Categoría: 2019

Fronteras ¿de México?: regionalización de conflictos entre megaproyectos e (in) movilidades

En los últimos años, el interés por la Frontera Sur de México ha crecido por una serie de procesos que, sin ser nuevos, se manifiestan con particularidades novedosas. En este artículo presento una panorámica sobre la relación entre megaproyectos e (in) movilidades en los territorios entre México y Centro América, a través del Tren Maya, el proyecto Sembrando Vida (los dos destacados por el nuevo gobierno), las Caravanas/Éxodos de migrantes, y la militarización de las fronteras. Una primera reflexión gira sobre la idea de frontera: distintos mapas ilustraran las disputas históricas sobre territorios fronterizos, y sus implicaciones en cuanto a las movilidades humanas. También mostraré cómo dichos megaproyectos buscan integrar a esta región a los mercados globales, mediante el fortalecimiento de su función de “tapón migratorio”. Frente al discurso institucional que adorna sus “cualidades” (“cortinas de desarrollo”, “zonas de bienestar”, “espacios de prosperidad”), mi interpretación sobre los procesos de reordenamiento territorial fronterizo enfatiza su función como espacios de control y gestión, a través de los cuales se justifican, naturalizan, instrumentalizan y reproducen las causas estructurales de las (in) movilidades forzadas globales. Mapas, fronteras y territorios: espacios en disputa Las fronteras, por su propia definición, los espacios “marginales” de cada país o región, siempre han sido territorios en conflicto, ya sea por la necesidad de sus estados de habitarlos y controlarlos, o por las apetencias que otros países puedan tener sobre los mismos. Los mapas, y la cartografía como la ciencia que los define y construye, han sido históricas herramientas al servicio de los poderes hegemónicos, destinadas a representar, repartir e instrumentalizar territorios, poblaciones y recursos. En su relación con el proceso de definición de los Estados-Nación modernos, establecen y definen los límites de los distintos países: sus fronteras nacionales [1]. Y las fronteras de México son espacios paradójicos y paradigmáticos de estos territorios en disputa: entre el “sueño norteamericano” y las “pesadillas centroamericanas” que el mismo provoca, está la “frontera-purgatorio”  de México. Más allá de lo que representan, importa destacar cómo lo representan, y porqué. La actual configuración del mundo, y de nuestro continente, está íntimamente relacionada con la forma en que quedó representado y repartido. Por eso, es interesante este ejercicio de recuperación de las funciones y formas históricas de mapas, como una forma de entender mejor las derivas y resignificaciones presentes. Un ejemplo revelador son los dos mapas que presento a continuación: la versión española y portuguesa del Tratado de Tordesillas (fines del siglo XV), con el que estas grandes potencias coloniales de la época representaron y se dividieron el mundo de entonces (conocido o imaginado). Mapa 1: La visión española del mundo (Juan de la Cosa, 1500) Podemos ver en la versión española del mapa, que la línea vertical que divide el mundo en dos toca una pequeñísima parte del continente americano, lo que hoy día es Brasil y que correspondería al imperio portugués. Sin embargo, vemos en la versión portuguesa que aquella mínima esquina, se transforma en un pedazo significativo. Mapa 2: La visión portuguesa del mundo (Alberto Cantino, 1502) Comprobamos que la relevancia del mapa está en el poder que tiene quien lo realiza, y su utilidad geopolítica para quien manda hacerlo. Pero interesa destacar también en la forma en que se representan territorios conocidos y desconocidos, y aquí ambas visiones coinciden [2]: unos como “civilizados”, con edificios, figuras reales, personas, y pocos elementos de la naturaleza; el resto con colores verdes, referencias a la naturaleza, animales fantásticos, sin personas. Esta brevísima presentación de la relación entre territorios, fronteras y mapas no es baladí, pues estas representaciones tienen raíces ideológicas profundas [3]. Así, los procesos contemporáneos siguen condicionados por las tradiciones históricas de donde emanan, y muchas de estas relaciones, y sus representaciones, se mantienen resignificadas, sorpresivamente similares, en el contexto actual de la frontera mexicana. El Tren Maya: la superficialidad del mapa oficial El Tren Maya es el proyecto estrella del nuevo gobierno mexicano desde 2018 en un contexto interno definido por el desafío de encarar los grandes problemas nacionales, y un contexto regional condicionado por los desvaríos del gobierno estadounidense. Este megaproyecto, ampliamente conocido y publicitado, curiosamente no cuenta aún con un proyecto ejecutivo que explicite su conveniencia, factibilidad, rentabilidad o sustentabilidad. Un proyecto sin plan entonces, pero cuya sola idea está impactando y transformando los territorios donde presuntamente se construiría. Esto sin obviar que, por su magnitud y alcances, está supeditado a que las comunidades originarias lo apoyen (según el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre el derecho a la consulta previa, libre e informada para los pueblos indígenas, que México ha ratificado). Más allá de sus alcances o consecuencias potenciales, interesa repetir el ejercicio de analizar el mapa oficial que representa el territorio y el “deseado” trazado del tren: Mapa 3: El Tren Maya y la Península de Yucatán Destaco superficialmente las similitudes en las formas de representación de los territorios con respecto a los mapas anteriores: una Península verde, paradisíaca y llena de vida salvaje, con el ferrocarril “camuflado” entre la naturaleza, y destacando los elementos “civilizados” del territorio (antiguas ciudades mayas o ciudades modernas). Una vía que apenas impactará porque, además, no hay ninguna persona en la Península, y menos, maya. Con este mapa, el proyecto del Tren parece idílico, incluso visionario. Pero más importante aún que lo que muestra, es lo que oculta. Lo que sucede hoy en esta región no tiene que ver sólo con un Tren que tendrá un nombre pegadizo, un mapa atractivo, y poco de Maya. Reordenamiento territorial: cartografía de la complejidad fronteriza El verdadero nombre del proyecto, dentro del cual el Tren Maya sería, por así decirlo, el componente publicitario, es más interesante y mucho más revelador: Plan de Desarrollo Integral para el Sur de México y Centro América. Un complejo plan de reordenamiento territorial y redistribución poblacional, compuesto por 5 grandes megaproyectos de energía e infraestructura para conectar la región centroamericana [4], a los que se suman los proyectos nacionales mexicanos Sembrando Vida (una mezcla entre política pública y programa social que pretende la reforestación productiva de amplias regiones del país y la región como estrategia de combate a las causas de la migración forzada) [5]; la refinería petrolífera de Dos Bocas, Tabasco; y el Corredor Transístmico, entre Coatzacoalcos, Veracruz, y Salina Cruz, Oaxaca, que atravesará este territorio con otro tren, carreteras y líneas de alta tensión. A ellos se suman, multiplicándose, granjas porcícolas y de pollos, proyectos de energías alternativas, grandes complejos turísticos... con fuertes relaciones entre unos y otros. Por tanto, un mapa cabal de esta región debería reflejar la complejidad, integración e interacción entre los distintos megaproyectos y conflictos que lo acompañan. No es casualidad la militarización de estos espacios, mediante el despliegue de la recientemente creada Guardia Nacional. Esto ocurre como consecuencia directa de las amenazas del gobierno norteamericano de aplicar fuertes aranceles al comercio con México si este país no se esforzaba más por contener caravanas/éxodos de migrantes que emergieron como amenaza en los medios a finales de 2018. El conjunto de estos proyectos, su función, su localización, y su articulación, abonan al reforzamiento de un espacio regional transfronterizo en el cual se multiplican nuevas fronteras que buscan “taponar”, retener e instrumentalizar las migraciones que tradicionalmente han atravesado México. Necesitamos nuevas formas de visualizar y entender territorios, procesos y fronteras más allá de los Estados-Nación, para comprender los fenómenos que se desarrollan o transitan por los mismos [6]. Esos mapas aún no existen, o están en construcción [7]. También en ese sentido, el Colectivo GeoComunes acaba de socializar su visualizador de megaproyectos de la Península [8]. Se trata de un esfuerzo colectivo por vislumbrar la compleja superposición de proyectos, conflictos y resistencias. El Tren es apenas una parte más, importante por sí misma, pero sólo relativamente pues su verdadera potencialidad reside en su integración con el resto de megaproyectos [9]. Les recomiendo e invito a entrar en la plataforma, incorporar sus intereses, visualizar su propio mapa: les impactará la complejidad referida. Conclusiones: transformar el territorio a través de las (in) movilidades Las fronteras son espacios históricamente en disputa. La frontera tradicional como espacio administrativo de soberanía y delimitación entre Estados-Nación se vuelve difusa en el contexto contemporáneo. Las negociaciones geopolíticas y las generosas facilidades a los megaproyectos del capitalismo global producen redefiniciones acordes con sus necesidades y objetivos: del control estatal, a la gestión transnacional privada [10]. Esto impacta también a los movimientos poblacionales, pues la condición de posibilidad de estos megaproyectos radica en que desplacen a quienes viven y resisten ahí, y atraigan e instrumentalicen a quienes fueron desplazadxs. La multiplicación de megaproyectos en las regiones fronterizas entre México y Centro América (sintomáticas de los procesos que se reproducen en otros espacios fronterizos globales), plantea escenarios, retos y conflictos múltiples vinculados a procesos de (in) movilidad y migración ya presentes, en mayor o menor medida, en la frontera sur:
  • Desplazamiento de poblaciones originarias mayas y residentes hacia nuevos mercados laborales precarizados del turismo en Cancún y la Riviera Maya.
  • Territorios para el turismo: geriátrico (Canadá), de fiesta (“springbreakers”), Escalera Náutica (barcos privados del sur de EUA), alto poder adquisitivo (China, Rusia)
  • Nuevas poblaciones migrantes altamente especializadas (movilidad nacional, y migración desde China, India, Rusia, Turquía), atraídas por condiciones laborales, o vinculadas a los megaproyectos.
  • Retención de poblaciones indocumentadas en empleos temporales y precarizados: población cubana en limpieza en Tapachula, desplazados racializados (Haití, Honduras, África) como jornaleros de Sembrando Vida [11].
  • Militarización de la Frontera Sur mediante el despliegue de la nueva Guardia Nacional, para labores de control migratorio, con soldados procedentes de distintas regiones del país.
  Lo que ocurre hoy día en los territorios fronterizos de México es una muestra relevante de problemáticas globales, en las que los países históricamente dependientes siguen subordinados y sirviendo a los intereses geopolíticos de las grandes potencias globales, y muy particularmente, a la hegemonía estadounidense. Las Naciones Unidas, la Organización Internacional para las Migraciones, la Conferencia Económica para América Latina (CEPAL), insisten en un “derecho a migrar” de forma “legal, ordenada y segura”. Esta retórica global justifica la ocupación del territorio, permite la multiplicación de proyectos neoextractivos y naturaliza la generalización de mercados laborales precarizados específicamente orientados a población migrante (ver nota 11). Frente a este discurso, una verdadera política de combate a las causas de la migración tendría que garantizar el derecho a permanecer “seguro, tranquilo y feliz” donde se elija, no dónde se empuje. La defensa del territorio frente al neoliberalismo es la primera línea de defensa de las comunidades frente a los procesos de (in) movilidad forzada.   Imágenes Mapa 1: La visión española del mundo (Juan de la Cosa, 1500) Fuente: Garfield (2012) Mapa 2: La visión portuguesa del mundo (Alberto Cantino, 1502) Fuente: Garfield (2012) Mapa 3: El Tren Maya y la Península de Yucatán Fuente: Página oficial del Tren Maya (http://www.trenmaya.gob.mx/
Notes:  [1] Garfield, Simon (2012). En el mapa. De cómo el mundo adquirió su aspecto. México : Editorial Taurus. [2] Montoya Arango, Vladimir (2007). « El mapa de lo invisible. Silencios y gramática del poder en la cartografía », Universitas Humanística, enero-junio, p. 155-179, en linea : www.redalyc.org/articulo.oa?id=79106309. [3] Dussel, Enrique (1993). 1492. El encubrimiento del otro: hacia el origen del mito de la modernidad. Madrid : Editorial Nueva Utopía. [4] Se plantea un horizonte de 5 años para implantar 5 megaproyectos: una planta eléctrica en Puerto Cortés (Honduras); la interconexión de la red eléctrica entre Centro América y México; una red carretera en la frontera entre Guatemala y México; un gasoducto de 940 kilómetros desde San Pedro Sula (Honduras) a México; y la extensión del Tren Maya hacia Centro América. [5] El CEO (2019). “México invertirá 100 mdd en Centroamérica para extender el programa “Sembrando Vida””, 24 de junio 2019. Disponible en: https://elceo.com/politica/mexico-invertira-100-mdd-en-centroamerica-para-extender-el-programa-sembrando-vida/ [6] Schweitzer, Alejandro, Silivia Valiente, Noemí Fratini, y Pablo Godoy (2014). “Dinámica geopolítica y conflictividad socioterritorial: una aproximación desde la cartografía social y los talleres pedagógicos. En A. Dorfman, C.L.P Sánchez, S.Y.F Moreno (orgs.), Planes Geoestratégicos, Migrações e Deslocamentos Forcados no Continente Americano (p. 301-320). IGEO/UFRGS. Porto Alegre: Ed. Letra1. [7] Trabajo en un tal mapa en el marco de mi proyecto de investigacion “Nuevos Sures de México: fronteras, megaproyectos e (in)movilidades” en el cual se representan los alcances y superposiciones entre megaproyectos y fronteras, en la búsqueda de entender cómo afectan a las (in) movilidades. [8] Geocomunes (2019). “Geovisualizador de megaproyectos en la Península de Yucatán”. Disponible en: http://geocomunes.org/Visualizadores/PeninsulaYucatan/ [9] Flores, Adrián, Yannick Deniau, y Sergio Prieto. “El Tren Maya. Un nuevo proyecto de articulación territorial en la Península de Yucatán”. Disponible en: http://geocomunes.org/Visualizadores/PeninsulaYucatan/ [10] Fernández Rodríguez de Liévana, Gema; y Pablo Pampa (2013). ¿Qué hacemos con las fronteras? Madrid: Ediciones Akal. [11] Choy, Jorge y Sergio Prieto Díaz (2019). “El racismo no es broma: políticas públicas ante la migración”. Disponible en: https://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/2019/09/12/el-racismo-no-es-broma-politicas-publicas-ante-la-migracion/abc

Un café llamado Resistencia: la construcción de una relación Guatemala-Canadá digna y solidaria

Las líneas que siguen presentan una iniciativa colectiva que rompe con el modelo dominante de despojo y une a canadienses y guatemaltecos en una relación más justa que les permite vivir de su trabajo con dignidad. Desde 2013, en el contexto de mis estudios de posgrado en ciencias sociales, sigo y analizo el proceso de reafirmación de la identidad xinka en el marco de la resistencia a Minera San Rafael (MSR) en el suroriente de Guatemala. Desde 2003, las comunidades indígenas de la región se articulan adentro del Parlamento xinka para compartir sus experiencias, defender sus intereses y hablar de una misma voz. En los diez últimos años, varias comunidades han manifestado su rechazo a la minería, apoyándose en su legado indígena y rescatando elementos de su identidad xinka. A través de su fuerte movilización, el pueblo xinka se ha establecido como nuevo actor político al nivel nacional. En julio del 2019, durante una reunión sobre la minería en la sede del Parlamento xinka en Cuilapa (departamento de Santa Rosa), expresé a Alex Reynoso, un productor miembro de Café Resistencia, mi interés de escribir un artículo para el público quebequense, especialmente el de Montreal, sabiendo que en esta ciudad hay lugares que distribuyen su café. Alex me invitó a su casa para conocer su cafetal. Desde entonces, mi relación con el café ha cambiado: valoro cada gota ya que estoy consciente de toda la labor, preocupaciones, riesgos, resistencia, creatividad y esperanza –tanto al nivel individual como colectivo– que ocurren en la producción de esta bebida que consumimos todos los días. Llegué la semana siguiente a Mataquescuintla, un pueblo 30 000 habitantes en Jalapa. A diez kilómetros de Mataquescuintla se encuentra la mina Escolbal, donde una vigilia llamada “la Resistencia” se mantiene para observar los movimientos de camiones asociados con la mina, la cual tuvo que parar sus actividades en 2017 tras de una orden judicial. Vistiendo una camisa de Iron Maiden – de esas que se quieren mucho y que se usan hasta el final – Alex me vino a encontrar en la terminal de buses. Subí a su pick-up, al lado de Mateo, su hijo de 4 años y emprendimos el camino hacia su casa en la aldea de Sansupo, donde por 3 días conviví con él y su familia. La historia que sigue es la suya y la de la resistencia a la minería canadiense en el suroriente de Guatemala. Las raíces de la resistencia comunitaria La empresa Minera San Rafael llegó a la región en 2010 al mismo tiempo que apareció la roya del café [1]. Es en 2013 cuando la roya empezó a hacer daños importantes a los cafetales de Santa Rosa y Jalapa [2], coincidiendo con el otorgamiento de la licencia de explotación a Minera San Rafael. Al mismo tiempo, el precio local de venta del grano era muy malo, hasta no alcanzar a cubrir los gastos de producción. Ese contexto negativo para la caficultura vulneraba a los pequeños productores, al tal punto que unos sospecharon que la roya había sido introducida por MSR para que bajara el valor de los terrenos, y así los dueños tuvieran que venderlos rápidamente a la empresa. En la familia de caficultores Pacheco-Reynoso, es Topacio, la hija mayor, quien empezó primero el activismo anti-minería. Ella participó en manifestaciones para defender el medioambiente y fundó un grupo de jóvenes contra la minería. Su ánimo se contagió a su madre, Irma, y más tarde a su padre, Alex. Temiendo el impacto de la minería sobre el agua y los cultivos, muchxs vecinxs se movilizaron, empezando con la organización de consultas municipales con el apoyo de la Iglesia, de la Comisión Diocesana para la Defensa de la Naturaleza y del Centro de acción legal, ambiental y social. Desde 2011, son 8 consultas municipales (y 6 consultas comunitarias en la municipalidad de San Rafael, ya que no se conseguido el apoyo del consejo munipal) que se han realizado en la región suroriental, todas concluyendo en un rechazo contundente a la minería, más del 96% de los 68,733 votantes en total. En diciembre 2013, la Corte de Constitucionalidad reconoció que las consultas en la región son “mecanismos importantes por medio de los cuales se garantizan derechos fundamentales y son la clara expresión de un régimen democrático a través del cual lxs vecinxs de los municipios tienen el derecho de expresarse con relación al uso, goce o disfrute de los recursos naturales que se encuentran dentro del territorio de su municipio” [3]. La consulta en Mataquescuintla se organizó en 2012. Para lxs vecinxs, ver gente de afuera empezando a llegar para vivir en la región contribuyo al clima de tensión. Preocupado por este influjo, Alex empezó a involucrarse más y, junto con los otros miembros del Comité Comunitario de Desarrollo Rural, se unió al plantón contra la mina en el municipio vecino de San Rafael Las Flores. Poco a poco aumentó la violencia. En marzo de 2013, cuatro dirigentes comunitarios xinkas fueron emboscados después de una consulta comunitaria y uno de ellos fue asesinado, Exaltación Marcos Ucelo. A pesar del fuerte rechazo popular a la minería a cielo abierto, el Ministerio de Energía y Minas otorgó la licencia de explotación a MSR en abril 2013. La violencia extractivista canadiense En 2014, la trágica violencia minera tocó directamente a Alex y a su familia al cobrarse la vida de su unigénita Topacio, quién tenía apenas 16 años. El 13 de abril de 2014, Alex y Topacio fueron víctimas de un ataque armado. Ella falleció el día siguiente a causa de las heridas graves provocadas por las balas, mientras su padre sobrevivió después de un coma de 9 días. En octubre de 2015, Alex volvió a sufrir otro ataque armado cuando salía de la oficina del alcalde de Mataquescuintla con dos compañeros, que también fueron heridos. Aunque hubo un cambio de dueños de la mina (Pan American Silver compró Tahoe Resources) en febrero de 2019, Alex duda que haya mucho cambio: “es la misma gente y la misma chingadera”. Por otro lado, reconoce que la minera usa nuevas tácticas: “hay estigmatización y ataques directos a miembros de la Resistencia a través de perfiles falsos”, denuncia. Un café de luchas Fue para apoyar la resistencia comunitaria que se fundó “Café Resistencia”, a través del comercio directo entre productorxs de Mataquescuintla y compradorxs/tostadorxs de Canadá. En 2018, 5 familias participaron en el proyecto con 3 compradores canadienses. El siguiente año eran más de 50 productores participantes y 23 compradores. Juntos produjeron 10,000 quintales (1,000 toneladas) de café duro este año. La membresía de Café Resistencia está reservada para lxs colaboradorxs locales de la resistencia comunitaria quienes apoyan con comida, dinero y transporte a los comunitarios que hacen turnos de 24 horas para vigilar las idas y vueltas de los camiones de MSR. Franklin Adolfo Valenzuela, miembro de otra familia caficultora, dice que ahora hay mejor organización y lxs productorxs reciben mejor precio por su café nativo de la región. “Tenemos que mantener una calidad mínima de 84% de catación [4] y respetar el promedio de 1850 metros de altura para los cultivos”, me explicó. En la región, sin embargo, ha aumentado la migración por las limitaciones económicas y la conflictividad social. “La gente se va”, dice Alex. Pero, felizmente, lxs productorxs de Café Resistencia están contentxs. Por el momento, no piensan emigrar y quieren seguir haciendo negocios, conscientes que es difícil prever el volumen de la próxima producción de café, pues una helada o una sequía pueden quebrar sus cultivos. Resistir compartiendo, aprendiendo y creciendo En la familia de Alex, se ha heredado la tierra de padre a hijo. Ahora tiene 33,000 plantas de café en 37 acres de tierra, los cuales producen 140 quintales de pergamino por cosecha. De éstos, 125 van a Canadá, 10 son vendidos al bajo precio del mercado local y lo demás es venta directa en casa. Antes de los efectos agresivos de la roya y de los cambios climáticos, en la misma área cultivada la producción hace 5 años era cuatro veces más que ahora. Alex aprendió a cultivar el café de manera convencional con productos químicos (insecticidas, fungicidas) que destruían las malezas y los insectos. Como parte del acompañamiento que brinda la exportadora Shared Source y el comprador Box and Arrows de Vancouver, un día recibió la visita de agrónomos que le dieron consejos para cultivar su parcela de manera natural. Por ejemplo, ya no destruye las hierbas que crecen debajo de las plantas. Ahora Alex usa técnicas agrícolas de modo semi-orgánico para hacer la transición hacia la cultura orgánica. Alex quiere integrar sus cabras al cafetal para que coman el zacate, den abono a las plantas y mejoren la estructura del suelo. Además, ahora con la resistencia a la minería, Alex está más en contacto con personas ambientalistas, quienes han elevado su conciencia para guardar los bosques naturales que evitan la erosión. Fortalecimiento de la identidad xinka Los frutos de la movilización contra la minería no solo se ven dentro del proyecto colectivo Café Resistencia y en nuevas prácticas agrícolas amigables con el medioambiente, sino también se palpan en la identidad xinka rescatada y reafirmada. Las comunidades en la región están reconectando sus raíces y se autoidentifican más como Xinkas. “Somos Xinkas”, reafirma Alex. Y lo Xinka se ve también en el café. Alex me enseñó en su cafetal una estructura sencilla conformada por 3 piedras y me explicó: “en la cultura xinca, el número 3 es muy importante, representa a Dios, a nosotros y a la tierra”. La lucha sigue… Hoy Alex está menos involucrado en la resistencia de Mataquescuintla, porque participa más en las reuniones sobre la consulta en el Parlamento xinka. Después de una denuncia por discriminación y falta de consulta al pueblo xinka, la Corte Suprema de Justicia suspendió el 5 de julio de 2017 las licencias de MSR hasta que sea hecha la consulta. La Corte de Constitucionalidad (CC) avaló la decisión el 3 de septiembre de 2018. Más de un año después de la resolución, el proceso de pre-consulta no ha avanzado mucho y cada parámetro constituye un terreno de disputa entre los actores involucrados. Lo que el Parlamento xinka quiere evitar es que el ejercicio de consulta sea una mera formalidad administrativa para el Ministerio de Energía y Minas y MSR. Por el contrario, los diputados quieren que la consulta sea una herramienta para la autodeterminación de los pueblos “Lo más importante para los pueblos es su gente” Cuando le comenté a Alex que la semana siguiente yo tenía cita con el delegado comercial de la embajada de Canadá en Guatemala, le pregunté si tenía algún mensaje específico al gobierno canadiense. Tenía mucho que decir, aquí lo resumo:
  • Lo más importante para los pueblos es su gente.
  • Hay que respetar la opinión de la gente antes que la opinión de las empresas extractivas.
  • Hay que respetar las costumbres de la gente y sus economías.
  • El gobierno canadiense debería recomendar únicamente empresas que tengan respeto hacía las comunidades empezando con respetar los resultados de las consultas comunitarias y municipales
  El viernes, cerca del mediodía, terminó la semana de Alex como productor de café y empezó su trabajo de coordinación de Café Resistencia.  En el viaje de regreso a la capital, medité sobre el dolor y el terror que causan las industrias extractivas canadienses en las comunidades de América latina.  Esa historia de doble amargura habla de vidas robadas cruela- e injustamente, pero también del aroma amargo que viene brotando nuevas esperanzas, amistades y solidaridades.   Para saber más, pagina Facebook de Café Resistencia: https://www.facebook.com/Caf%C3%A9-Colis-Resistencia-312225039448537/ Imagen: cortesía  
Notas:  [1] La roya del café es una enfermedad producida por un hongo que afecta de manera drástica al café. Como lo afirma Dr. Francisco Anzueto Rodríguez, investigador de la Asociación Nacional del Café, aunque la roya apareció en Guatemala en los años 1970s, es en 2010 que empezó a causar daños severos y pérdidas de producción a las plantaciones. Tuvo mayor impacto en 2012-2014 en el suroriente, nororiente y Huehuetenango, las cuales son regiones cafetaleras que cuentan con una cantidad importante de licencias mineras. Las pérdidas totales asociadas a la roya al nivel nacional entre 2010 y 2014 se estiman en 80,000 toneladas de café y cerca de 100,000 empleos. Anzueto Rodriguez, Francisco. “La roya del café en Guatemala”, Entremundos, disponible en: http://www.entremundos.org/revista/economia/la-roya-del-cafe-en-guatemala/ [2] Larios, Roxana (2013). “Roya del café se propaga a nuevas áreas”, Prensa Libre, 26 septiembre 2013, disponible en: https://www.prensalibre.com/economia/roya-cafe-propaga-nuevas-areas_0_1000099988-html/ [3] Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina, “La Consulta Popular: Mecanismo importante de expresión popular y clara expresión de un régimen democrático”, disponible en: https://www.ocmal.org/la-consulta-popular-mecanismo-importante-de-expresion-popular-y-clara-expresion-de-un-regimen-democratico/ [4] Mycoffeebox.com define cada criterio evaluado durante la degustación del café.abc

Venezuela es el país latinoamericano con mayor número de migrantes en el 2019

La migración venezolana ha tenido un alto incremento en los últimos años. Se estima que para el 2005 la cifra de venezolanxs viviendo fuera del país, era menos de medio millón. En 2018, esa cifra ya era de dos millones y medio. Por su parte, la agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha informado que la cifra se incrementó más de cuatro millones en lo que va de año 2019 y al final del año, serán más de cinco millones de personas las que hayan salido del país. Las razones que han llevado a los más de cuatro millones de venezolanxs a dejar su país son muchas: salarios depauperados que no permiten cubrir los gastos de sus familias, difícil acceso a los alimentos, inseguridad, hiperinflación, servicios de salud deficientes… Las personas de sectores populares también migran En el 2005 la mayor parte de la migración correspondía a la clase alta y clase media que no compartían las políticas de Hugo Chávez. Desde el 2015 y con mayor énfasis desde el 2018, son los sectores más desposeídos los que dejan su casa, su trabajo y se van sin muchos ingresos y con poca planificación a buscar mejor calidad de vida. La mayor concentración de venezolanxs, según ACNUR, la tiene Colombia, país que acoge alrededor de 1,3 millones, seguido por Perú, con 768.000, Chile (288.000), Ecuador (263.000), Argentina (130.000) y Brasil (168.000). México y los países de América Central y el Caribe también albergan un gran número de refugiadxs y migrantes de Venezuela [1]. Pero salir del país no es una tarea fácil y accesible. Viajar por tierra puede costar entre 300 y 500 dólares estadounidenses, dependiendo del destino. Pasar por Colombia implica tramites de entre 12 y 24 horas para sellar pasaporte y registrar su ingreso en las oficinas de Migración Colombia, como lo dio a conocer Tibisay Guillen, migrante venezolana, desde la frontera colombo-venezolana, cuando viajó desde Caracas y pasó por Colombia como escala para llegar a Ecuador. La representante adjunta de ACNUR en Colombia, Yukiko Iriyama, expresó el 27 de agosto de 2019, que entre lxs migrantes venezolanxs hay mujeres embarazadas, niñxs desnutridxs y personas discapacitadas, lo que supone una gran carga para Colombia. La migración trastoca el tema de género. Los hombres viajan para conseguir mayores ingresos y poder enviar dinero a sus familias, pero las mujeres, además de salir del país por causas económicas, lo hacen para atender sus embarazos. Hay un gran número que ha salido para garantizar el nacimiento de sus hijos en otros territorios debido a que el sistema de salud venezolano no garantiza las condiciones mínimas para atender un parto o una cesárea; no hay acceso a la salud sexual y reproductiva en los centros de salud a nivel nacional. En Colombia, un censo de migrantes venezolanos realizado por el gobierno en el primer semestre de 2018 contabilizó más de 8.000 venezolanas embarazadas. Viaje de alto riesgo hacia un futuro incierto A consecuencia de su urgencia migratoria, las personas que salen de Venezuela por lo regular no tienen en cuenta las condiciones del país al cual van a llegar ni las dificultades con que encontraran en su camino migratorio. En el caso de Colombia, por citar un ejemplo, muchas personas colombianas viven en condiciones de calle y con poca o ninguna atención del gobierno, y a esa realidad muchos migrantes venezolanxs, sobre todo las personas que viajan de manera ilegal y ya que no tienen dinero para pagar un pasaporte que, en Venezuela, tiene un costo a unos 7$ dólares US, pero en el llamado “mercado negro” puede costar más de 1.000$. Esto ha generado que algunas personas se dediquen a la prostitución y a delinquir. Entre enero y julio de 2019, en territorio colombiano, han sido asesinados 233 venezolanxs, según el instituto de medicina legal de Colombia [2]. También deja en evidencia la poca respuesta del gobierno de Nicolás Maduro, ya que cada día cuesta más a lxs ciudadanxs sacar el documento de identidad en su propio país. El riesgo también lo sufren quienes deciden salir a las Islas de Curazao o Trinidad-y-Tobago. Estas personas viajan en lanchas que son usadas para practicar la pesca y en muchas ocasiones suelen exceder la cantidad de pasajeros permitidos, sin condiciones adecuadas y en horas que faciliten pasar desapercibidas. Entre abril y junio de 2019, se conoció el naufragio de tres lanchas que han dejado la cifra de más de 80 personas desaparecidas. El Diputado a la Asamblea Nacional, Robert Alcalá denunció la desaparición el 25 de abril de una lancha con 33 personas; nueve fueron rescatadas con vida. Luego, el 19 de mayo, informó que un bote que zarpó de Güiria, estado Sucre, a Trinidad y Tobago, se hundió en alta mar con 29 ocupantes. El tercer caso fue dado a conocer por el Diputado Luis Stefanelli: se trata de un bote que salió el viernes 7 de junio de Agüide, un pequeño pueblo costero en el estado Falcón, que llevaba entre 30 y 35 personas y partió clandestinamente con rumbo a Curazao. Para lxs venezolanxs, dejar su país implica muchas veces vender sus pocas posesiones, para pagar esos viajes de alto riesgo y con un futuro incierto. Riesgos para las mujeres migrantes Para las mujeres migrantes, el riesgo es aún más alto. Un estudio realizado en Chile en el 2018, por la Asociación de Municipalidades de Chile, y que lleva por nombre “Mujeres Migrantes: Desafíos y Reflexiones” muestra las vulnerabilidades a las que se enfrentan las mujeres aun teniendo visa para trabajar. En este caso, las mujeres manifestaron ser víctimas de distintos tipos de discriminación, abusos y violencia. La mayoría de ellas son empleadas para trabajar como domésticas, lo cual es el empleo más generalizado entre las mujeres migrantes. Solo el 55,1% tiene acceso a un empleo, en contraste con los hombres que el 75% está en el campo laboral [3].  Venezuela ocupa el tercer lugar de mujeres migrantes en ese país. Restricciones para la ola migratoria venezolana Como una manera de controlar la migración de venezolanxs, al menos siete países de Latinoamérica restringen el ingreso a su territorio. Guatemala, Panamá, Honduras y Costa Rica desde 2017 empezaron a exigir una “visa consultada”, el cual requiere un examen previo hecho por las autoridades migratorias. Desde el pasado 15 de junio, Perú exige a los venezolanos una “visa humanitaria”, Chile pide una “visa de responsabilidad democrática” que permite una residencia temporal por un año y Ecuador, desde el 26 de agosto de 2019, exige una “visa excepcional democrática” con lo que buscan frenar dicho éxodo. En el caso de la visa que solicitan en Ecuador, según migrantes apostadxs en Colombia ante la falta de este requerimiento, obtener ese documento puede costar 400$. Estas medidas hacen que permanezcan en sus fronteras una gran cantidad de ciudadanxs que, en muchos casos, viajaban por tierra cuando se hizo el anuncio de la medida restrictiva. Todo este tipo de acciones hacen aún más vulnerables a quienes deciden dejar Venezuela, y lxs exponen a la extorsión por parte de personas que ofrecen conseguir los documentos que no pueden obtener de manera tradicional en el país. Otros países como Canadá han retirado a su personal de Venezuela, y cualquier trámite relacionado con su país se debe realizar desde Colombia, limitando las opciones de lxs migrantes venezolanxs. Venezuela debe ocupar el top 5 de las peores crisis migratorias El pasado 21 de agosto, la Agencia de la ONU para los Refugiados publicó un video en Twitter en el cual enumeraba los cinco países de origen más comunes de los refugiados, donde no incluyeron a Venezuela. ACNUR ubicó en quinto lugar a Somalia, con 949.000 refugiados; seguido de Myanmar, con 1,1 millón. En tercer lugar, Sudán del Sur, con 2,3 millones de refugiados; después Afganistán, con 2,7 millones y, en primer lugar, Siria con 6,7 millones de personas que han salido de ese país debido a la guerra. Según cifras de la misma organización, hay 4.296.777 venezolanxs refugiadxs y migrantes en todo el mundo [4]. Según la ONU, para el cierre del 2019 serán unos 5,3 millones de personas que harán salido de Venezuela. Mientras tanto, el gobierno venezolano no ofrece cifras de lxs connacionales que han salido de su territorio, y califica como exagerada las que ofrecen organizaciones como ACNUR.   Foto: Juan Carlos Rosales, Periodista de Radio Fe y Alegría Venezuela.   
Notas  [1] Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (2019). Refugiados y migrantes de Venezuela superan los cuatro millones: ACNUR y OIM. 7 de junio 2019. En línea:  https://www.acnur.org/noticias/press/2019/6/5cfa5eb64/refugiados-y-migrantes-de-venezuela-superan-los-cuatro-millones-acnur-y.html [2] Noticias Canal RCN (2019). "Más de 200 venezolanos fueron asesinados en Colombia entre enero y julio". 24 de agosto 2019. En línea:  https://noticias.canalrcn.com/nacional/no-hay-esquema-que-resista-un-ataque-tan-atroz-director-de-la-unp-sobre-masacre-en-suarez [3] El Mostrador Braga (2019). "Ser mujer migrante en Chile: discriminación racial, cosificación sexual y violencia económica". 6 de agosto 2019. En línea:  https://www.elmostrador.cl/braga/destacados-braga/2019/08/06/ser-mujer-migrante-en-chile-discriminacion-racial-cosificacion-sexual-y-violencia-economica/ [4] Aunque los venezolanos son uno de los grupos de poblaciones desplazadas más grandes del mundo, el éxodo venezolano no aparece en el “top 5” de ACNUR : los casos de los venezolanos que huyen no se están interpretando en el marco del sistema internacional de asilo (ver https://www.nytimes.com/es/2019/06/20/migracion-acnur-venezuela/ ndlr).  abc

Frontera no es sólo una palabra

1 Frontera no se dice, se siente: línea imaginaria que separa pasado de futuro, infancia de promesas. Linde entre “fui” y “seré”, artificio moderno: policías, perros entrenados, cámaras de vigilancia, tecnología de reconocimiento facial y muros coronados con espinas de metal. Frontera no se dice, duele: división política que rompe el “tú y yo” del “nosotros”. (En lengua tojolabal, en Chiapas, no existe la diferencia entre “Yo” y “Nosotros” ni existen los conceptos “Yo” y “Mío”. No es lo que yo quiero sino lo que Nosotros, como comunidad, necesitamos). Irse y ver partir no es lo mismo, cuchillo no se empuña por el filo, ausencia llenó la casa un día antes de la despedida. Quienes se quedan ven partir en dos su vida, viven envueltos entre recuerdos y objetos que evocan recuerdos. Quienes se quedan a veces escuchan las voces de los que migraron, silencio y abandono se sientan a la mesa. Todo cambió. La migración no tiene regreso. Frontera nunca se dice fácilmente, se conjuga: verbo o jaula, que escinde el “somos” de “la nada”, los muertos ahogados de los asesinados por una bala. La migración no tiene cura. Frontera no se dice, se cruza: todo es imaginación, épica y romanticismo, excepto para quienes por ahí caminaron y quienes hasta ahí llegaron. La migración no tiene solución. (Una niña le pregunta a su padre: “Papá, ¿hasta cuándo vamos a dejar de ser migrantes? Y en el hermoso cielo nocturno brillan, indiferentes y en silencio, las estrellas). Migraron las mariposas, magia y aleteo se convirtieron, por medio de hipnosis, en sueño, luego en pesadilla: Jaulamérica. Ataron sus alas con alambre (así no podrían regresar) les convencieron de no ser mariposas con aleteo de fuego y sol interno mariposas que vienen y van que van y vienen na tu ral men te. Cruzamos otros límites: no es mariposa quien no vuela más y se arrastra por las sombras bajo la oscuridad. Mariposas migrantes, exiliadas, sin alas ya, convertidas en otros animales, roedores que trabajan arduamente en nombre del Imperio. 2 Nuestra lengua está conectada al corazón, decimos porque así sentimos: te extrañamos, te queremos, te pedimos que regreses a tu tierra. Te esperamos. Llámanos si un día vuelves en sí, o te echan, si un día regresas por tu propio pie o deportada, si un día vuelves en vida y no en muerte. Vuelve a tu tierra antes que –sí, ellos mismos– talen el último árbol, antes que contaminen el último río y antes que toda tu familia sea asesinada. Vuelve antes que el sueño americano te convierta en otro ser, sin alma, desnaturalizado, y antes que sus corporaciones destruyan nuestra casa o invadan y roben vuestra/nuestra tierra. ¿Nos escuchas? ¿Te has olvidado de nosotros? ¿Aún nos reconoces? ¿Aún...? Frontera no es una palabra: es ausencia en dos sentidos, un vacío, monstruo de múltiples cabezas, hidra capitalista: destino, anestesia, ficción. Frontera no es una palabra: es mentiras, peste, corrupción, dolor dentro del dolor, es miedo, violación, tortura, desesperación, fiebre, cráneos, desprecio, es saqueo, racismo, profunda vergüenza, extremidades amputadas y cadáveres bajo el sol del desierto de mujeres, hombres, niños y niñas que nunca volvieron a ver a su Madre otra vez. La migración no tiene regreso, ni cura, ni solución. Debemos desenredar la trama migrante, postmigrar, desandar el camino, desmontar su negocio, des-migrar, poner límites propios, deshacer los nudos y los errores, decolonizarnos, volver a volar, volver a casa, resistir, salvarse. (En el Desierto Sonorense, antes de que alguna frontera existiera, los miembros de la Nación Tohono Oʼodham viajaban ida y vuelta a visitar a su familia, migraban con las estaciones desde sus hogares en los valles hasta sus casas más frescas en las montañas. Ellos afirman que la palabra “muro” no existe en su lengua). Frontera es un dispositivo más de la lógica que estructura las relaciones de dominación, último paso que normaliza la ficción neocolonial: el Norte como único destino porque nosotros, en el Sur, aparentemente somos nada, nadie. Frontera no es solo una palabra. (Es un velo que adormece y oculta la verdad). Frontera no es solo un muro. (Es una de las armas de defensa del Imperio que destruye otros “horizontes de sentido”). Frontera será una palabra que un día apenas sabremos nombrar.abc

Éditorial

*Artículo disponible solamente en francés* On dit souvent que les chiffres sont parlants. Soit, mais il est facile d’oublier que derrière les statistiques se cachent des histoires humaines uniques, complexes. Laissons tout de même un instant parler les chiffres : le nombre de migrant.e.s est en hausse dans toutes les régions du monde, et a atteint 272 millions de personnes dans le monde en 2019. Les déplacements forcés à travers les frontières internationales continuent aussi à augmenter. Entre 2010 et 2017, le nombre de réfugié.e.s et de demandeur.e.s d’asile a augmenté d’environ 13 millions, soit près du quart de l’augmentation du nombre de migrant.e.s. Et il faut se rappeler que ce ne sont pas tous les déplacements forcés qui sont comptabilisés ici : échappent notamment au décompte les millions de personnes déplacées à l’intérieur de leur propre pays, de même que les millions de migrant.e.s forcé.e.s qui n’entrent pas dans la catégorie des réfugié.e.s, une situation décriée dans plusieurs articles du présent numéro. Chacune de ces histoires de migration ou de déplacement forcé a ses causes particulières et ses conséquences singulières, intimes. Et en même temps, elles ont un dénominateur commun : l’injustice sociale produite par un système d’accumulation des richesses qui s’appuie sur l’usage de la force brute, brutale… qui s’exerce notamment – et de plus en plus – contre les migrant.e.s, ceux et celles-là mêmes qui tentent de fuir l’injustice. Les accords passés entre les États-Unis et le Mexique en juin 2019, se démarquent à cet égard. Sous la menace de pressions économiques, le gouvernement de López Obrador a accepté d’envoyer 6000 effectifs de la Garde nationale à la frontière avec le Guatemala, le point d’entrée du plus grand nombre de migrants en provenance d’Amérique centrale. Plus au sud, des « accords migratoires » passés en juillet 2019 entre les États-Unis et les gouvernements soumis du Guatemala et du Honduras (encore une fois sous la menace de sanctions douanières), imposent de nouvelles mesures pour détenir le flux migratoire en direction des États-Unis. Ces accords incluent ironiquement la déclaration du Guatemala et du Honduras comme « tiers pays sûrs » : selon cette logique, les migrant.e.s originaires du Salvador, par exemple, trouveraient au Guatemala ou au Honduras suffisamment de sécurité pour y demander l’asile, alors que ces pays sont ceux qui expulsent le plus de leur propre population vers le Nord. Dans les deux cas, il s’agit finalement de construire des barrages pour contenir et bloquer les personnes migrantes loin des États-Unis et du Canada. Triomphe de la perversion politique qui considère la migration comme un risque à la sécurité nationale plutôt que de l’envisager comme une question de droits humains fondamentaux. Les textes de cette édition mettent en lumière l’arbitraire et la violence des frontières. Ils nous invitent aussi à examiner notre responsabilité collective ici, au Canada, dans les migrations forcées, c’est-à-dire la façon dont nos politiques étrangères et économiques, de même que les agissements des entreprises canadiennes, contribuent à générer ou à perpétuer les mécanismes d’appauvrissement, de pillage, de corruption et de violence qui ont conduit aux exodes massifs des dernières années. Mais tout n’est pas perdu. Au cours de la dernière année, nous avons vu des exemples extraordinaires d’humanité et de solidarité. Les personnes migrantes qui ont fait partie des caravanes ayant traversé le Guatemala et le Mexique ont témoigné d’innombrables actes de bonté et de soutien de la part de personnes, de familles et d’organisations sociales et religieuses tout au long du chemin, sans l’appui desquelles elles n’auraient pas survécu au froid, à la faim et à l’immobilité. De même, les textes que nous vous présentons ici sont autant d’appels à renouveler et réinventer nos solidarités. Depuis près de 40 ans, nous consignons entre les pages de Caminando témoignages et réflexions : nous avons dénoncé des dictatures, rendu compte d’exils et de processus de paix, documenté l’instauration de mégaprojets, le pillage de territoires, les violations des droits humains. Et aujourd’hui, nous poursuivons notre travail d’analyse et d’appel à l’action. Nous sommes encore là, en chemin, au côté des personnes, des communautés et des peuples qui se soulèvent, qui cherchent, qui souffrent, qui exigent et qui proposent. Qui ne se résignent pas.abc