Categoría: 2015

La Marcha Mundial de las Mujeres: por la liberación de nuestros cuerpos y nuestros territorios

A menudo cuando se escucha por primera vez de la Marcha Mundial de las Mujeres la pregunta que sigue es ¿cuándo fue la marcha? O ¿cuándo será la marcha? La Marcha Mundial de las Mujeres (MMM) no es un evento que sucede en algún lugar o en un momento en específico. Se trata de un movimiento permanente que, desde hace quince años, lucha contra el patriarcado y el capitalismo en todo el mundo. Está integrado por mujeres muy diversas, con trayectorias políticas distintas, pero que tienen en común la búsqueda de un mundo más justo para todas y todos. Los valores que les mueven son la paz, la igualdad, la solidaridad, la justicia y la libertad. Si bien la Marcha se moviliza en algunas fechas simbólicas, como el 8 de marzo, día internacional de las mujeres,  o el 17 de octubre, día de la erradicación de la pobreza, también lo hace cotidianamente en sintonía con las agendas de movimientos críticos a la globalización, contra la guerra y la violencia,  frente al cambio climático, por la soberanía alimentaria, y en luchas cotidianas de defensa nuestros territorios y nuestros derechos. Como cuenta Celia Alldrige, responsable de enlace del secretariado internacional de 2006 a 2013, la Marcha impulsa acciones desde un feminismo “de izquierda, de transformación, de cuestionamiento al sistema” [1]. Las militantes de la Marcha participan en organizaciones de mujeres, pero también en organizaciones mixtas (de hombres y mujeres), en procesos amplios de lucha. Los grupos de base que participan en la MMM son muy diversos y cuentan con una dinámica propia; por eso, dicen las compañeras brasileñas, “las acciones internacionales son construidas de manera que permitan tejer una red que conecte estas dinámicas diversas a partir de una perspectiva feminista y así fortalecer su capacidad de respuesta a los contextos locales y nacionales” [2]. Emilia Castro, sindicalista quebequense, afirma: “estamos cada una en nuestros frentes de trabajo, sindicales, comunitarios. Eso hace también que haya una riqueza muy enorme” [3], que permite, como dice Celia, “construir un análisis, una mirada, y en consecuencia acciones, que están basadas en lo local pero que son análisis globales” [4]. Para Sandra Morán, de Guatemala, la Marcha busca construir feminismos populares “como una apuesta y una propuesta que ayude a las mujeres a cambiar su vida, y a incidir incluso en los otros movimientos donde se mueven” [5]. Otra particularidad, apuntan Miriam Nobre y Wilhelmina Trout, de la Marcha en Brasil y Sudáfrica, respectivamente, es que: “asumirse feminista no es una condición previa de adhesión a la MMM; lo que queremos es que todas sus militantes se identifiquen con el feminismo en el proceso” [6]. Es un movimiento que reconoce en su discurso y prácticas la diversidad de las mujeres y las distintas opresiones que nos atraviesan. Pone su energía en construir condiciones para que sean las propias mujeres quienes transformen sus realidades. Su repertorio de movilización pasa por acciones feministas callejeras, transgresoras, creativas, ligadas al mismo tiempo a procesos de formación y reflexión basados en metodologías de educación popular. Si bien tiene un énfasis en lo local, hay una clara apuesta a la solidaridad internacional y al trabajo en alianza con otros movimientos sociales. Busca siempre ir más allá de la protesta y generar alternativas para el mundo. Hasta que todas seamos libres: un movimiento con múltiples intersecciones La MMM denuncia las múltiples opresiones que enfrentamos las mujeres: racismo, clasismo, heterosexismo, colonialismo, y cómo se van combinando con el sexismo [7].  Nuestras identidades, dice Nalu Faria, de la Marcha en Brasil, “no nos fragmentan, sino que nos potencializan: mujeres lesbianas, jóvenes, indígenas, hay que ver la integralidad de las relaciones de opresión y crear alternativas radicales para la sustentabilidad de la vida humana” [8].  Para Nancy Burrows, integrante del primer secretariado internacional, en Quebec, el primer desafío de la Marcha fue crear una plataforma común: “encontrar lo que nos une y que es lo suficientemente grande para que todas puedan reconocerse y tengan ganas de movilizarse, dejando espacio para todas las expresiones nacionales y regionales” [9]. Aunque la Marcha se planteó desde el inicio luchar para erradicar las causas de la pobreza y la violencia, sabemos que estas problemáticas afectan de forma diferenciada a las mujeres, dependiendo de sus contextos. Esto implica que “cada una, cada país, va a tomar el combate a la pobreza y la violencia de formas distintas”, dice Alessandra Ceregatti, del segundo secretariado internacional, con sede en Brasil [10]. Es por esto que los campos de acción de la Marcha intentan reflejar la multiplicidad de luchas de las mujeres del mundo: 1) Bien común, soberanía alimentaria y el acceso a los recursos y a la biodiversidad; 2) Paz y desmilitarización; 3) El trabajo de las mujeres; y 4) Violencia hacia las mujeres como herramienta de control de los cuerpos, la vida y la sexualidad de las mujeres [11]. Tenemos luchas distintas, pero también luchas comunes, y sabemos que juntas somos más fuertes. Es importante hacer visible lo que nos une, a partir de nuestras diferencias. En la declaración del día internacional de las mujeres, la Marcha afirmó: “todas somos mujeres mayas, xincas y mestizas guatemaltecas protegiendo nuestros territorios – nuestras tierras y nuestros cuerpos - de la industria minera e hidroeléctrica; todas somos mujeres de los pueblos originarios de Canadá, haciendo frente a la discriminación e injusticias a las que se enfrentan los pueblos indígenas desde tiempos inmemoriales; todas somos mujeres de Mali, desafiando la opresión islámica, todas somos europeas desafiando nuestros gobiernos al hacer frente a medidas de austeridad” [12]. La Marcha es un espejo donde todas podemos reflejarnos y construir la solidaridad entre compañeras en lucha. 2015: la Cuarta Acción Internacional de la Marcha El 8 de marzo de 2015, arrancó la cuarta acción internacional de la Marcha. En 9na reunión internacional, en Sao Paulo, Brasil (agosto 2013) se decidió enfatizar  la defensa de nuestra tierra, nuestro cuerpo y nuestros territorios;  esto permitía “hablar de múltiples aspectos de las resistencias, por ejemplo, de los enlaces entre militarización, conflictos armados, control violento de los recursos naturales, imposición de fronteras artificiales y control de las migraciones de personas; de los vínculos entre la industria del sexo, la migración de mujeres y la militarización; de cómo se expresa el colonialismo a través no solo del control de nuestros recursos naturales, sino de nuestra producción industrial y alimentaria, de la imposición de expresiones artísticas y culturales externas a nuestras culturas, memoria e historia; de cómo estamos colonializadas y reproducimos el colonialismo en nuestro cotidiano. Al mismo tiempo, permite también hablar de lo que significa liberarnos de esos controles y de lo que son nuestras alternativas” [13]. Una caravana feminista partió del Kurdistán turco, reuniéndose con mujeres de Grecia, los Balcanes, Italia, Suiza, España, País Vasco, Galicia, Francia, Bélgica, Alemania, Polonia, Hungría, Austria,  hasta finalizar en octubre con una gran acción en Portugal [14]. En Brasil, se están realizando acciones regionales para exigir el fin de la violencia contra las mujeres, a favor de la agroecología y la economía solidaria y feminista, por la legalización del aborto y por la desmilitarización. Un colectivo de jóvenes comunicadoras se encuentran registrando este recorrido, del que resultará el documental “Hormiguero: la revolución cotidiana de las mujeres” [15]. El 24 de abril se celebraron las 24 horas de solidaridad feminista, con acciones simultáneas que exigían justica para las trabajadoras de Rana Plaza, en Bangladesh, tras el derrumbamiento del edificio donde laboraban.  De Túnez a Mozambique, de México hasta Japón,  afirmamos que Rana Plaza está en todas partes y exigimos condiciones de trabajo justas y reparación a las víctimas de esta catástrofe. En Quebec, mujeres de 17 regiones se movilizan para resistir las políticas de austeridad que refuerzan las desigualdades, para detener la destrucción ambiental, oponerse a las lógicas militares, de criminalización de la protesta, y denuncian los asesinatos y desapariciones de mujeres indígenas. Después del coloquio internacional “Liberons nos corps, notre terre et nos territoires”, una caravana recorrerá las distintas regiones de Quebec y arribará a Trois Rivieres el 17 de octubre, para cerrar las acciones con un gran acto multitudinario [16]. En todo el mundo miles de mujeres están debatiendo, organizándose, movilizándose en acciones en las calles, en nuestras comunidades y en las redes virtuales para defender nuestros territorios frente a proyectos extractivos, como las compañeras de Cajamarca, Perú - sede del próximo encuentro de la Marcha en la región Américas - frente a la minería tóxica. En Argentina han gritado ¡Fuera Monsanto de nuestros territorios! En Brasil, miles de campesinas marcharon para defender la soberanía alimentaria. En Chile exigen no más plantaciones de monocultivos. En Estados Unidos, la recién formada coordinación nacional de la Marcha, Global Grassroots Justice Alliance, toma las calles para denunciar la guerra y el cambio climático, por una economía para la gente y el planeta [17]. En Guatemala las mujeres se han sumado a las históricas movilizaciones que derivaron en la renuncia del presidente Otto Pérez Molina, que ahora enfrenta un juicio por corrupción. La lucha contra las causas de la pobreza y la violencia  hacia las mujeres tiene múltiples rostros y se nutre de solidaridades a través de las fronteras. Hoy, como hace 15 años, seguimos en Marcha, hasta que nuestra tierra, nuestro cuerpo y territorios sean libres. Fotografía: Au « champ des filles » occupé, Genève, Suisse. Caravane féministe, 2015
Notas [1] Entrevista con Celia Alldrige, septiembre 2013. [2] Nobre, Miriam, y de Roure, Sarah, 2012, “La construcción de la Marcha Mundial de las Mujeres: formas organizativas y sostenimiento de nuestro movimiento”. Movimientos sociales y cooperación, 53. [3] Entrevista con Emilia Castro, junio 2014. [4] Entrevista con Celia Alldridge, septiembre 2013 [5] http://www.contextolatinoamericano.com/articulos/feminismo-popular-en-debate/ [6] Nobre, Miriam y Wilhelmina Trout, 2008, Feminismo en la construcción colectiva de alternativas. La Marcha Mundial de las Mujeres en el FSM. Contexto Latinoamericano, Ciudad de México: Ocean Sur, no. 7, ene-mar. [7] Marcha Mundial de las Mujeres. Una década de lucha internacional feminista. 1998-2008.  SOF: Sao Paulo. [8] Nalu Faria, 9no encuentro internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres. Sao Paulo, Brasil. Agosto 2013. [9] Entrevista con Nancy Burrows, junio 2014 [10] Entrevista con Alessandra Ceregatti, septiembre 2013. [11] Marcha Mundial de las Mujeres. Una década de lucha internacional feminista. 1998-2008.  SOF: Sao Paulo. [12] http://www.marchemondiale.org/actions/2013/declaration/es [13] Informe del 9no Encuentro Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres, São Paulo, Brasil, 25 al 31 de agosto de 2013. [14] http://www.verkami.com/projects/10679-feminist-caravan-2015 [15] https://beta.benfeitoria.com/formigueirofilme [16] http://www.mmfqc.org/ [17] http://ggjalliance.org/about abc

Resistiendo a la violencia medio ambiental contra las mujeres

“Para nuestros antepasados la Madre Tierra tenia vida como nosotros, nuestros cerros, los árboles, los ríos y lagos eran respetados, vivían en armonía con nuestra Pachamama (Madre Tierra), esa es la herencia que nos han dejado nuestros Achachilas (abuelos)” [1]   Mama Eduarda – Red Nacional de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra. Con palabras sencillas y muy propias, las mujeres indígenas de Bolivia dan cuenta de lo importante que es la Madre Tierra y su fuerte vínculo con el territorio, por ello de forma previa a sus actividades, los pueblos indígenas realizan rituales de agradecimiento a la Madre Tierra  por todas sus bondades. Por todo el significado simbólico y la importancia que tienen los recursos naturales para estos pueblos, ellos establecen una relación de armonía y protección. Una realidad socavada en territorio boliviano y centralmente en las comunidades de los departamentos de Oruro, La Paz y Potosí, es la actividad minera. La minería por socavones data desde épocas de la Colonia, sin embargo desde principios de los 80 se profundiza con la instauración de la minería transnacional y la forma de explotación a cielo abierto, causando impactos diferenciados y el despojo del territorio, la contaminación y la violencia medio ambiental contra las mujeres; de esta forma se perpetua un modelo de  desarrollo extractivista y patriarcal que se orienta a obstaculizar el bienestar de las mujeres y de la Madre Tierra con acciones de opresión y subordinación. Violencia Medio Ambiental contra las Mujeres Si bien los daños ambientales de la actividad minera como ser la contaminación de suelos, del agua, su escasez o desaparición, la perdida de la biodiversidad entre otros, afectan a toda la población, son las mujeres por su ubicación en las actividades productivas y reproductivas y por los roles tradiciones de género (socialmente construidos), las que asumen estas consecuencias y son las que deben sacrificar su bienestar para encontrar formas de apalear los impactos que afecta su calidad de vida y la de sus familias. “Desde que ha empezado a explotar esa empresa minera, en mi comunidad ha rebajado el agua, hasta que nos hemos quedado sin agua, se han secado las vertientes, así no se puede vivir, yo tengo que hacerme regalar agua o ir lejos a buscar porque tengo que asegurar la alimentación para mi familia” Sabina Red Nacional de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra A partir de la reflexión colectiva y como una estrategia de lucha en defensa de la madre tierra la Red Nacional de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra RENAMAT ha desarrollado un concepto basado en la Ley Integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia [2] un concepto que fue resumido en un boletín informativo de la siguiente forma:  “Cuando se contamina el Medio Ambiente o se sobre explotan los recursos naturales para satisfacer el lucro de unos cuantos, también se atenta, contra las condiciones de producción de nuestras vidas, contra nuestro patrimonio, nuestra economía entonces se atentan contra nuestros derechos y contra el derecho fundamental a la Vida a ello le llamamos Violencia medio ambiental contra las mujeres”  Boletín Red Nacional de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra Tejiendo Resistencias El mes de  octubre del año 2013 las mujeres afectadas por empresas mineras y las que se encuentran en riesgo unificadas y hermanadas por un mismo proceso de resistencia, se reunieron en una cumbre nacional y desde entonces decidieron articularse para formar la Red Nacional de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra, los principales objetivos de la red son hacer frente a los impactos mineros y generar lazos de articulación y solidaridad entre mujeres en busca de soluciones inmediatas para problemas que les afectan. (Boletín Red Nacional de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra) Los ejes que unen a estas mujeres en su diversidad cultural y social son las resistencias en defensa de sus fuentes de agua, de sus tierras y de sus territorios, de la salud de ellas y la de sus familias, su lucha por el derecho a una soberanía alimentaria. Un caso ejemplar que sirve de referencia para la unidad al interior de esta red, es el que ocurre en Challapata, una zona agrícola ganadera y lechera que desde hace 22 años está en resistencia, Challapata se ha mantenido alerta frente a la amenaza de explotación minera en su zona por parte de una empresa minera canadiense; la Castillian Resources [3] que pretende realizar sus operaciones a cielo abierto frente a la represa de Tacagua que es la principal fuente de riego de cultivos de la población. Muchas han sido las movilizaciones y acciones emprendidas por la comunidad sin embargo cabe resaltar el rol de las mujeres en las movilizaciones, son ellas las que, arriesgando su propia integridad se ponen por delante en las movilizaciones defendiendo su principal fuente de agua que garantiza la matriz productiva del sector. Gracias a su fortaleza Challapata ha logrado consolidarse en una zona productiva de lácteos. Lastimosamente estas conquistas sólo fueron logradas por medio del esfuerzo de las poblaciones locales, la respuesta del Estado ha sido la defensa de la minería y la criminalización de la protesta. Mallku Q’uta, una pequeña comunidad del Norte de Potosí ha tenido que sufrir una dura represión militar en la que se maltrató a mujeres y niños, todo en defensa de la Madre Tierra, pues un megaproyecto amenazaba con adueñarse de sus lagunas para explotar los minerales que ahí existen, este pueblo organizó una importante resistencia porque los efectos de la minería empezaban a sentirse: algunas mujeres de la comunidad habían sufrido abuso sexual por parte de los trabajadores de la empresa South American Silver que estaba aún en fase de exploración. Estos son sólo dos casos de los muchos que son parte de la agenda de la Red, existen aún otros muy graves en los que se han dado casos de despojo de los recursos hídricos. Todas estas formas de violencia sufridas por las mujeres indígenas, campesinas, originarias y regantes han determinado que la RENAMAT se constituya en un mecanismo de articulaciones y alianzas estratégicas que viene realizando un trabajo constante de activismo ambiental, político y se posiciona como un instrumento del movimiento de mujeres; socializando y sensibilizando a la población en general sobre las consecuencias devastadoras de la minería sobre la vida de las mujeres. Y, por otra parte demandando del Estado, de las gobernaciones y de los municipios una respuesta inmediata de restauración y remediación ambiental. La RENAMAT [4] realiza en la actualidad diversas campañas en defensa de la madre tierra, en denuncia de los efectos destructores de la minería extractivista y en fortalecimiento de las resistencias. A la par se vienen realizando esfuerzos para que no sólo se teja una Red de alianzas, sino también se tejan redes de conocimiento construido colectivamente, para demostrar que es necesario que las mujeres de los pueblos tomen la voz, ejerzan el derecho a la palabra para adueñarse de ella a partir de su sabiduría, una sabiduría legada ancestralmente por todas las mujeres que vienen cuidando de la Madre Tierra hace miles de años y que hoy es más urgente que nunca hacer respetar estos valores. El ejercicio de la violencia medioambiental contra las mujeres es hoy una herida de muerte para la Pachamama y a la vez dañar a la Madre Tierra es dañar el cuerpo territorio de miles mujeres, mujeres que se encuentran hoy en pie de lucha para defender, con sus vidas si es necesario, los recursos naturales que son suyos por derecho histórico. Fotografía: RENAMAT, 2015
Notas [1] Pachamama, Achachilas palabras en idioma Quechua. [2] Ley 348 aprobada el año 2013. [3] Informe capaña 50 años de produccion sin contaminacion realizada por la asociación de Usuarios del sistema de riego N2 Tacagua. [4] La RENAMAT es la Red Nacional de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra, una articulación de afectadas por empresas mineras.
Bibliografía Colectivo CASA. 2013. Mineria con M de Machismo, Madre Tierra con M de Mujer, Percepciones femeninas sobre los impactos ambientales y con los conflictos con la minería en comunidades indígenas campesinas.124p. Colectivo CASA. 2011. Challapata 50 años de producción sin contaminación. www.colectivocasa.org.bo Colectivo CASA. 2013. A un año del Conflicto en Mallku Q`uta criminalización de la protesta y vioencia estatal impunes. www.colectivocasa.org.bo Ley Integral para garantizar a las mujeres una vida libre de Violencia, Ley 348. (2013, 9 de Marzo) Red Nacional de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra - RENAMAT. (2014). Boletín informativo, www.reamatbolivia.blogspot.comabc