestos a las grandes empresas y multinacionales e imponer (aún más) tributos a la clase media, mientras cada año, la corrupción le quita al país, aproximadamente 50 billones de pesos [2].
Todas estas dinámicas políticas no son solo el reflejo del poder y las pretensiones de la derecha gobernante, sino también, de su escaza legitimidad. De hecho, demasiadas y nefastas reformas fueron pronunciadas por un presidente de quien la aprobación de su administración se situaba en un 26% [3].
Cada sector, al final, lo que buscaba era reajustar la agenda del gobierno según las prioridades y necesidades sociales, para así crear una real y colectiva agenda nacional, que representara a todos los sectores reclamantes, y que han exigido por tantos años la reivindicación de sus derechos ante un Estado que se halla ausente y poco garante. Entonces, ese trimestre estuvo marcado por protestas, manifestaciones, acciones públicas, tensiones, cacerolazos, toque de queda, todo un tire y hale de la ciudadanía y el Gobierno. A lo cual sobrevino también, una criminalización a la protesta social por parte del gobierno, una respuesta tan desproporcional como dictatorial.
El panorama político era desalentador y sin garantías, pero, aun así, un aire de esperanza recorría el país, que a pesar de la represión, se instalaba en cada plaza, en cada parque, en cada puente que congregó la ciudadanía en una sola voz y que, al unísono exigía un cambio, uno estructural. Y así fue como el nuevo año nació de las entrañas de esa esperanza, la de quienes por años le habían apostado por visibilizar las necesidades y las desigualdades de este país y quienes veían en el Gran Paro Nacional la primavera de la indignación.
Pero infortunadamente el 2020 trajo otros planes para el mundo: el Covid-19, un virus que resultó ser la gran pandemia de este siglo que llegaría para sacudir cada país, y donde Colombia, no sería la excepción. Una pandemia que aún recorre poco a poco cada territorio colombiano, dejando a su paso y a la fecha, las cifra de más de 1.399.911 casos confirmados y 38.484 muertes [4]. Pero, quienes conocen la historia trágica de Colombia, sabrán que, en este país ya se conocía antes una pandemia política de violencia con sus propias cifras y su propia crueldad.
La violencia en Colombia ha sido esa vieja pandemia que se extendió por las calles de las grandes ciudades, pero en especial, por los pequeños corregimientos, por esos territorios empobrecidos y abandonados por el Estado. Es una pandemia clasista, centralista y que le ha dejado a este país, según los registros, más de 8 millones de víctimas, que más que un número, representan desplazamiento y desapariciones forzadas, homicidios, torturas, secuestros, accesos carnales violentos, vidas silenciadas, familias destruidas… Reflejan un tejido social maltrecho y una sociedad hecha pedazos [5].
Y si bien, son muchas las teorías sin consenso sobre el origen exacto de esta desgracia que llamamos conflicto armado interno, lo que sí hay, es una certeza sobre el pico más alto, el fragmento en la historia de este país donde el tiempo se detuvo en desgracia de un pueblo, y este se dio durante los dos periodos presidenciales de Álvaro Uribe Vélez (2002 – 2010) en los cuales se presentó el mayor número de víctimas de la violencia armada en Colombia [6]. Junto al recrudecimiento de la guerra contra las guerrillas a nivel nacional, que se valió de la fuerza armada estatal pero también la paraestatal, en la actualidad, se le acusa a Uribe de promover, auspiciar y apoyar dichos grupos paramilitares [7].
Del 2012 al 2016 el gobierno nacional en cabeza del entonces presidente Juan Manuel Santos llevó a cabo negociaciones de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC- EP), que si bien, no han sido el único actor en este conflicto armado, ni la única guerrilla, sí terminó siendo la insurgencia más grande en términos proporcionales en el país, y que, para ese entonces, se consolidó como la guerrilla más antigua y activa de América Latina [8]. Entre dificultades y victorias, se logró la firma de ese llamado “acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera” [9] que buscaba contribuir en el alivio de la deuda social, sanar los estragos de la guerra y generar garantías para avanzar en transformaciones hacia la paz y la pluralidad democrática en el país.
Pero infortunadamente, el Centro Democrático, partido político que representa hoy el presidente Duque, se caracteriza en su oposición al acuerdo de paz [10]. Así que la implementación del acuerdo se ha visto obstaculizada con trabas, modificaciones, desfinanciación, ausencias de garantías políticas y persecución, registrando a la fecha, el asesinato de más de 200 excombatientes firmantes del acuerdo [11]. Este gobierno no sólo es irresponsable al no cumplir con lo pactado, sino también negligente al cerrar las posibilidades de negociación con otros actores armados, eligiendo la vieja receta militarista, es decir aumentando el presupuesto militar (se lleva el 3,1% del PIB del país) por sobre del social, situando a Colombia en el primer lugar de los países de la región con mayor gasto militar [12].
El Covid-19 ha sido entonces una herramienta útil del gobierno para silenciar las denuncias y las demandas sociales, la excusa para no afrontar el recrudecimiento de la violencia, una “mexicanización del conflicto” [13] que hoy posiciona nuevos actores, con más intereses económicos que banderas políticas y los cuales se disputan los territorios, esos donde ya no están las FARC pero tampoco llegó el Estado de manera social, y de esta forma, prolongando y degradando aún más el conflicto y sus ciclos de violencia.
Así que El covid-19 no vino a plantear nuevas violencias a Colombia, solo vino a recrudecer una realidad ya existente en el territorio antes de su llegada. Ha confirmado que la violencia en el país ronda no solo de camuflado, también se ha demostrado que la violencia está presente de múltiples formas. Por ejemplo, una vez establecida la cuarentena en el país, hizo que se duplicara el número de denuncias por maltrato intrafamiliar: solo en este año más de 508 mujeres fueron asesinadas bajo el delito de feminicidio [14], cifras que ponen en entredicho que “quedarse en casa salva vidas”.
En Colombia, no hay garantías de participación política ni respeto a la vida. En nuestro país, los contadores de muertos existían mucho antes de la llegada del COVID. Hoy, se registran 343 personas asesinadas en 81 masacres [15] y 289 líderes y lideresas asesinadxs solo en lo que va de 2020 [16]. Cuyas vidas fueron arrebatadas por la pandemia, la primera, la que se instaló hace años y se naturalizó en el país como forma de vida, como realidad cotidiana.
El problema de las cifras es que solo registran un número, no hablan de vidas, de dolores, de tristezas. Las cifras cuentan algo, pero no dicen nada, las cifras entonces representan todo, pero al final no hablan de nadie. Pero en Colombia, la focalización en las cifras ha hecho que este país no se conduela cuando se habla de la muerte número 10, 100, 1000 o 10.000, pero quienes saben la diferencia entre cada número, son las madres que han perdido los hijos y las hijas que se llevó estas pandemias. El dolor de una madre no distingue de categoría, solo siente, el país debería pues condolerse como la madre de todos estos muertos, de todos sus desaparecidos y desaparecidas; el mundo debería hablar más de vidas, de luchas y legados, que de las cifras que no recuerdan a nadie ni humaniza la barbarie.
Quienes defendemos los derechos humanos, cuando hablamos, lo hacemos desde el dolor, desde la foto de un desaparecido o una desaparecida, lo hacemos cuando encendemos una vela, cuando llamamos a la memoria, cuando resistimos al lado de quienes han dado todo y entregarían hasta su propia vida, porque ya ni la tierra les queda. Pero también hablamos desde la esperanza, porque esperamos que esos contadores se detengan, que la tormenta cese y llegue la calma que no conocemos, la paz de la que se habla en los libros y que estudian los académicos, la que tiene más que ver con la justicia social, donde haya un mínimo vital sin excepción, garantías para el acceso a la salud y la educación digna y el derecho a vivir una vida libre de violencias.
Es urgente que Colombia transite un nuevo camino político que reivindique su principio constitucional de ser un Estado social de derecho y no de derechas. Una nueva via que renueve las esperanzas, que agite las indignaciones y que reconozca un responsable real por lo que pasa en el país, no un virus hecho excusa para evadir las responsabilidades que solo corresponden al Estado, sus corruptos, las empresas, sus empresarios y sus actores armados.
Fotografía: Mandalas y fotografías - un acto simbólico para conmemorar a las víctimas de la violencia de Estado en una concentración del MOVICE (Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado) en Barrancabermeja, Colombia. Fotografía de Marcela Cardenas.
Notas: [1] Ámbito Jurídico (2016). “Los 12 ensayos de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas”, 5 de septiembre. Disponible en: https://www.ambitojuridico.com/noticias/informes-de-memoria-historica/constitucional-y-derechos-humanos/los-12-ensayos-de-la [2] Adelaida García, Maria et Marcela Cárdena (2019). “Algunas Razones que Motivaron el Paro Nacional en Colombia”, ECAP Colombia, 27 de noviembre. Disponible en: https://ecapcolombia.org/2019/11/algunas-razones-que-motivaron-el-paro-nacional-en-colombia/ [3] Chaves Restrepo, Mario (2019). “Aprobación del presidente Iván Duque cayó a 26%, según la encuesta Gallup”, Asuntos Legales, 7 de noviembre. Disponible en: https://www.asuntoslegales.com.co/actualidad/aprobacion-del-presidente-ivan-duque-cayo-a-26-segun-la-encuesta-gallup-2930060 [4] Minsalud- Ministerio de Salud y Protección de Colombia (2020). « Coronavirus (Covid-19) », 10 de diciembre. Disponible en: https://covid19.minsalud.gov.co/ [5] UARIV (2016). “Reparar a las 8 millones de víctimas del conflicto, desafío de toda la sociedad colombiana”, 8 de noviembre. Disponible en: https://www.unidadvictimas.gov.co/es/reparaci%C3%B3n/reparar-las-8-millones-de-v%C3%ADctimas-del-conflicto-desaf%C3%ADo-de-toda-la-sociedad-colombiana [6] UARIV (2020). “Registro Único de Víctimas”, consultado el 10 de diciembre de 2020. Disponible en: https://www.unidadvictimas.gov.co/es/registro-unico-de-victimas-ruv/37394 [7] Soledad Betancur, María (2015). “Álvaro Uribe, las Convivir y los ejércitos paramilitares”, Agencia de prensa IPC, 10 de octubre. Disponible en: http://www.ipc.org.co/agenciadeprensa/index.php/2015/10/16/alvaro-uribe-las-convivir-y-los-ejercitos-paramilitares/ [8] Agencia EFE (2016). “Farc: La guerrilla más antigua de América Latina que busca convertirse en partido político”, El Heraldo, 16 de septiembre. Disponible en: https://www.dinero.com/pais/articulo/los-puntos-del-plebiscito-de-la-paz-en-colombia-2016/231214 [9] “Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera” (2016, 24 de noviembre). Disponible en: https://www.unidadvictimas.gov.co/es/acuerdo-final-para-la-terminacion-del-conflicto-y-la-construccion-de-una-paz-estable-y-duradera [10] Semana (2017). “"Hacer trizas" el acuerdo con las FARC: ¿es posible?”, 5 de agosto. Disponible en: https://www.semana.com/nacion/articulo/uribismo-hara-trizas-acuerdo-acuerdo-con-farc-esta-blindado/524529/ [11] Semana (2020). “Van 216 excombatientes de las Farc asesinados: ¿cómo detener esta violencia?” 7 de agosto. Disponible en: https://www.semana.com/nacion/articulo/216-excombatientes-de-las-farc-han-sido-asesinados/685044/ [12] Paula Aristizábal Bedoya, María (2019 ). “El gasto militar de Colombia es el más alto de la región, supera los US$10.000 millones”, La República, 6 de septiembre. Disponible en: https://www.larepublica.co/globoeconomia/el-gasto-militar-de-colombia-es-el-mas-alto-de-la-region-supera-los-us10000-millones-2905034 [13] Martínez, Poly (2020). “El riesgo de «mexicanización», persigue a Colombia”, ABC, 23 de agosto. Disponible en: https://www.abc.es/internacional/abci-riesgo-mexicanizacion-persigue-colombia-202008230140_noticia.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F [14] Red Feminista Antimilitarista - Observatorio feminicidios Colombia. “Home”. Consulta hecha el 10 de diciembre de 2020. Disponible en: https://www.observatoriofeminicidioscolombia.org/ [15] Indepaz (2020) “Informe de masacres en Colombia durante el 2020. Consulta hecha el 11 de diciembre de 2020 Disponible en: http://www.indepaz.org.co/informe-de-masacres-en-colombia-durante-el-2020/ [16] Indepaz (2020). “Líderes sociales y defensores de derechos humanos asesinados en 2020”. Consulta hecha el 10 de diciembre de 2020. Disponible en: http://www.indepaz.org.co/lideres/abc
Notas: [1] Ámbito Jurídico (2016). “Los 12 ensayos de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas”, 5 de septiembre. Disponible en: https://www.ambitojuridico.com/noticias/informes-de-memoria-historica/constitucional-y-derechos-humanos/los-12-ensayos-de-la [2] Adelaida García, Maria et Marcela Cárdena (2019). “Algunas Razones que Motivaron el Paro Nacional en Colombia”, ECAP Colombia, 27 de noviembre. Disponible en: https://ecapcolombia.org/2019/11/algunas-razones-que-motivaron-el-paro-nacional-en-colombia/ [3] Chaves Restrepo, Mario (2019). “Aprobación del presidente Iván Duque cayó a 26%, según la encuesta Gallup”, Asuntos Legales, 7 de noviembre. Disponible en: https://www.asuntoslegales.com.co/actualidad/aprobacion-del-presidente-ivan-duque-cayo-a-26-segun-la-encuesta-gallup-2930060 [4] Minsalud- Ministerio de Salud y Protección de Colombia (2020). « Coronavirus (Covid-19) », 10 de diciembre. Disponible en: https://covid19.minsalud.gov.co/ [5] UARIV (2016). “Reparar a las 8 millones de víctimas del conflicto, desafío de toda la sociedad colombiana”, 8 de noviembre. Disponible en: https://www.unidadvictimas.gov.co/es/reparaci%C3%B3n/reparar-las-8-millones-de-v%C3%ADctimas-del-conflicto-desaf%C3%ADo-de-toda-la-sociedad-colombiana [6] UARIV (2020). “Registro Único de Víctimas”, consultado el 10 de diciembre de 2020. Disponible en: https://www.unidadvictimas.gov.co/es/registro-unico-de-victimas-ruv/37394 [7] Soledad Betancur, María (2015). “Álvaro Uribe, las Convivir y los ejércitos paramilitares”, Agencia de prensa IPC, 10 de octubre. Disponible en: http://www.ipc.org.co/agenciadeprensa/index.php/2015/10/16/alvaro-uribe-las-convivir-y-los-ejercitos-paramilitares/ [8] Agencia EFE (2016). “Farc: La guerrilla más antigua de América Latina que busca convertirse en partido político”, El Heraldo, 16 de septiembre. Disponible en: https://www.dinero.com/pais/articulo/los-puntos-del-plebiscito-de-la-paz-en-colombia-2016/231214 [9] “Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera” (2016, 24 de noviembre). Disponible en: https://www.unidadvictimas.gov.co/es/acuerdo-final-para-la-terminacion-del-conflicto-y-la-construccion-de-una-paz-estable-y-duradera [10] Semana (2017). “"Hacer trizas" el acuerdo con las FARC: ¿es posible?”, 5 de agosto. Disponible en: https://www.semana.com/nacion/articulo/uribismo-hara-trizas-acuerdo-acuerdo-con-farc-esta-blindado/524529/ [11] Semana (2020). “Van 216 excombatientes de las Farc asesinados: ¿cómo detener esta violencia?” 7 de agosto. Disponible en: https://www.semana.com/nacion/articulo/216-excombatientes-de-las-farc-han-sido-asesinados/685044/ [12] Paula Aristizábal Bedoya, María (2019 ). “El gasto militar de Colombia es el más alto de la región, supera los US$10.000 millones”, La República, 6 de septiembre. Disponible en: https://www.larepublica.co/globoeconomia/el-gasto-militar-de-colombia-es-el-mas-alto-de-la-region-supera-los-us10000-millones-2905034 [13] Martínez, Poly (2020). “El riesgo de «mexicanización», persigue a Colombia”, ABC, 23 de agosto. Disponible en: https://www.abc.es/internacional/abci-riesgo-mexicanizacion-persigue-colombia-202008230140_noticia.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F [14] Red Feminista Antimilitarista - Observatorio feminicidios Colombia. “Home”. Consulta hecha el 10 de diciembre de 2020. Disponible en: https://www.observatoriofeminicidioscolombia.org/ [15] Indepaz (2020) “Informe de masacres en Colombia durante el 2020. Consulta hecha el 11 de diciembre de 2020 Disponible en: http://www.indepaz.org.co/informe-de-masacres-en-colombia-durante-el-2020/ [16] Indepaz (2020). “Líderes sociales y defensores de derechos humanos asesinados en 2020”. Consulta hecha el 10 de diciembre de 2020. Disponible en: http://www.indepaz.org.co/lideres/abc
Gracias al COVID-19 ojalá y pronto llenemos los botes de basura con los inútiles Capitán América, Iron Man, Superman, Batman, Aquaman y demás fantasías hollywoodenses, mientras que campesinxs, pescadorxs, trabajadorxs de limpieza, domésticxs, y muchos otros de actividades esenciales vuelan con el super poder de crear bienestar para todos. Claro, estxs superhéroes y superheroínas deben sobrevivir primero, porque están muriendo sin que les importe mucho al Gobierno Federal y Provincial, por más declaraciones mediáticas que hagan.
Lxs llamadxs trabajadorxs esenciales en lugar de medallas reciben golpes, como la ilegal prohibición impuesta por infinidad de granjeros en todo Canadá que impide a muchos trabajadores extranjeros temporales (TFW en inglés) salir de las granjas a realizar sus compras. Otro golpe es el olvido y desatención que los oficiales consulares de sus países de origen (dichos “exportadores de mano de obra”) tienen para con sus conciudadanos, a grados tales que incluso amigos y familiares de los fallecidos por COVID-19 en Ontario, debieron organizar colectas para repatriar sus cenizas.
Lxs trabajadorxs mexicanxs vienen a los campos canadienses desde 1974 y, hasta ahora, el rol del gobierno mexicano ha sido deplorable. La justificación de su alcahuetería es que exigir derechos llevaría a los empleadores a reemplazar a los mexicanos por otros de cualquier parte del mundo. Por tal “razón” tienen medio siglo colaborando con el régimen semi esclavista y de apartheid que padecen sus conciudadanos. De ahí que no sea poca cosa que, por primera vez en medio siglo, aunque fuera tibiamente, el embajador de México en Canadá declarara una suspensión temporal del arribo de trabajadores a las granjas donde no existe seguridad para su salud. Además, el 16 de junio del 2020, vía telefónica, el Presidente López Obrador abordó el tema con su par canadiense [1]. Quizás eso llevó al primer ministro a reconocer que las cosas no están bien y a lanzar los máximos guiños declarativos presentados hasta hoy sobre los TFW: “Sabemos que hay muchos problemas -desde las condiciones de vivienda hasta el estar atados a una sola compañía o empleador, incluidos varios retos sobre los estándares de trabajo- que requieren ser revisados”. En otra rueda de prensa deslizó: “También podríamos explorar una vía para la ciudadanía que pueda darle a la gente más derechos”
El actuar de ambos gobiernos, sin duda, tuvo que ver con el fallecimiento de trabajadorxs, lo numeroso del contagio en las granjas, lo escandaloso de la inacción de la representación diplomática y, sobre todo, de la presión constante de organizaciones como la Dignidad Migrante Society (DIGNIDAD) que desde hace catorce años viene demandando derechos para los TFW.
Tema complicado
La ausencia de derechos tiene muchas aristas, actores y complicaciones, pero el mayor problema está con lxs trabajadorxs del campo, quienes cubren más del 60% de todos los trabajadores extranjeros que anualmente llegan a Canadá, y distribuidos el 40% en Ontario, el 32% en Quebec, el 18% en Colombia Británica, el 2.6% en Nova Scotia y el resto en las demás provincias [2].
México, según la caracterización de la DIGNIDAD, tiene en Canadá cuatro tipos de trabajadorxs migrantes. El núcleo mayoritario está formado por quienes vienen con el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales (SAWP en inglés). El SAWP trajo un total de 46,707 trabajadores en el 2019 [3]: 12,858 caribeños y 33,849 mexicanos, de estos últimos aproximadamente 20 mil fueron a Ontario. Otro grupo es el del Programa de Trabajadores Extranjeros Temporales (TFW-LS en inglés) que empleadores y reclutadores promueven, con la complacencia de los gobiernos, porque garantiza trabajadores con cero protección y beneficios. Según estimaciones de DIGNIDAD hay por lo menos 20 mil trabajadores conforman este grupo. Un tercer grupo lo forman quienes llegan con visa de turistas. Están legales en el país, pero sin permiso para trabajar, entonces lo hacen ilegalmente. En los dos últimos años han llegado al menos 20 mil. El último grupo son los indocumentados, integrado por quienes escapan de las políticas de Trump en USA y por quienes entraron como turistas y decidieron quedarse al expirar su visa. El gobierno mexicano sólo tiene mediana idea de lo que pasa en el primer grupo y hace muy poco por ayudarlo. De los otros no saben dónde están ni qué hacen, y mucho menos se preocupan por ayudarlos.
El total de esos datos demuestra la dimensión del abandono de los TFW por parte de los gobiernos. Por ello muchxs trabajadorxs se preguntan: “¿de qué sirve ser héroes si morimos sin derechos?”
Pese a la ausencia de derechos, el riesgo de contagio, el abandono de sus gobiernos, etc., los trabajadores vienen a Canadá. Dependen de este trabajo para sobrevivir. Si no viajan, no tienen para sobrevivir, pues ni México ni Canadá han establecido apoyo para ellos. Tristemente lxs TFW aseguran: “Ayudamos a la economía de dos países, pero a la hora de las desgracias, ninguno de los dos países nos da una mano”, dice amargamente Mauro Nava, de Guerrero, quien solo hasta mediados de agosto pudo viajar.
Pero no sólo quienes llegaron tarde la han pasado mal en tiempos de COVID-19. “Ahora ya no disfrutamos ni los domingos. Antes al menos podíamos salir al pueblo a dar una vuelta. Hoy ni a salir tenemos derecho. Con el pretexto del COVID-19 estamos más aisladxs que nunca”, dice al teléfono Sofia, trabajadora guatemalteca con 3 temporadas en Canadá.
“Y sale más caro vivir. Como no podemos ir de compras, el patrón nos trae lo que quiere porque no tiene tiempo para andar buscando ofertas. Lo peor es que nos compran cosas que ni comemos, pedimos frijoles y traen frijoles dulces que no nos gustan, o pedimos tortillas y nos traen tortillas de harina, que son más caras, pocas y no nos gustan mucho”, cuenta José Luis, de Chiapas.
“Y dos veces nos trajeron carne caducada”, nos pide Miguel de Michoacán, que anotemos en la queja mandada al departamento de integridad de Service Canada para que permitan a los trabajadores salir a sus compras.
“Sin más ni más, mi patrón me dijo que no me va a pagar. Según que por el COVID-19 no le van a pagar trabajos que le deben.” Cuenta José, un turista-trabajador de Guadalajara en su queja a la Oficina de las Normas Laborales de la Columbia Británica.
Y los casos son interminables. Nunca antes DIGNIDAD había presentado tantas quejas de abusos laborales en tan poco tiempo. Si bien el COVID-19 ha hecho visible la importancia de lxs TFW y los abusos que padecen, al mismo tiempo facilita el abuso a muchos de ellos y justifica el mayor control de los empleadores.
Mismas reglas, pero distinta aplicación.
Aunque las restricciones sanitarias son las mismas para todo el país, en las nueve provincias se aplican de distinto modo. En la Columbia Británica, todxs lxs trabajadorxs van directo del avión a un hotel. Ahí pasan 14 días aislados antes de ser enviados a sus centros de trabajo. Durante el aislamiento el gobierno provincial paga el hospedaje y la alimentación, mientras el gobierno federal les paga al menos 30 horas semanales de salario.
Los informes puntuales de DIGNIDAD sobre las limitaciones del aislamiento en las granjas presionaron mucho sobre la decisión de hacer el aislamiento en hoteles. No fue fácil lograrlo, pero gracias a que por primera vez las organizaciones y gobiernos de origen de lxs trabajadorxs empujaran en la misma dirección, obligaron a granjeros y gobiernos a aceptar esto. Por primera vez el gobierno de México ayudó a cerrar la pinza. De haber estado un gobierno panista o priista no se hubiese podido.
En Ontario no siguieron el protocolo de BC. Ahí los empleadores llevaban a lxs trabajadorxs del aeropuerto a las granjas. En varios casos falsearon la cuarentena y pusieron a trabajar a la gente desde el primer día. El resultado ha sido el mayor número de trabajadorxs agrícolas contagiados en todo Canadá y el fallecimiento de tres trabajadores: Bonifacio Eugenio Romero, Rogelio Muñoz Santos (turistas-trabajadores), y Juan López Chaparro, del SAWP. ¿Cuantxs otrxs contractaron la COVID en otras provincias y sectores? ¿De dónde venían? ¿Cuantxs otrxs TFW volverán a su país como cenizas?
¿Era posible evitar esas muertes en Ontario? Si, pero la incompetencia, desatención, importaquismo, complicidad de las autoridades con los empleadores son responsables de esas muertes. DIGNIDAD fue de las pocas organizaciones que advirtió en informes públicos y confidenciales a las autoridades de que esa situación traería más temprano que tarde contagios de los trabajadores. No escucharon y ahí están las consecuencias.
¿Las autoridades canadienses fallaron? Si, lo han hecho desde hace más de cincuenta años. Lo confirma el primer ministro Trudeau cuando dice “lxs trabajadorxs migrantes juegan un rol crucial en el sector alimenticio de Canadá y el gobierno debe de hacer más para protegerlos” [4]. Falló también el consulado mexicano en Leamington quien debió socorrer de inmediato a sus connacionales. No lo hizo, como lo denuncia puntualmente un trabajador contagiado de Scottlyn [5], la granja con más contagiados y donde trabajaba el último de los fallecidos.
Dios en YouTube
“Pero no todo es lamentarse”, dice Martín, trabajador de Puebla que nunca faltaba a las misas en español. Existe un proceso de deshumanización de las relaciones: ahora al estar canceladas, hace oraciones en Youtube o por WhatsApp. La pandemia forzó a los trabajadores a saber más sobre la tecnología. A bajar aplicaciones para el envío de dinero, para reuniones, capacitaciones, charlas y hasta sesiones de oración y apoyo psicológico. “No es lo mismo que reunirse en persona, pero algo es mejor que nada”. Asegura Federico, del Estado de México, quien con sesenta años sigue viniendo a trabajar a Canadá.
Lo anterior no es poca cosa para los miembros de la DIGNIDAD: “era una fiesta venir a la oficina. Siempre lleno, con 50-70 trabajadores en los talleres, comíamos juntos y toda la cosa. Ahora tenemos que esperar en el parque porque no pueden estar más de cinco al mismo tiempo en la oficina”, explica Ernesto, quien viajaba hasta dos horas para llegar a los eventos.
“¿Qué va a pasar con las fiestas? Cada año esperábamos el día del padre, o la feria de salud y la siempre chingona asamblea de la organización y la celebración de las fiestas de independencia, con grito, mezcal, y hasta barbacoa”, se queja amargamente Celeste, trabajadora de limpieza.
“Yo voy a estar muy triste sin festejar el día Internacional del Migrante, que era lo más cercano que teníamos a una celebración navideña en familia. Buena comida, buen baile, y el ponche que nunca faltaba. Era una verdadera fiesta mientras afuera nevaba. Ahora ¿qué vamos a hacer sin todo eso? Remata apesadumbrado Hediberto, quien lleva en Canadá casi 3 años.
Ante la falta de estos espacios, sin haberse resuelto los problemas de hacinamiento en las viviendas, la falta de privacidad y limitado equipo de cocina, baños y refrigeradores en centros de alojamiento, ahora han surgido nuevos problemas como el estrés por el encierro, obesidad por mayor vida sedentaria, alcoholismo, diabetes, y otras formas de explotación mediante la tecnología... Problemas que definitivamente ninguna aplicación por internet puede resolver, ni Dios, que ahora si se encuentra en el ciberespacio.
¿Héroes sin derechos?
De los aproximadamente 10 mil trabajadorxs agrícolas que llegan a Columbia Británica cada temporada, aproximadamente un 30 por ciento no vinieron en 2020 por causa del COVID-19. Quienes pudieron hacerlo, experimentan reducción de horas y días de trabajo por falta de demanda de sus productos, como por ejemplo en las industrias de flores y hongos... Las asociaciones de agricultores gritan que falta mano de obra, y que habrá una crisis alimentaria. Han abierto posiciones para que los canadienses las llenen, sabiendo que por el bajo salario, $14.60 la hora, muy pocxs acudirán a realizar uno de los trabajos más pesados, temporales y riesgosos en Canadá. Claro, hacer ruido ayuda estas asociaciones en sus negociaciones para que no se aprueben derechos ni beneficios a lxs migrantes. Podrán lograr los $2.6 billones de dólares que la Federación Canadiense de Agricultura ha solicitado para su sector, a lo cual el gobierno ya otorgó $252 millones en ayuda directa de emergencia. Mientras a lxs trabajadorxs esenciales se les ha dado nada.
Ante la misma política de sólo privilegiar a los granjeros, las organizaciones se movilizan con demandas que van desde el permiso de trabajo abierto, pago del seguro de desempleo, participación en la elaboración del contrato, hasta la obtención de la ciudadanía. La agenda de lxs trabajadorxs migrantes más completa puede leerse en la carta que lxs trabajadorxs migrantes enviaron al primer ministro Justin Trudeau [6], y otra al Premier de BC, John Horgan [7], lanzada públicamente en la celebración del día del padre.
Lxs trabajadorxs migrantes cada vez se organizan más y mejor. Van aprendiendo que los héroes aparte de medallas y homenajes merecen derechos. Medio siglo sin tenerlos les dice que nada se consigue calladxs y mucho menos, muertxs. ¿Si no es en esta pandemia que pueden dejar de ser invisibles, entonces cuándo? Saben que tienen que moverse, porque hasta los héroes se mueren, y únicamente su actuar organizado y coordinado podrá evitarlo.
Ilustración de Romina Franco, de 13 años, refugiada mexicana en Sherbrooke
Notas: [1] Chapman, Leonora (2020). « México prohíbe a trabajadores temporales venir a Canadá », Radio-Canada internacional, 16 de junio, disponible en: https://www.rcinet.ca/es/2020/06/16/mexico-prohibe-a-trabajadores-temporales-venir-a-canada/ [2] Cision Canada (2020). «Government of Canada expands National Commodity List to give farmers greater access to labour», 27 de noviembre, disponible en: https://www.newswire.ca/news-releases/government-of-canada-expands-national-commodity-list-to-give-farmers-greater-access-to-labour-815468631.html [3] Ibid. [4] Agriculture et agroalimentaire Canada (2020). « Protection de la population canadienne et des travailleurs de la chaîne d’approvisionnement alimentaire », Gouvernement du Canada, Comunicado de prensa, 13 de abril, disponible en: https://www.canada.ca/fr/agriculture-agroalimentaire/nouvelles/2020/04/protection-de-la-population-canadienne-et-des-travailleurs-de-la-chaine-dapprovisionnement-alimentaire.html [5] Dignidad Migrante (2020). «Uno de nuestro compañero nos mandó este video y nos permitió compartirlo. Trabaja en Ontario, en una granja con muchos casos positivos de coronavirus», Facebook, 9 de junio, disponible en: https://www.facebook.com/watch/?v=983600948758236 [6] Dignidad Migrante (2020). « Carta al Primer Ministro, Justin Trudeau », Facebook, 19 de junio, disponible en: https://www.facebook.com/dignidadmigrantesociety/photos/ms.c.eJxFztkJwAAIBNGOgq53~;42FKJrfx8gqIPeAObIogEcG1MsspHLByAEl5wOZE1sQbtBYQPRJ6sEUtgWXfgXzndAU8Rfy~;aG2s5zRRR1Ev56EAx3YWXbvFbUXTugv~;g~-~-.bps.a.3206671486224163/3206671946224117/?type=3&theater [7] Dignidad Migrante (2020). «Carta a John Horgan», Facebook, 19 de junio, disponible en: https://www.facebook.com/ dignidadmigrantesociety/photos/a.3206671486224163/3206671762890802/?type=3&theaterabc
Notas: [1] Chapman, Leonora (2020). « México prohíbe a trabajadores temporales venir a Canadá », Radio-Canada internacional, 16 de junio, disponible en: https://www.rcinet.ca/es/2020/06/16/mexico-prohibe-a-trabajadores-temporales-venir-a-canada/ [2] Cision Canada (2020). «Government of Canada expands National Commodity List to give farmers greater access to labour», 27 de noviembre, disponible en: https://www.newswire.ca/news-releases/government-of-canada-expands-national-commodity-list-to-give-farmers-greater-access-to-labour-815468631.html [3] Ibid. [4] Agriculture et agroalimentaire Canada (2020). « Protection de la population canadienne et des travailleurs de la chaîne d’approvisionnement alimentaire », Gouvernement du Canada, Comunicado de prensa, 13 de abril, disponible en: https://www.canada.ca/fr/agriculture-agroalimentaire/nouvelles/2020/04/protection-de-la-population-canadienne-et-des-travailleurs-de-la-chaine-dapprovisionnement-alimentaire.html [5] Dignidad Migrante (2020). «Uno de nuestro compañero nos mandó este video y nos permitió compartirlo. Trabaja en Ontario, en una granja con muchos casos positivos de coronavirus», Facebook, 9 de junio, disponible en: https://www.facebook.com/watch/?v=983600948758236 [6] Dignidad Migrante (2020). « Carta al Primer Ministro, Justin Trudeau », Facebook, 19 de junio, disponible en: https://www.facebook.com/dignidadmigrantesociety/photos/ms.c.eJxFztkJwAAIBNGOgq53~;42FKJrfx8gqIPeAObIogEcG1MsspHLByAEl5wOZE1sQbtBYQPRJ6sEUtgWXfgXzndAU8Rfy~;aG2s5zRRR1Ev56EAx3YWXbvFbUXTugv~;g~-~-.bps.a.3206671486224163/3206671946224117/?type=3&theater [7] Dignidad Migrante (2020). «Carta a John Horgan», Facebook, 19 de junio, disponible en: https://www.facebook.com/ dignidadmigrantesociety/photos/a.3206671486224163/3206671762890802/?type=3&theaterabc
Con frecuencia, la población general del Norte de América no sabe interpretar la tensa situación social y política de Honduras, país bajo la influencia transnacional de Estados Unidos y Canadá. ¿Por qué tantas manifestaciones de millares de personas, casi de modo continuo, en los últimos 10 años, y por qué es la población forzada a salir masivamente en “caravanas”, pasando por Mexico y Guatemala, hacia este Norte culpable? No hay una respuesta simple y no seria honesto repetir que la gente huye de la extorsión y la violencia que generan las maras, cuya dinámica es organizada y administrada por oficiales de la policía y políticos audaces comprometidos con esas y otras formas de crimen organizado.
Al inicio de junio 2019 en Montreal, yo participé en una caminata en solidaridad con los 69 millones de personas desarraigadas en el mundo por diversas causas, como yo mismo. Esas causas incluyen la violencia armada, la pobreza extrema y la desigualdad, cuales son formas violentas igualmente extremas, el crimen organizado incluyendo la corrupción, y la fuente de todo eso: la impunidad.La actividad fue organizada por Desarrollo y Paz en alianza con otros actores sociales. Al cierre de la jornada, compartí mi historia de exilio político aquí en Canadá y otras personas de África hicieron lo mismo. En la mayoría de los casos, coincidimos en que “migrar” no fue una elección feliz, sino una decisión tomada bajo la presión de circunstancias difíciles o trágicas.Yo llegué huyendo a este país hace casi tres años, después de sobrevivir en mayo de 2016 a dos ataques con armas de fuego en Tegucigalpa, la capital de Honduras [2]. El 20 de julio de ese año, solicité asilo en el aeropuerto Pierre Elliott Trudeau porque valoré que continuar viviendo en Honduras era asumir un riesgo real de morir.
Desde el golpe de Estado de junio de 2009 liderado por los Estados Unidos y respaldado por el Gobierno de Canadá (bajo el gobierno de Stephen Harper), el asunto de violación de derechos humanos en Honduras no mejoró. En 2016, la Comisión interamericana para los derechos humanos (CIDH) describió a Honduras como uno de los países más peligrosos para defensores de los derechos humanos, pero también para los periodistas [3]. 79 personas cuya profesión está relacionada con los medios de comunicación, incluyendo periodistas, presentadores de radio y televisión, fotógrafos, camarógrafos, operadores de cámara y propietarios de medios de comunicación perdieron la vida entre octubre 2001 y septiembre 2019. 91% de estos crímenes quedan impunes por falta de investigaciones creíbles [4]. Honduras ocupa actualmente el octavo lugar entre los países del mundo cuya población demanda asilo, aún por encima de países en guerra.
Un golpe de Estado perpetrado por fuerzas multinacionales
El golpe de 2009 es uno de los elementos centrales para ensayar toda respuesta sobre Honduras, donde la población exige la expulsión del presidente impostor Juan Orlando Hernández, beneficiario principal de la destrucción del Estado de Derecho y de sus violencias.
Los atentados en mi contra fueron el resultado de una amalgama de factores sistémicos y de actores corruptos, incluidos funcionarios públicos, policías, militares e inversores privados que están unidos al margen de la ley. Estos actores que financian y comandan la muerte de personas con capital internacional han asegurado la colaboración del poder local y la impunidad absoluta. Controlan todo con recursos sucios y con el poder de las armas oficiales.
El caso de Berta Cáceres, la líder indígena más emblemática del país, es parte de esa trama. Ella fue asesinada por la compañía de generación de energía eléctrica, DESA, una empresa respaldada por el ejército nacional, un banco asociado al blanqueo de dinero proveniente de la corrupción y del crimen organizado, un banco centroamericano y dos bancos europeos sin escrúpulos para “invertir en desarrollo verde” [5]. Es decir, investir en minería a cielo abierto, represas hidroeléctricas y parques fotovoltaicos, instalados sin consulta previa a la población. En 2015, más del 70% del territorio nacional hondureño ha sido otorgado para concesiones mineras [6].
Berta dedicaba su vida a parar ese modelo destructor. Hasta la fecha de publicación de este artículo, los autores intelectuales del crimen de Bertha – la familia Atala Zablah y la familia del gobierno, identificados por la familia Cáceres – no han sido juzgados. Y en mi caso, el Estado no ha identificado ni detenido todavía a los responsables de los ataques, exponiendo a mi familia al riesgo total.
Debo decir claramente que el golpe de Estado de junio de 2009 fue perpetrado por fuerzas multinacionales, para imponer un modo de producción de capital basado en la extracción de minerales y la invasión de territorios ancestrales. Este es un modelo de explotación laboral en extensos parques industriales, que impone monocultivos agroindustriales y, además, permite que operen el crimen organizado y la violencia militar y paramilitar. Canadá es parte de esta visión y cómplice de ese tipo de empresa dentro de un país vulnerable. La mina de Azacualpa, en San Andrés, Copán, es el ejemplo actual más devastador de la inversión canadiense en Honduras [7].
Éxodos masivos
Como resultado de esta mezcla de factores brutales, Honduras experimenta actualmente la quinta ola de emigración forzada más visible en su historia, un éxodo masivo que el Norte no puede ignorar.
La primera ola proviene de la guerra impuesta por los Estados Unidos contra los movimientos de liberación de Guatemala, El Salvador y Nicaragua entre 1979 y 1989, porque utilizó el territorio hondureño para entrenar y movilizar tropas de invasión, y para reprimir la disidencia social y política en nombre del anticomunismo. Y porque sembró minas antipersonales en la frontera suroriental del país.
Diez años después, en 1998, fue el devastador huracán Mitch el que obligó a más de 300,000 personas a salir de Honduras y El Salvador. Veinte años después, el huracán golpista de 2009, seguido del fraude electoral en 2013 y 2017, devastó la esperanza de un cambio democrático y eso ha expulsado a cientos de millares de personas en los últimos dos años.
Estas cinco oleadas de emigración forzada han cambiado de rostro según la causa, pero sufren el mismo dolor al partir, en el camino y a su arribo. Durante la primera oleada, lxs campesinxs en camino para México, Estados Unidos y Canadá, estaban sufriendo por las minas antipersonales plantadas en la frontera entre Honduras y Nicaragua, por Elliot Abrahams y su gente. Luego, mujeres desempleadas seguidas por profesionales diversxs caminaron la misma ruta estrangulados por la violencia de la pobreza, enseguida, miles de niñxs no acompañadxs, y desde abril de 2018 hasta ahora, familias enteras huyendo del país para ponerse a salvo. Huyen hacia los países que provocan sus problemas.
La situación hoy
A pesar del llamado de la Organización de Estados Americanos (OEA) a nuevas elecciones después del escrutinio de 2017, Estados Unidos respaldó a Juan Orlando Hernández, cuya corrupción y abusos contra los derechos humanos son denunciados universalmente [8]. Y Canadá lo siguió en su lógica de apoyo a un gobierno ilegitimo.
En este contexto, Estados Unidos y Canadá apoyan un régimen de empobrecimiento, de violencias y de crimen organizado documentado por el propio poder judicial estadounidense, que abrió juicios por narcotráfico a gran escala al propio hermano del que usurpa la presidencia hondureña, el señor Juan Antonio Hernández, alias “Tonny Hernández”, encontrado culpable en octubre 2019 por la Corte del Distrito Sur de Nueva York. También el expresidente Rafael Callejas y el hijo del expresidente Porfirio Lobo, esperan juicio. Y sigue la lista… que podría arrastrar al propio Lobo y a Juan Orlando Hernández.
Alrededor del 75% de la población hondureña está empobrecida, sin ingresos dignos, sin tierra, sin acceso a educación gratuita, sin agua potable, sin acceso a la salud pública. Y hoy es el país más desigual de América Latina. Es por eso que hay actualmente grandes manifestaciones dentro del país exigiendo la renuncia de Juan Orlando Hernández, mencionado muchas veces durante el juicio contra su hermano en calidad de coconspirador del narcotráfico a gran escala [9].
Frente a estos hechos, mi decisión como exiliado por razones políticas es denunciar a los ladrones de la esperanza colectiva del pueblo de Honduras, que nos ha forzado a irnos – muchas veces de modo irregular y asumiendo enormes riesgos – hacia Europa, Australia y hacia varios países de América, incluyendo Canadá, todos a causa de estas vulnerabilidades ya citadas.
En este contexto, no podemos suscribirnos a esta retórica racista que construye muros y militariza las fronteras, transformando un problema social-humano, como la migración forzada, en un problema de seguridad nacional, que es atacado con armas de guerra y con fundamentalismos fascistas, y que parece promover la reelección de supremacistas en los gobiernos del Norte enriquecido…
Además, en nuestros países de origen, no debemos aceptar el cinismo de un discurso oficial que criminaliza a las personas migrantes (y sus defensores), y que aprovecha el dinero enviado por ellos a sus seres queridos. Ocho mil millones de dólares al año reportan las remesas de la sufrida diáspora hondureña, lo que representa beneficios económicos para el gobierno y el sector privado que se nutren del sufrimiento de hombres y mujeres, en su mayoría indocumentados. Estamos ante un capitalismo salvaje que ve a las personas como un producto de exportación. Una mercancía humana barata. Pura esclavitud.
Canadá: parte del problema, parte de la solución
Si Canadá es parte del problema de la migración forzada en Honduras, digamos entonces que también debería ser parte de la solución. Primero, debería dejar de reproducirse ese falso sentimentalismo mediático que oculta las causas y las responsabilidades de la ola migratoria y las manifestaciones populares contra la dictadura del crimen organizado. No más manipulación sentimental mediática: rechacemos esa narrativa que muestra a las mujeres y niños migrantes llorando o hablando de una esperanza etérea, que produce simpatía e interés humano, pero no propone cambios, ni apunta a los causantes de esos dolores. Queremos que Canadá analice las causas sistémicas de este éxodo del que es corresponsable. No queremos más lágrimas o mensajes de esperanza, queremos acciones concretas. Y por eso, Canadá debe actuar en coherencia a la doctrina de respeto a los derechos humanos.
Tampoco queremos que Asuntos Globales de Canadá promueva hacia adentro la imagen engañosa de un país que respeta los derechos humanos en América Central si al tiempo apoya la dictadura hondureña a través de su retórica política e ideológica, así como a través del lobby nacional e internacional, con inversiones de capital minero, inmobiliario, turístico e industrial. Este doble juego es inaceptable.
No podemos tolerar esta hipocresía que coloca a la migración hacia el norte en el campo de la defensa nacional o la seguridad interior y, al mismo tiempo, la aprovecha para explotar su fuerza laboral desafiando los estándares internacionales.
“Haz lo que digo, pero no hagas lo que hago”... ¡es suficiente Canadá! No podemos seguir tolerando el disfraz y el engaño como la norma de nuestra política exterior. Eso nos hace cómplices. Y no queremos ser cómplices. La gente continuará a huir su hogar en búsqueda de una mejor vida para sus hijos. Canadá debe acogerlos con brazos abiertos.
Serge Langlois, de Desarrollo y Paz, en su carta de diciembre 2018 sobre la situación de migrantes hondureñxs y latinoamericanxs dirigida a Justin Trudeau, hace la siguiente propuesta [10]: “En el corto plazo, por lo tanto, es urgente que el Gobierno de Canadá ejerza el liderazgo en la región, trabajando con sus homólogos americanos y mexicanos para garantizar la protección de las personas migrantes que lo soliciten. Juntos, estos aliados no deben tolerar ninguna violación de la dignidad y los derechos de las personas migrantes, como lo garantiza la Convención de Ginebra de 1951. Canadá debe condenar las represivas medidas políticas y económicas que afectan a estas poblaciones y defender los fundamentos democráticos y los derechos fundamentales que permiten a las personas vivir con dignidad”.
Yo como hondureño, me sumo a esa propuesta y agrego que Canadá debe cortar su apoyo a la dictadura hondureña, y abrir sus tribunales nacionales para denunciar aquí a los causantes de las actividades mineras, agroindustriales y turísticas en Honduras, para reparar a las víctimas y cerrar definitivamente la puerta a la impunidad que humilla a mi pueblo.
Acompañar las caravanas
En conclusión, si realmente queremos resolver la crisis migratoria, provocada por las violencias del crimen organizado que controla el Estado, debemos identificar, denunciar y cambiar los factores que empujan a poblaciones enteras hacia el camino del exilio. Para hacer esto, debemos seguir las caravanas y volver al Norte con ellas, donde se arraigan las causas profundas de las injusticias sociales y la violencia sistémica. También hay que acompañar la lucha del pueblo hondureño para cambiar el Estado, que empieza por expulsar a los delincuentes que usurpan el gobierno. “Si los corruptos se van, nosotros regresamos” gritan en coro los migrantes en las caravanas. Y yo mismo empezaría a preparar mi regreso.
Recuadro
Impunidad y exclusión social en Honduras:
La Comisión interamericana para los derechos humanos (CIDH) reporto en informe el 3 de octubre 2019 la existencia de una impunidad estructural en Honduras. 9 de cada 10 crímenes contra la población en general y 97% de crímenes contra defensorxs de los derechos humanos quedan impunes. La impunidad es casi total cuando son funcionarios públicos y miembros de las fuerzas de seguridad pública quienes cometen los crímenes.
Entonces, la policía y el ejercito actúan con total impunidad en contra de la población.
En Honduras, la pobreza afecta a más de 70% de la población. Mas de 100.000 persona huyen el país cada año, es decir 300 personas cada día.
Notas [1] Este texto es el resultado de una colaboración entre Caminando y el Journal Alternatives. También se publicó en la edición de noviembre de 2019 del Journal des Alternatives: https://journal.alternatives.ca/Dix-ans-apres-le-coup-d-Etat-le-Honduras-force-a-migrer [2] Reporteros sin Fronteras (2016). "Honduras: el periodista Félix Molina escapa milagrosamente a un intento de asesinato", 3 de mayo, en línea: https://rsf.org/fr/actualites/honduras-le-journaliste-felix-molina-echappe-miraculeusement-une-tentative-dassassinat [3] Rivero, Maria Isabel (2016). "Honduras, uno de los países más peligrosos para los defensores de los derechos humanos - Advierten expertos. OEA, 19 de agosto, en línea: http://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2016/118.asp [4] RFI (2019). "Honduras: asesinato de un periodista, el 79º desde 2001", 1 de septiembre, en línea: http://www.rfi.fr/es/americas/20190901-honduras-otro-asesinato-de-un-periodista-el-79-desde-2001 [5] Temporizador digital (2016). "Madre de Berta Cáceres envía carta a organismos que financiaron Agua Zarca", 22 de octubre, en línea: https://tiempo.hn/berta-caceres-agua-zarca/ [6] https://www.ocmal.org/honduras-mas-del-70-de-su-territorio-podria-estar-sujeto-a-concesion-de-la-actividad-minera/ [7] OXFAM (2017). Territorios en riesgo. Minería, tierra y agua en Honduras, en línea: https://cng-cdn.oxfam.org/honduras.oxfam.org/s3fs-public/file_attachments/Territorios%20en%20Riesgo%20-%20Miner%C3%ADa,%20tierra%20y%20agua%20en%20Honduras.pdf [8] OEA (2017). "Comunicado de la Secretaría General de la OEA respecto a las recientes elecciones presidenciales en Honduras", 6 de diciembre, en línea: https://www.oas.org/es/centro_noticias/comunicado_prensa.asp?sCodigo=C-090/17 [9] "Tony" Hernández, hermano del Presidente de Honduras, fue condenado por tráfico de cocaína el 18 de octubre de 2019. En línea: http://www.rfi.fr/ameriques/20191019-frere-president-honduras-reconnu-coupable-trafic-drogue-tony-hernandez [10] Langlois, Serge (2018). Carta a Justin Trudeau, Desarrollo y Paz, 20 de diciembre, en línea: https://www.devp.org/sites/www.devp.org/files/IMCE/files/articles/lettre_pmtrudeau_migrationcaravan-fr.pdfabc
Notas [1] Este texto es el resultado de una colaboración entre Caminando y el Journal Alternatives. También se publicó en la edición de noviembre de 2019 del Journal des Alternatives: https://journal.alternatives.ca/Dix-ans-apres-le-coup-d-Etat-le-Honduras-force-a-migrer [2] Reporteros sin Fronteras (2016). "Honduras: el periodista Félix Molina escapa milagrosamente a un intento de asesinato", 3 de mayo, en línea: https://rsf.org/fr/actualites/honduras-le-journaliste-felix-molina-echappe-miraculeusement-une-tentative-dassassinat [3] Rivero, Maria Isabel (2016). "Honduras, uno de los países más peligrosos para los defensores de los derechos humanos - Advierten expertos. OEA, 19 de agosto, en línea: http://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2016/118.asp [4] RFI (2019). "Honduras: asesinato de un periodista, el 79º desde 2001", 1 de septiembre, en línea: http://www.rfi.fr/es/americas/20190901-honduras-otro-asesinato-de-un-periodista-el-79-desde-2001 [5] Temporizador digital (2016). "Madre de Berta Cáceres envía carta a organismos que financiaron Agua Zarca", 22 de octubre, en línea: https://tiempo.hn/berta-caceres-agua-zarca/ [6] https://www.ocmal.org/honduras-mas-del-70-de-su-territorio-podria-estar-sujeto-a-concesion-de-la-actividad-minera/ [7] OXFAM (2017). Territorios en riesgo. Minería, tierra y agua en Honduras, en línea: https://cng-cdn.oxfam.org/honduras.oxfam.org/s3fs-public/file_attachments/Territorios%20en%20Riesgo%20-%20Miner%C3%ADa,%20tierra%20y%20agua%20en%20Honduras.pdf [8] OEA (2017). "Comunicado de la Secretaría General de la OEA respecto a las recientes elecciones presidenciales en Honduras", 6 de diciembre, en línea: https://www.oas.org/es/centro_noticias/comunicado_prensa.asp?sCodigo=C-090/17 [9] "Tony" Hernández, hermano del Presidente de Honduras, fue condenado por tráfico de cocaína el 18 de octubre de 2019. En línea: http://www.rfi.fr/ameriques/20191019-frere-president-honduras-reconnu-coupable-trafic-drogue-tony-hernandez [10] Langlois, Serge (2018). Carta a Justin Trudeau, Desarrollo y Paz, 20 de diciembre, en línea: https://www.devp.org/sites/www.devp.org/files/IMCE/files/articles/lettre_pmtrudeau_migrationcaravan-fr.pdfabc
*Artículo disponible solamente en francés*
En ces temps sans précédent historique, qui mettent à dure épreuve les corps, les âmes, et ce qui demeure des démocraties de notre planète, nous vous présentons dans ce premier numéro du volume 35 de Caminando une collection diverse et unie de voix qui transcendent les frontières réelles et imaginaires, venant briser le silence autour des inégalités engendrées et exacerbées par l’avènement de la pandémie de COVID-19.
Cette année, Caminando accueille des autrices et auteurs, des poètes, ainsi que des artistes provenant du Canada et de plusieurs pays d’Amérique latine, avec une contribution substantielle du Brésil. Comme toujours, en reflet des valeurs décoloniales grandissantes de Caminando, les textes offerts sont de perspectives, de formats et de nature variés, réunissant des plumes académiques, militantes, poétiques et littéraires, toutes engagées de façon complémentaire à nommer et à dénoncer les injustices et à poursuivre, malgré les anciens et nouveaux obstacles, cette lutte ancrée dans l’amour et l’espoir pour un monde solidaire et libre d’oppressions.
Pris dans leur globalité, ces textes font saisir la réelle diversité des abus, explicites ou implicites, s’intensifiant en ces temps de pandémie chez nous comme ailleurs, mais aussi les forces qui les sous-tendent, ainsi que les fondements qui en sont la cause. Se dessine un panorama kaléidoscopique d’expériences d’oppression, selon les contextes sociopolitiques en amont de la catastrophe, qui révèlent en parallèle un portrait protéiforme de résistances, de luttes et de solidarités. Si le virus met en danger la santé physique de notre civilisation, les moyens adoptés pour sa prise en charge par les autorités publiques révèlent à leur tour la persistance du paradigme colonialiste, capitaliste et extractiviste qui continue à les orienter.
C’est ainsi qu’au Canada, la crise « sanitaire » a montré à quel point les travailleurs et travailleuses migrant·e·s sont utilisé·e·s, exploité·e·s, pour leur force de travail afin d’assurer la sécurité alimentaire des Canadien·ne·s, sans contrepartie pour leur propre santé, leur sécurité, leur bien-être. Les auteurs et autrices nous montrent en quoi, dans cette pandémie de l’exploitation, les politiques canadiennes régissant le mouvement et le travail des migrant·e·s font poindre les relents d’un colonialisme esclavagiste dont elles et ils dénoncent les violations du droit à la dignité. Ceci se reproduit aussi au Mexique, où le gouvernement ferme les yeux sur les violations des droits de ses ressortissant·e·s mais aussi de ses propres citoyen·ne·s, confiné·e·s sans moyens économiques pendant que l’on permet à l’extraction minière de poursuivre ses ravages, dans une logique marchande qui met le profit avant la vie.
Puis, en Colombie et au Honduras, où les régimes militaires ont impunément profité de la crise pour « faire disparaître » des défenseur·e·s des droits et faire taire les mouvements sociaux et grèves nationales par la force, c’est une pandémie de la terreur qui fait rage. Les auteurs et autrices dénoncent le colonialisme meurtrier de ces États criminels où le droit à la vie même est menacé, et où la paix peine seulement à être rêvée. Cette paix tant attendue et désirée par les peuples se trouve bloquée, étouffée, presque invalidée par l’influence de capitaux privés qui assurent la perpétuité de la violence tout en profitant du climat d’intimidation national pour violer le territoire, alimenter les conflits, extraire les ressources naturelles, déposséder la sphère politique dans sa fonction d’intendance au profit de l’accumulation de l’argent.
Au Brésil et en Argentine, le négationnisme des autorités face aux conditions de vie des plus vulnérables dévoile la mise en scène d’une pandémie de négligence. L’élitisme flagrant des mesures votées pour lutter contre le virus, qui fait fi des inégalités sociales et de la diversité culturelle, révèle un colonialisme d’État encore souillé d’un racisme profond. Les auteurs et autrices brésilien·ne·s dénoncent l’inaction, les omissions et le mépris du régime, qualifié de nécropolitique, qui porte atteinte directe aux droits à la santé, à l’autodétermination et à la souveraineté territoriale des nombreux peuples autochtones. On ne manque pas, ici non plus, de souligner comment encore une fois le capital profite : des projets extractifs ont gagné le statut d’activités essentielles, ont reçu des subventions et du soutien gouvernemental pour «compenser» leurs éventuelles pertes de revenus, ont fait du marketing pour améliorer leur image, tandis que ces activités sont fréquemment responsables des éclosions de la maladie.
Finalement, des autrices nous mettent en garde contre une nouvelle forme de violence, celle de l’extractivisme numérique, dont la virulence s’est décuplée avec l’avènement du virus de la COVID-19. La virtualisation déshumanisante de nos quotidiens, les nouvelles pressions pour normaliser le contrôle social par traçage numérique, la percée de l’intelligence artificielle dans nos vies, par nous et malgré nous, sont des intrusions qui rendent un tournant possible, une pandémie bio-technocratique.
Au sein du climat de peur et d’incompréhension planétaires qui semble s’installer au profit de certain·e·s, les voix réunies dans ce numéro de Caminando contribuent à briser le silence sur des dynamiques socio-éco-politiques qui comptent parmi les plus sombres de la pandémie, et aussi, elles s’élèvent, limpides, pour incarner et manifester la face cachée par le discours dominant: la force de résilience, la bienveillance, la capacité d’organisation autonome des communautés, des mouvements sociaux et des sociétés civiles sont aussi des expressions tangibles des effets de la pandémie. Ces voix s’élèvent pour rappeler que derrière les chiffres et statistiques qui déshumanisent et invisibilisent les corps les plus touchés, il y a une myriade de contextes locaux et autant de vécus dont la souffrance issue de violences structurelles s’accompagne humblement d’une créativité résistante et d’une vivance nourrie par le désir d’une existence humaine signifiante, digne, sous le signe de l’interdépendance entre nous tous et toutes, avec, par et dans la Madre Tierra.
L’aventure Caminando ne pourrait être possible sans le partage généreux de ces autrices, auteurs, poètes, artistes, bien sûr. Plusieurs artistes ont répondu à l’appel à illustrations offrant généreusement leur talent pour exprimer elles et eux aussi leurs visions de la pandémie et de ses effets. Nous soulignons à ce titre la participation novatrice des élèves de l’école primaire de Port Menier, à Anticosti, pour leurs contributions visuelles issues d’un atelier de discussion portant sur deux articles. Caminando continue d’exister grâce à la précieuse collaboration bénévole des personnes impliquées dans le comité éditorial, la traduction et la révision linguistique, si importantes pour faire connaître en français des voix qui se sont d’abord exprimées en espagnol et en portugais. Un merci spécial à nos partenaires financiers, qui nous permettent de poursuivre la publication de cette revue qui a célébré en 2020 ses 40 ans d’existence, et de continuer à nourrir la conscience que nous sommes d’infimes parcelles, interreliées, d’un gigantesque continuum qui a pour nom humanité.
Bonne lecture!abc