Categoría: 2015

Mujeres en la lucha: las Rondas femininas de Cajamarca y el pueblo ashaninkas contra el extractivismo en Perú

Hablar de las luchas de las mujeres en defensa de su territorio y del medioambiente es contar la historia de las rondas femeninas del Tambo [1]. Las rondas campesinas son una organización civil sui generis que se fundaron en 1978 en Cuyumalca, provincia de Chota [2], en el departamento de Cajamarca, al nororiente del Perú. El fin de las rondas es de velar por la seguridad y combatir la delincuencia. Posteriormente, las rondas campesinas jugaron un rol muy importante en la lucha contra Sendero Luminoso [3] y esta agrupación no logró implantarse en Cajamarca quedando asi este departamento libre de la guerra civil que aquejaba al pais entre los años 1982 y 1992 [4]. Los miembros de las rondas son escogidos a mano alzada en asambleas. El miembro que falle se destituye también inmediatamente. La organización tiene reglamentos, estatutos y mandamientos de conducta [5] que convierten a las rondas en una organización muy respetada y con elevada ética de conducta y mucho poder. Las rondas fueron reconocidas legalmente con el artículo de la constitución 149 peruana [6] y se rigen bajo la ley de rondas campesinas 27908 [7]. Tienen potestad para ejercer la justicia entre sus miembros. Intervienen en todo tipo de casos, desde robos, delicuencia, atentados a las personas, diferendos territoriales, deudas etc; Los casos se resuelven en tribunales en donde los miembros de las rondas emiten un fallo equitativo después de que cada miembro se haya manifestado. El castigo es inmediato y es en general físico. Las rondas han participado activamente en la defensa del territorio luchando contra el extractivismo como en los caso Majaz [8] (provincias de Huancabamba y Ayabaca de la region Piura, las rondas y comunidades campesinas se oponían a la mina con un saldo de siete muertos) Conga [9] (provincias de Bambamarca y Celendín de la región Cajamarca, rondas y población defienden a sus lagunas contra la minera Yanacocha con un saldo de 5 muertos, decenas de heridos y centenares procesados) y muchos otros.  Muchos ronderos han fallecido en estas luchas. Más adelante se crearon las rondas femeninas y hoy en dia existen también rondas urbanas. El centro poblado de El Tambo se encuentra a unos 2800 metros de altura en la provincia de Bambamarca, en la región de Cajamarca, Perú. Esta provincia se ve directamente afectada por el proyecto minero CONGA. La laguna de Namococha en Bambamarca, las lagunas Azul, Cortada, El Perol en Celendin desaparecerían en este proyecto [10] para dejar en su lugar un tajo de donde extraerían el oro. Yanacocha, la empresa minera de propiedad de la la empresa estadounidense Newmont (51%), de la empresa peruana Buenaventura (43%) y de la sucursal IFC  del Banco Mundial (5%°)  que explota la mina de oro más grande de latinoamérica en Cajamarca desde 1993 [11], es portadora del proyecto Conga que tiene el aval del gobierno peruano. Este proyecto ha costado ya al menos cinco víctimas asesinadas por balas de la policía, decenas de heridos y centenares de personas enjuiciadas [12]. En El Tambo el agua escasea y si las lagunas aledañas son afectadas por el proyecto y la napas freáticas contaminadas por los relaves mineros la situación será mil veces peor con todas las consecuencias que conocemos de la minería. Las rondas femeninas de El Tambo están constituidas por mas de 200 ronderas y 10 mujeres dirigentas. Pertenencen a la “Central de Rondas femeninas de Bambamarca” creada hace mas de treinta años a raiz de la inseguridad y delinciencia común. En el paro del 5 de marzo del 2001 [13] jugaron un rol crucial: los ronderos y ronderas se desplazaron a la ciudad de Cajamarca a protestar por la muerte de truchas de los rios provocada por los relaves de la mina de oro y cobre de Yanacocha. Ellas preparaban las ollas comunes y se encadenaron en las rejas de la iglesia para protestar.  Ellas han sabido cuidar de sus lagunas subiendo a más de 4 mil metros, acampando junto a los ronderos bajo la interperie en campamentos con carpas de plástico con el fin de vigilar las lagunas, comiendo de ollas comunes, compartiendo lo poco y a la vez lo mucho que tienen. Ellas también son Guardianas de las Lagunas [14]. Conducen también un programa radial que  se difunde semanalmente y habla de sus problemas, de la defensa del medioambiente e imparte capacitación. No han dudado en ponerse firmes  frente a la policia y proteger sus lagunas. Para ellas defender su territorio, defender sus lagunas, la pachamama es defender su cuerpo violentado por las empresas extractivas. No les ha sido facil organizarse, en una sociedad patriarcal, tuvieron que imponerse a veces contra la voluntad de la familia y del marido. En la sociedad patriarcal tienen el mérito de haber sabido ganarse el respeto del género masculino y combatir contra la violencia hacia la mujer, muchas veces gracias a los talleres de capacitación que organizan. A cientos de kilometros de Cajamarca, en el valle del rio Ene, en plena selva central, Ruth Buendia, ashaninka y presidenta de la Central Ashaninka del Rio Ene [15], se opone junto a su organización a la construcción de la megarepresa hidroeléctrica Pakitzapango sobre el rio ENE [16]. Esta represa hace parte del convenio bilateral firmado por los presidentes Alan Garcia del Perú y el presidente Lula de Brasil en 2009 [17]. Cerca de 90 mil hectáreas de bosque serían inundadas con el desplazamiento de las poblaciones ashaninkas que viven en esos territorios considerados sagrados. La empresa brasileña Odebrecht [18], encargada del proyecto, no realizó ninguna consulta previa à pesar que el Perú a ratificado el convenio 169 de la oit [19] .  Luego de muchas protestas, la empresa Odebrecht renunció a desarrollar el proyecto pero sin embargo este sigue vigente en los planes del gobierno peruano al 2021-2050 [20]. Para proteger su territorio, los ashaninkas han creado el Parque Nacional Otishi y la Reserva Comunal Ashaninka. La central está constituida por 17 comunidades y 33 anexos; fue creada en 1993 con el objetivo de guiar y defender a los ashaninkas en su lucha contra la violencia y las invasiones de tierra. Los ashaninkas fueron víctimas de Sendero Luminoso [21] y muchas veces esclavizados por ellos como lo fue Ruth Buendía a los 12 años. Hoy luchan contra los proyectos de megarepresas en su territorio. Han creado alternativas como la Asociación de Productores Ashaninkas Kemito Ene que produce cacao orgánico en la zona y los exporta. Además, en su proyecto de gobernabilidad financiado por la Union Europea, apoyan a los gobiernos locales en gestión municipal a través de un diplomado. Tienen proyectos en el sector salud y educación adaptados a sus necesidades locales. Ruth sufrió de niña los embates de la presencia de Sendero Luminoso trabajó como voluntaria en CARE y poco a poco gracias a su dedicación y capacidades llegó a integrar la organización y fue elegida en 2005 presidenta de dicha organización. Su empeño y esfuerzo en la lucha contra la megarepresa difundiendo la catastrofe para su comunidad y el medioambiente que representa esta megarepresa ha sido recompesado: el proyecto ha sido congelado y ella ha recibido numerosos premios internacionales. Al mismo tiempo ofrece alternativas a la construcción de la megarepresa. Las mujeres juegan un rol preponderante no solo en las actividades que tradicionalmente y patriacalmente se le han atribuido, sino que a la par de las ronderas del Tambo y las mujeres ashaninkas, ellas demuestran que son capaces de tomar conciencia en defensa de su territorio, en defensa de la vida. Ellas que dan la vida y que la cuidan y protegen desde siempre demuestran un coraje sin igual al enfrentar al poder de turno, a la mina, al extractivismo, a las fuerzas policiales que envian en su contra. Son muchas veces más firmes y perseverantes que muchos otros actores porque rasgar la tierra es rasgar su propio cuerpo que da la vida. Fotografía: Ruth Buendia, Premio Goldmann
Notas [1]  Un sistema de auto-organización campesina para el resguardo de sus tierras y el orden comunitario [2] Organizacion de las rondas campesinas: http://cunarcperu.org/ [3] Grupo terrorista cuyo nombre oficial era Partido Comunista del Peru- Sendero Luminoso de orientacion marxista-leninista-maoista-polpotiano que desato una guerra civil en el Peru en los años 80 [4] Informe final de la Comision de la Verdad Peru: http://www.cverdad.org.pe/ifinal/index.php [5] http://cunarcperu.org/ [6] http://www.cepes.org.pe/legisla/constitu.htm [7] Reglamento http://www.justiciaviva.org.pe/acceso_justicia/justicia_comunal/2.pdf y ley http://www.justiciaviva.org.pe/normas/nac04.pdf [8] Observatorio de Conflictos Mineros América latina: http://www.conflictosmineros.net/noticias/19-peru/18141-sistematizando-experiencias-de-litigio-estrategico-la-criminalizacion-de-la-protesta-social-y-el-caso-majaz [9] Ver declaratorias ante el OHCRH A/HRC/25/NGO/31, A/HRC/24/NGO/10, A/HRC/23/NGO/4, A/HRC/22/NGO/31, A/HRC/21/NGO/77 y A/HRC/20/NGO/63 [10] La laguna Chaylhuagon en la provincia de Cajamarca de la region del mismo nombre ya fue vaciada y remplazada por un reservorio. [11] Pagina web de la minera Yanacocha: http://www.yanacocha.com/ [12] http://www.defensoria.gob.pe/temas.php?des=3&v=7389 [13] http://rondascampesinasperu.es.tl/HISTORIA.htm [14] Denominación dada a los ronderos y ronderas que cuidan y vigilan a las lagunas [15] http://careashaninka.org/ruth-buendia-mestoquiari/ [16] http://www.actualidadambiental.pe/?p=23234 [17] Acuerdo Energético Peru Brasil http://www.minem.gob.pe/minem/archivos/file/Electricidad/Acuerdo%20Peru-Brasil%203%20may%202010.pdf [18] http://www.odebrecht.com.pe/ [19] OIT: http://www.ilo.org/indigenous/Activitiesbyregion/LatinAmerica/Peru/lang--es/index.htm y Gobierno peruano: http://www.presidencia.gob.pe/ley-de-consulta-previa-promulgada-hoy-en-bagua [20] http://espacio360.pe/noticia/actualidad/mientras-una-ashaninka-defiende-el-medio-ambiente-su-gobierno-quiere-exterminar-su-comunidad-10f8-user9-date2014-09-15-actualidad [21] Informe final de la Comision de la Verdad Peru: http://www.cverdad.org.pe/ifinal/index.phpabc

En seis, miles: La lucha de una comunidad mapuche desde la fuerza de sus mujeres

A la memoria de Celmira Campo Maripe Temprano, una mañana del pasado marzo, la lamgen Chela (“hermana” en idioma mapuche [1]) se despide dándome algunos frascos de dulce para mi madre, y un mensaje mientras me alejo: “Un saludo para tu mamá, aunque no la conozco”. Yo le había comentado unos minutos antes que el dulce de membrillo es bueno para el reuma, que sufre mi madre. Chela preparaba ese dulce casero bien temprano mientras esperábamos que el logko Albino (autoridad mapuche [2]) me pasara a buscar para comenzar la recorrida por Campo Maripe [3], comunidad ubicada en el mayor play de hidrocarburos no convencionales fuera de Norteamérica: Vaca Muerta, provincia de Neuquén, República Argentina. En consecuencia, se trata de la zona más afectada por la fractura hidráulica y sus efectos, sin dejar de mencionar que otras comunidades mapuche sufren hace décadas la contaminación de la industria petrolera convencional. Varios meses después, el 28 de julio, veo en las redes sociales la imagen de Chela encadenada a una torre de perforación. Lo primero que recuerdo cuando distingo su rostro en la fotografía es el gesto de aquella mañana, el obsequio y las palabras para otra mujer, a quien no conoce: “Un saludo para tu mamá, aunque no la conozco”. Chela está encadenada a una torre de fracking junto a otras dos mujeres de la comunidad. Tres mujeres mapuche encadenadas a maquinaria estadounidense en territorio indígena violado por el Estado argentino. Una tríada internacional posibilitada por el brazo del capitalismo que avanza con renovada fuerza, validado por todos los niveles de gobierno. La letra muerta: el Convenio 169 de la OIT ratificado por el país en el año 2000; una ley nacional de relevamiento de territorios indígenas que, por fin aplicada en este caso y con demoras, insiste en desconocer los resultados que prueban la ocupación ancestral de la tierra por parte de esta comunidad [4]. Y un triunfo en 2014: después de 10 años, el gobierno provincial reconoce legalmente a una comunidad mapuche, Campo Maripe, a pesar de que, como se acaba de mencionar, no respeta el relevamiento posterior. Jamás fueron consultados sobre lo que sucede en su territorio: la actividad es ilegal pero posible. Chela es una de las seis hermanas Campo Maripe, junto con Josefa, Susana, Martha, Celmira y Mabel, la inan logko [5]. El único varón de la familia, Albino, es el lonko de la comunidad, que tiene origen en estos siete hermanos, y se compone de unas 35 familias. El pueblo mapuche es uno de los 38 pueblos indígenas que habitan el territorio argentino [6]; se encuentra en la región conocida como Patagonia, específicamente en las provincias de Neuquén, Chubut y Río Negro, pero también, en menor grado, en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, como pueblo preexistente al Estado, hay distintas parcialidades mapuche a ambos lados de la cordillera. Y en ambos se ha llevado a cabo un genocidio, tanto por parte del naciente Estado argentino, en el año 1879 (masacre conocida como “Campaña al desierto”), como por parte del Estado chileno (donde se le ha dado el eufemismo de “Pacificación de la Araucanía”). Es fundamental, por lo tanto, tener en cuenta la reciente memoria de resistencia de este pueblo. Memoria que se actualiza día a día en pleno siglo XXI ante los “reacomodamientos del neoliberalismo” [7], que igualan a Gobiernos de derecha o “progresistas”. En estos “reacomodamientos”, los métodos de acumulación por despojo llegan con renovada violencia a territorios donde no habían penetrado. Como señala el periodista argentino Darío Aranda, se trata en muchos casos de territorios indígenas [8]. Desde el anuncio de la Agencia de Información Energética de los Estados Unidos en 2010, según el cual la formación Vaca Muerta es la extensión productiva de hidrocarburos no convencionales más importante de América Latina, hasta la instalación de las primeras torres de fracking en Campo Maripe en 2013, todo se dio con agilidad para posibilitar el despojo y atraer capitales extranjeros con leyes y decretos entreguistas que bastan para dar por tierra con el relato hegemónico de la soberanía energética. Caminos despejados Dos años antes de mi visita, la imagen era la misma. En julio de 2013, los medios que se hicieron eco de lo sucedido en el sur de nuestro país dejaron ver a estas lamgen en la misma situación, encadenadas a una torre de perforación de Chevron, en protesta al acuerdo que el Gobierno provincial y la empresa petrolera nacional, YPF, habían decidido firmar con la compañía estadounidense. La noticia recorrió el país, mayormente en tono alentador, elogiando el descubrimiento de recursos que traerían progreso y autoabastecimiento. Algunos veíamos algo distinto: atropello y lucha. Y una mayoría de mujeres, de esta y otras comunidades mapuche, en la primera línea de resistencia junto al logko y organizaciones aliadas, como la Multisectorial contra la Hidrofractura. ¿Cómo fue posible el acuerdo con una multinacional de tan mal desempeño en nuestro continente? El camino despejado: un juez había embargado los activos de la empresa en nuestro país, pero el Ejecutivo nacional solicitó el levantamiento del embargo para poder celebrar el acuerdo, y el poder Legislativo de la provincia aprobó el pacto secreto en agosto de ese mismo año mientras afuera de la Legislatura de Neuquén la Policía reprimía durante 8 horas a los hermanos y las hermanas que pusieron el cuerpo contra el pacto. Desconocemos si las piezas mecánicas de la maquinaria industrial estarán tan bien aceitadas como los poderes del Estado. Pero ¿cómo llegaron estas mujeres a poner ellas también el cuerpo, encadenadas a torres o tranqueras, protectoras de su territorio? ¿Debería llamarnos la atención? María Piciñam, werken (vocera) del Lof Newen Mapu y coordinadora del Centro de Educación Mapuce Norgvbamtuleayiñ, explica: “Cuando éramos un pueblo libre, la mujer mapuche tenía un rol protagónico muy importante que tenía que ver con ser la poseedora del conocimiento mapuche; sobre todo el rol de la educación estaba puesto en la mujer. Hoy el rol de la mujer se empieza a visibilizar nuevamente después de la invasión y la imposición de otra cultura, de otra educación, después del sometimiento brutal que tiene que ver con el machismo que hemos sufrido como sociedad en general; no ha escapado a nuestro sufrimiento como pueblo mapuche. El rol de educadora se está recuperando, estamos empezando a entender que no somos simples madres, sino las primeras y últimas transmisoras del conocimiento”. Y agrega: “Siempre hicimos política mapuche las mujeres, en tiempo libre, en tiempos de represión y en la actualidad; lo único que cambia es el contexto. Hoy se nota más, hay más mujeres werken, kona, y hay muchas mujeres logko". Mujer, naturaleza y extractivismo Para el pueblo mapuche, como para otros pueblos indígenas, el hombre y la mujer son con la naturaleza: otra fuerza más de la biodiversidad, ni superiores ni inferiores. Así es que en su cosmovisión, opuesta al mercantilismo del sistema capitalista, no hay división entre naturaleza y sociedad. En idioma mapuzugun (que literalmente quiere decir “habla de la tierra”) no hay un concepto equivalente a la noción de recurso: “Recurso no existe en nuestro idioma porque primero que cuando éramos libres y vivíamos con y de la naturaleza, la forma de vida era una vida racional donde nadie tenía que juntar comida, nadie tenía que cosechar o arrancar más de lo que necesitaba tener”, cuenta María. Habiendo sido corridas de las tierras fértiles a lo largo de décadas de despojo, las comunidades no pueden ejercer su plan de vida, no pueden ser si no son en su territorio [9] y no poseen la autonomía para decidir cómo ejercer sus derechos. En este sentido, tampoco es posible el respeto por los derechos de la mujer indígena sin el respeto por los derechos colectivos como comunidad. Así como no hay superioridad entre sociedad (hombre y mujer) y naturaleza, tampoco la hay entre hombre y mujer: “No podemos plantear la autonomía de la mujer sin la autonomía del hombre. Defendemos un derecho complementario. La dualidad de género y de generación dentro de nuestra filosofía como pueblo es lo que nos hace verdaderas personas, pero sobre todo verdaderos sujetos de derecho”, dice María, pero aclara: “sí podemos reafirmar con mucho orgullo que la mujer cumple un rol especifico porque anhelamos ser cada uno kvme che, una persona recta, en el transcurso de nuestras vidas. Y no se trata de que no existieran prácticas opresivas del hombre hacia la mujer dentro del pueblo mapuche, sino que en su filosofía estaban las normas necesarias para que la misma comunidad recobrara el equilibrio roto por ese individuo imponiéndole una sanción. Normas que hoy también han empezado a recuperarse. Podríamos decir que la mujer indígena es triple víctima, por mujer, por trabajadora y por indígena, de la contaminación y el estilo de vida al que obligan los proyectos extractivistas en sus tierras. Es necesario comprobar lo que se padece en los territorios explotados. En el caso puntual de Campo Maripe, María comenta: “Las mujeres hoy somos mucho más vulnerables ante las enfermedades que genera la contaminación porque en el Lof Maripe, por ejemplo, el 90 % de las mujeres está enferma. La mayoría tiene cáncer. Hay problemas en los huesos, diferentes problemas, y las más enfermas son las mujeres”. El agua y el aire, contaminados; el estrés que suponen los conflictos constantes; el desgaste de las acciones directas a que los empujan los poderes estatales y las corporaciones; la imposibilidad de practicar su plan de vida mapuche en plenitud: una combinación devastadora. Una de las lamgen, Celmira, falleció hace dos meses. El cáncer de mama la fulminó. ¿Qué calidad de vida se puede tener con la amenaza constante de nuevos atropellos y conviviendo con la contaminación? [10]. Sin embargo, en complementariedad con los hombres, es a ellas a quienes vemos encadenadas a las torres de perforación en distintas acciones de protesta; las vemos junto a Albino en las mesas de negociación; encadenadas a las tranqueras, en cortes de caminos, en la ruka (casa) que sirve de puesto de vigilancia permanente para poder controlar el ingreso de los vehículos de la empresa, y porque un empresario de la zona les ha impedido el paso a su propio territorio. Las vemos en cada manifestación, junto a otras tantas mujeres indígenas y no indígenas. Las vemos intentar el diálogo con los distintos actores involucrados en los conflictos, así como con los trabajadores de una empresa privada de vigilancia, que también, apostada en la comunidad, les prohíbe circular libremente y garantiza que la libertad sea un patrimonio más de las empresas. Los ecofeminismos en sus diversas variedades (clásico, espiritualista, latinoamericano, constructivista, etc.) [11] intentan dar cuenta de la relación de la mujer con la naturaleza y de su papel en la lucha contra los extractivismos. Sea cual fuere la teoría que más nos convence, es innegable que históricamente la racionalidad mecanicista asociada a lo masculino ha gozado de una valoración positiva y muy superior a los valores opuestos, no racionalistas, más conectados con el sentir, con la tierra, con el cuidado de la vida. En este último sentido, mujer indígena y tierra son un binomio al que amalgama una fuerza mucho mayor de la que normalmente uniría a una mujer de la dominante cultura occidental con la naturaleza. Por esto es que valdría afirmar que, como dijimos, sufre una triple discriminación. La historia no las ha querido visibilizar. Hoy hay otras herramientas, y el ocultamiento es más difícil: ellas luchan tanto como ayer, se empoderan, se apoderan con sus compañeros de las herramientas necesarias para hacer oír su voz, al tiempo que recuperan juntos el idioma de la tierra. Fue Celmira quien me compartió los recuerdos que tienen de su abuela y cómo es recuperar una identidad y una lengua. Creían que la ñaña era muda o no sabía hablar bien, pues la oían en la montaña mientras hacía alguna ceremonia mapuche, tal vez para pedir por lluvia; la recuerdan por las noches cuando los reprendía si seguían despiertos cuando el sol ya estaba escondido: había que dejar leña para mañana, tapar las brasas con tierra para que vuelvan a ser fuego al otro día. No creo que sea necesario repetirlo, pero lo repito por si acaso: “dejar para mañana”, que no es acumular. Mujer y naturaleza en el proceso de velar por el equilibrio necesario, mujer que transmite el conocimiento: “[Para] mantener el kimvn (conocimiento tradicional), una protagonista fundamental es la mujer mapuce. La recuperación y fortalecimiento de la Educación Autónoma Mapuce en manos sobre todo de las mujeres como generadoras de vida, las convierte en las primeras transmisoras del kimvn que crea condiciones para que su pueblo ejerza kisugvnewvn (autonomía)” [12]. La mujer indígena es, sin dudas, como podemos serlo todas, actora clave de las resistencias ante el avance de prácticas extractivas cada vez más salvajes. Como estas seis mujeres hay miles que en América Latina ponen el cuerpo junto a quienes se atreven a pensar otros modos de vida, superadores de la explotación capitalista de las personas y la naturaleza. Ellos y ellas son un fuerte lazo capaz de unirnos en el tiempo, desde la memoria de los pueblos para pensar en el mañana, como las enseñanzas de la abuela Maripe, y aun sin conocernos ni pertenecer a la misma cultura, como el saludo de Chela al despedirse. Quiero agradecer a María Piciñam del Lof Newen Mapu por la entrevista concedida; a la Confederación Mapuche de Neuquén, al Lof Newen Mapu y al Lof Campo Maripe por su hospitalidad; al trabajo fundamental de todos los que integran el Observatorio Petrolero Sur (en especial a Martín Guillermo Álvarez y Hernán Scandizzo); a Mapuexpress, Lorena Riffo, Lefxaru Nawel y Darío Aranda. Tal vez habrá quien objete o piense que estas líneas carecen de la impersonalidad y la supuesta objetividad que debiera tener todo artículo digno de publicación. Creo firmemente que cuestionar los modos de contar también forma parte de la recuperación de nuestro decir femenino. Decir o escribir con las entrañas no le quita valor a nuestra voz ni a nuestra pluma. Fotografía: Lamgen de Campo Maripe, Confederación Mapuche de Neuquén, 2015
Notas [1] Forma de identificación cariñosa que utilizan las mujeres para referirse a mujeres y hombres mapuche, y los hombres solo para referirse a las mujeres. [2] Autoridad máxima del Lof elegida por consenso, que orienta y guía la vida comunitaria mapuche. [3] Puede consultarse el siguiente artículo sobre Campo Maripe: Gutiérrez, Felipe y Millaman, Sergio, “Campo Maripe, el resurgir mapuche en medio del avance petrolero” en Mapuexpress. Disponible en línea: http://www.mapuexpress.org/?p=3936. Consultado en agosto de 2015. Para más información sobre el fracking en Vaca Muerta, véase: Observatorio Petrolero Sur y otros, “Fracturando límites”, mayo de 2014. Disponible en línea: http://www.opsur.org.ar/blog/2014/11/03/fracturando-los-limites-3/ [trad. inglesa:  https://www.foeeurope.org/sites/default/files/publications/shalegas_heading_south_june2014.pdf). [4] 8300 Web, “El informe antropológico confirma la presencia histórica de la comunidad Campo Maripe”, 4 de agosto de 2015. Disponible en línea: http://www.8300.com.ar/2015/08/04/el-informe-antropologico-confirma-la-presencia-historica-de-la-comunidad-campo-maripe/. Consultado en agosto de 2015. [5] Inan logko: Son las personas que acompañan al logko y toman decisión en caso de su ausencia. Se encargan de las gestiones y relaciones entre lof y con las instituciones del estado. Su mandato será de dos años, a elegir en xawvn (asamblea) del lof. [6] Mapa de los pueblos indígenas en Argentina: http://cronicasinmal.blogspot.com.ar/2013/09/mapa-de-pueblos-originarios-de-la.html [7] Terán Mantovani, Emiliano (2015), “América Latina: Tensión neoliberal y territorialización del poder” en Alai.net. Disponible en: http://www.alainet.org/es/articulo/172285. Consultado en septiembre de 2015. [8] Véase Aranda, Darío (2015): Tierra Arrasada, Buenos Aires, Sudamericana; y Amnistía Internacional, Mapa de las luchas indígenas en Argentina: http://territorioindigena.com.ar/. Consultado en septiembre de 2015. [9] “El territorio es el ‘espacio social, cultural y ecológico’, y no depende de líneas trazadas en el mapa, es por ello que incluye a todas las cosas propias de las tierras, inclusive las aguas, el subsuelo, el espacio aéreo, sus ocupantes y plantas, la vida animal y todos los recursos que en ella existan. Por lo tanto, no se limita a las tierras ocupadas permanentemente sino que incluye todas aquéllas a las que se tiene acceso para las actividades que utilizan de alguna otra manera. Como ‘hábitat’ incluye los aspectos sociales y culturales, lo que subraya la dimensión pública (en el sentido de política) de la propiedad indígena” (Confederación Mapuche de Neuquén (2010), Propuesta para un Kvme Felen Mapuce, p. 26). Disponible en línea: http://odhpi.org/wp-content/uploads/2011/09/kvme-felen-Plan-de-vida.pdf. [10] Es imposible hablar de las mujeres mapuche y su lucha sin mencionar a Cristina Linkopán: Aranda, Darío y Wenxu, Umawtufe (2014), “El precio del petróleo”, 14 de marzo de 2014. Disponible en: http://odhpi.org/2014/03/el-precio-del-petroleo/. Consultado en marzo de 2014. [11] Véase Lucía Delbene-Lezama, “Género, ecología y sustentabilidad”, en Documentos de trabajo CLAES, julio de 2015. Disponible en línea: http://www.alainet.org/es/articulo/171663. Consultado en agosto de 2015. [12] Confederación Mapuche de Neuquén, op. cit., p. 88.abc

Por nuestro cuerpo, por nuestra tierra: Mujeres defensoras de vida

"Si nos tocan la tierra nos tocan la sangre, si nos tocan la sangre nos tocan la tierra" Consigna de Mujeres indígenas mesoamericanas

En Doima-Piedras, Tolima, un grupo de mujeres decidieron organizarse para impedir que las cuadrillas de trabajadores mineros entren a su territorio. En este municipio la empresa sudafricana AngloGold Ashanti, decidió establecer las plantas de lixiviado del mineral que busca explotar en las montañas del municipio vecino de Cajamarca. Estas mujeres construyeron un sistema de alarmas que impidió durante meses que la empresa pudiera instalarse en su pueblo. Posteriormente, toda la comunidad decidiría con su voto unánime, en una consulta popular convocada por las autoridades municipales, que su municipio estaría libre de actividades extractivas para la minería. Desde hace algunas décadas, Colombia sufre una arremetida extractivista favorecida por políticas estatales que han sido impuestas desde instituciones internacionales. Ante esta realidad, las comunidades se han venido organizado para defender sus territorios y las mujeres han sido y siguen siendo parte fundamental de estos procesos que buscan la soberanía de los pueblos. No es para menos, los procesos extractivos devienen en conflictos y violencia para los territorios y más aún para las mujeres, además profundiza las desigualdades de género, en aspectos como el acceso a los bienes comunes y el ejercicio de los derechos de las mujeres. Sin embargo, muchas veces se omiten las afectaciones particulares a los cuerpos femeninos o se homogenización a partir de los estereotipos tanto estéticos como morales colombianos. Aunque la situación es compleja, mujeres en todo el país se han venido involucrando en la defensa de sus territorios desde grupos de trabajo locales, donde se reivindica no sólo su derecho al territorio, sino también su posición como mujeres teniendo en cuenta las especificidades sociales, culturales y económicas en las que se desenvuelven. El papel de cuidadoras del agua, de las semillas, del territorio encomendado a las mujeres, ha hecho que en muchos casos, la base de los procesos organizativos en la defensa del territorio esté en las mujeres, es decir, en la fuerza de las mujeres está la base social que resiste el modelo extractivo en este país. No es más que recordar la marcha de mujeres afrocolombianas del norte del Cauca, realizada a finales de 2014, o la movilización de las mujeres del Río Sogamoso en Santander, que se mantuvo 177 días frente a la gobernación de Santander, o la experiencia de Fuerza de Mujeres Wayúu en La Guajira A lo largo y ancho del país hay organizaciones de mujeres que construyen alternativas al desarrollo frente al modelo de despojo que se ensaña contra la gente. Así, resulta fundamental la articulación de estos procesos y de las alternativas que desde cada territorio se tejen y enredan para fortalecer su soberanía. Resulta entonces necesario el análisis de la relación mujeres-ambiente, que si bien es un tema que no se ha desarrollado con la misma fuerza que otras investigaciones, es una cuestión que demanda la atención de los distintos actores de los conflictos ambientales. La Escuela de las Mujeres Dada la complejidad actual del país y la emergencia de conflictos ambientales, y la vulneración de derechos a las mujeres que ha impuesto el modelo de desarrollo, Censat Agua Viva inició en 2012, la realización de la Escuela Mujer y Minería con la participación de 35 mujeres de todo el país. La Escuela ha planteado que los conflictos ambientales no sólo modifican y transforman los territorios y las lógicas de vida de las comunidades, sino cómo está situación afecta doblemente la vida de las mujeres. Si bien, en general las luchas existentes se enfocan en la defensa territorial, se ha hecho necesario hacer un análisis de cómo cada persona está viviendo esa realidad y cómo las afectaciones tienen una forma particular de incidir en la especificidad de cada cuerpo, en particular de los cuerpos de las mujeres. De esta forma, partir del cuerpo como primer territorio contribuye a rescatar la corporeidad, que está siempre presente en la defensa de los territorios. La Escuela también es una apuesta pedagógica frente a la formación de sujetas políticas y contribuye a la necesidad del fortalecimiento organizativo del trabajo femenino en los territorios afectados por proyectos extractivos. Así pues la Escuela busca que las mujeres conozcan e implementen destrezas que les permitan incidir en los procesos de construcción de políticas sociales enfocadas a acabar con las brechas de género que son aún evidentes en la sociedad colombiana, además de los espacios de diálogo con distintas autoridades gubernamentales. Muchas veces la no participación de las mujeres en estos espacios de construcción se escuda en el desconocimiento frente a las políticas o los mismos territorios, se parte de una evidente homogenización de las mujeres que no tiene lugar en las realidades tanto nacionales como internacionales. Un ejemplo es el Programa gubernamental Mujer Rural, que se configura como una política que busca cambiar las condiciones de vida de las mujeres rurales, que tiene un enfoque neoliberal que concibe a las mujeres meramente como fuerza laboral que son requeridas para garantizar la productividad que el sector rural requiere para su desarrollo Las políticas públicas respecto a las mujeres han estado íntimamente ligadas con una concepción conservadora que concibe a las mujeres a partir del estereotipo de la maternidad, es decir, las mujeres son tenidas en cuenta en cuanto son madres o fuerza de trabajo, desconociendo de esta forma la construcción diversa de sujetas políticas que más allá de su decisión de ser o no madres, son el eje fundamental en la defensa de los territorios. El Encuentro Nacional Mujer y Minería El pasado mes de agosto, entre el 18 y 20, en el municipio de Fusagasuga, se llevó a cabo el el Encuentro Nacional de Mujeres Defensoras de la Vida frente al Extractivismo, que logró reunir a más de 50 mujeres de todo el país y que fue convocado por FAU (Fondo Acción Urgente) y CENSAT Agua Viva – Amigos de la Tierra Colombia. El Encuentro inició en Bogotá, en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, con un Foro Público en el que se abordaron las distintas experiencias y perspectivas de las luchas de las mujeres contra el extractivismo en Colombia y América Latina. Se contó con la participación de Gabriela Ruales del movimiento de mujeres y feministas del Ecuador, e integrante del Colectivo Yasunidos; Bertha Cáceres, del Pueblo Lenca de Honduras, co-fundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Indígenas y Populares de Honduras- COPINH; Ángela Cuenca del Colectivo Casa de Bolivia y co-coordinadora de la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Sociales y Ambientales; y Lorena Cabnal, originaria del pueblo maya-xinka de Guatemala, feminista comunitaria e integrante AMISMAXAJ. Desde Colombia, estuvieron Emilce Ferrer, de Mujeres del Común, Movimiento en defensa del Río Sogamoso- Ríos Vivos, y Ana María Patiño, del Consejo Comunitario de la Toma, en el norte del Cauca, integrante de la Marcha de Mujeres por el cuidado de la vida y del territorio. El Encuentro propició el intercambio de experiencias de defensa territorial adelantadas por mujeres en distintas regiones del país y, la búsqueda de construcción de alternativas de solución frente a los conflictos sociales y ambientales producidos por la industria extractiva en los territorios. En Fusagasuga, el Encuentro inició con diálogo sobre el avance significativo en la formación y fortalecimiento de procesos de resistencia por parte de las comunidades, especialmente de las mujeres. El encuentro tuvo varios momentos claves como la elaboración de cartografías corporales en las que se compartieron distintas experiencias de resistencia y se visibilizaron las problemáticas situaciones en las que las mujeres se ven inmersas en su cotidianidad, además de ser un intercambio de las realidades y construcciones de procesos organizativos de cada territorio. Por otro lado, a partir de una feria de alternativas se visibilizaron las propuestas de las distintas participantes para hacer frente a los proyectos extractivos en cada región, ese ejercicio estuvo muy enriquecido debido a la diversidad de lugares de los que son oriundas las participantes. Este ejercicio tuvo como ejes: Movilización, formación, incidencia, denuncias y acciones jurídicas. Las categorías Cuerpo- tierra y cuerpo-territorio fueron elementos fundamentales a lo largo del Encuentro, ya que nacen de la defensa del territorio frente a la minería y están de la mano con las resistencias de las mujeres y sus comunidades. Esto nos lleva a liderazgos de mujeres, en luchas continuas y cotidianas para permanecer en los territorios, luchas por ser reconocidas como sujetas de derechos. Luchas por la defensa de la democracia. Luchas por las múltiples soberanías y las múltiples diversidades. Quedaron algunas preguntas para la reflexión continua en cada uno de los procesos: ¿Cómo sobrevivir en este contexto? ¿Cómo pensar desde el ser mujeres? ¿Qué significa defender la vida? A continuación el comunicado final del Encuentro Nacional de Mujeres defensoras de la vida frente al extractivismo. Encuentro Nacional de Mujeres Defensoras de la Vida frente al Extractivismo Comunicado de prensa - Agosto 2015 CENSAT Agua Viva-Amigos de la Tierra Colombia y el Fondo de Acción Urgente América Latina, convocamos al Encuentro Nacional de Mujeres Defensoras de la vida frente al extractivismo, que se llevó a cabo del 18 al 20 de agosto en Fusagasugá con el objetivo de fortalecer los procesos de mujeres en defensa de los territorios, la tierra y la naturaleza en Colombia y América Latina. Más de 50 mujeres de todo el país y varias invitadas internacionales, conversamos entorno a los impactos del modelo extractivo en la vida y los cuerpos de las mujeres y construimos propuestas conjuntas para la defensa del territorio. El Encuentro inició en Bogotá, en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, con un Foro Público en el que participaron Gabriela Ruales integrante del Colectivo Yasunidos; Bertha Cáceres co-fundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Indígenas y Populares de Honduras- COPINH; Ángela Cuenca co-coordinadora de la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Sociales y Ambientales; y Lorena Cabnal,  lideresa indígena maya-xinka de Guatemala, integrante de la Asociación de Mujeres Indígenas Xinkas de Santa María Xalapán-AMISMAXAJ-. De Colombia, nos acompañaron Emilce Ferrer, de Mujeres del Común, Movimiento en defensa del Río Sogamoso- Ríos Vivos, y Ana María Patiño, del Consejo Comunitario de la Toma, en el norte del Cauca. En Fusagasugá reflexionamos sobre cómo el extractivismo se sustenta en una “dictadura transnacional” que despoja territorios y que violenta de manera particular la vida de las mujeres  persiguiéndolas, criminalizándolas y dejando bajo la impunidad casos de feminicidio en toda Latinoamérica. A partir de nuestras reflexiones manifestamos que:
  • Ponemos la vida en el centro, reinventamos las formas de manifestarnos y comunicar nuestras propuestas, replanteando así la forma en que pensamos y hacemos política.
  • Apostamos por una concepción integral del Territorio cuerpo-tierra. La categoría territorio-cuerpo-tierra nos permite entender nuestra defensa de la vida y del territorio de una manera integral, pues no concebimos una vida digna en nuestras comunidades, mientras allí se sigan violentando nuestros cuerpos.
  • Los proyectos extractivos causan afectaciones particulares para las mujeres, entre las cuales resaltamos la pérdida de la autonomía económica, la precariedad de las condiciones en las que se realiza el trabajo de cuidado, el incremento de factores de riesgo producto de la militarización y el control territorial por parte de las empresas privadas y múltiples actores armados, el recrudecimiento de la violencia física, psicológica y sexual y los impactos en nuestra salud física y emocional.
  • Las mujeres queremos nuestra tierra libre de agrotóxicos, nuestros ríos libres de mercurio, nuestras semillas libres de transgénicos y nuestra vida libre de violencias.
  • Exigimos se reconozcan y respeten nuestras formas autónomas, comunitarias y ancestrales de organización y los procesos de autoconsulta que los pueblos realizamos para decir NO a los proyectos extractivos. Así también exigimos se respete nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos.
Vea el foro completo aquí: https://www.youtube.com/watch?v=fByLcYZfQqY Fotografía: CENSAT Agua Viva - Amis de la Terre Colombie, 2015abc

Ayotzinapa, la transnacionalización de un movimiento social

La noche del 26 de septiembre del 2014, en Iguala Guerrero, fueron asesinadas 6 personas, 23 resultaron heridas y desaparecieron a 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, una escuela de educación popular campesina. Los hechos ocurrieron durante una colecta de fondos para ir a la Ciudad de México a la conmemoración anual de la matanza de estudiantes que ocurrió en Tlatelolco en manos del ejército mexicano el 2 de octubre de 1968. El objetivo era buscar alianzas con el movimiento estudiantil nacional para exigir justicia y esclarecimiento del asesinato de dos compañeros en manos de la policía estatal en diciembre de 2012. Al principio se acusó al grupo criminal Guerreros Unidos de ser el autor de los hechos en complicidad con la policía municipal. Poco a poco y gracias a la constante movilización de activistas y de los familiares de los estudiantes desaparecidos, ahora se sabe que los tres órganos de gobierno –municipal, estatal y federal-, estuvieron involucrados y que sin duda alguna el ejército es corresponsable de los hechos. La desaparición forzada de los estudiantes suscitó una de las más grandes movilizaciones en la historia reciente de México, la denuncia es contra el Estado, al que se le acusa de ser el responsable de la desaparición forzada de los 43 jóvenes. Con un clamor generalizado de un ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos! el día 22 de octubre se llevó a cabo la primera Jornada de acción global por Ayotzinapa durante la cual hubo manifestaciones en más de 100 ciudades alrededor del mundo. Al mismo tiempo, los días 22 y 23 de octubre de 2014, más de 70 instituciones de educación media y superior del país se declararon en paro de labores exigiendo el esclarecimiento de los hechos y la presentación con vida de los estudiantes. El mismo 22 de octubre se hizo pública una carta abierta desde el extranjero titulada “Ayotzinapa somos todos”, la cual fue firmada por intelectuales y académicos de más de 500 universidades ubicadas en más de 60 países. Se instauró como jornada de acción cada día 26 del mes para conmemorar la desaparición forzada y como un símbolo de protesta capaz de visibilizar otros numerosos casos de impunidad, violencia y corrupción cometidos en México en complicidad con el gobierno. Estos llamados a acciones a nivel nacional e internacional contribuyeron a la formación de redes de activistas globalizadas. Este texto se centra en la especificidad del movimiento social de Ayotzinapa no sólo por su elemento detonador, sino por su amplio alcance internacional que desde el levantamiento zapatista no había ocurrido con ningún movimiento social originado en México. En varias ciudades del mundo se pudo observar cómo la catarsis colectiva de un ¡Ya basta! se fue perfilando progresivamente en la formulación de peticiones concretas en materia de política exterior y de relaciones bilaterales en relación con la grave crisis de derechos humanos por la que se atraviesa en México. Ejemplificaremos esta evolución con diferentes casos, en particular los de Montreal y París. Se explorará cómo estas peticiones buscan interpelar a la estructura corrompida del gobierno mexicano en sus relaciones bilaterales. Ya sea a través de conferencias, peticiones, caravanas o performances, estas redes internacionales, conformadas tanto por mexicanos residentes como por ciudadanos solidarios, tienen repercusiones consecuentes en la evolución de este movimiento y en la agenda pública de los derechos humanos en México. Ayotzinapa, ¿una lucha de carácter global? Ecos globales de una protesta física y virtual Desde 2006 se cuentan en México más de 100 000 muertos, más de 250 000 desplazamientos forzados y más de 26 000 desaparecidos como consecuencia de la supuesta Guerra contra el narcotráfico, a la cual, el gobierno de Peña Nieto le ha dado continuidad. Desde el inicio de su mandato en 2012, 13 personas desaparecen diariamente. Además, el informe del Relator especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, Juan Méndez, denunció en su informe de diciembre de 2014 que en México la tortura es una práctica generalizada en el sistema de justicia mexicano. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, en su visita a México en octubre del 2015, afirmó que en el país existe una tasa de impunidad del 98% y que la mayoría de los delitos ni siquiera son investigados. En el mismo sentido, numerosos defensores de derechos humanos y periodistas han sido asesinados o han sido víctimas de desapariciones forzadas, como fue el caso del fotoperiodista Rubén Espinoza y la activista Nadia Vera, violentamente asesinados el 31 de julio de 2015 en el Distrito Federal junto con otras tres mujeres. Según el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), México es el país más peligroso de Latinoamérica para ejercer el periodismo. Además, están los casos de ejecuciones extrajudiciales como los de Tlatlaya en junio de 2014 donde el ejército asesinó a 22 personas. Después de Ayotzinapa, el ejército ha sido el protagonista de al menos tres episodios de ejecuciones extrajudiciales, Apatzingán, Tanhuato, Ostula. En este último, soldados dispararon a mansalva sobre la población civil y entre otros, mataron a un niño de 12 años de una herida de bala en la sien, y esto sin que ningún gobierno extranjero instigue públicamente a que se haga justicia en México por estos hechos. A pesar de estos múltiples casos de violaciones a los derechos humanos, ningún otro acontecimiento, incluso de proporciones semejantes, había causado tanta indignación y movilización popular como fue el caso de los 43 estudiantes desaparecidos. Muchas personas adujeron que Ayotzinapa era precisamente la gota que había derramado el vaso. Ayotzinapa despertó la indignación por estos y muchos otros casos que día con día se agregan a la lista de crímenes que suceden en colusión con el gobierno mexicano. El impacto nacional de los 43 se expandió rápidamente a redes internacionales, las cuales hicieron uso tanto de medios de comunicación tradicionales como son The Economist, The New York Times, The New Yorker y The washington Post, que retomaron el tema de manera crítica y, de los medios no convencionales, como son las redes sociales. Por ejemplo, Facebook y Twitter, uno de los hashtag relacionados con la protesta, #yamecansé, estuvo como Trendic Tropic en el país por más de 60 días. A partir de Ayotzinapa, la imagen de Peña Nieto disminuyó considerablemente su popularidad internacional, y en la actualidad está muy lejos de ser visto como el “salvador de México” que proponía la revista Times en febrero de 2014. La verdad histórica y la movilización social El 28 de enero del 2015, el entonces Procurador de la república, Jesús Murillo Karam, en una conferencia de prensa aseguró, sin mayor prueba científica más que la confesión bajo tortura de dos supuestos narcotraficantes, que los 43 estudiantes habían sido quemados vivos —sometidos únicamente por tres individuos- en un basurero municipal de Cocula (a 30 kilómetros de Iguala)  y que sus restos fueron arrojados al río San Juan. Con esta débil versión de los hechos, a la que llamó La verdad histórica, el Estado intentó cerrar oficialmente el caso, teniendo 99 personas detenidas pero aún ninguna procesada. Especialistas en peritaje y científicos de varias universidades, entre otras de la Universidad Nacional Autónoma de México, sostienen que las condiciones climatológicas (esa noche llovió en Cocula) y de incineración al aire libre (se necesitan más de 1000° centígrados), hacen que la versión proporcionada por el Procurador sea inverosímil. Además, casi un año después, el 6 de septiembre del 2015, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), designado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, desmintió esta versión y puso de manifiesto que la Procuraduría de Justicia destruyó pruebas, alteró deliberadamente declaraciones de testigos y omitió información de alta importancia para el esclarecimiento del caso. A un año de la desaparición forzada, la movilización social sigue reclamando justicia, el esclarecimiento de los hechos y la aparición con vida de los estudiantes en un contexto de violencia generalizada y de impunidad. Frente a esta ola de violencia desatada a partir de 2006 por una supuesta Guerra contra el Narcotráfico, la cual ha sido denunciada por organismos de defensa de derechos humanos internacionales, como una estrategia de criminalización de la protesta social; por primera vez desde la insurrección zapatista el 1ero de enero de 1994, miembros de la comunidad internacional se indignaron masivamente para denunciar las repetidas violaciones a los derechos humanos ocurridas en el país. En más de 50 países se organizaron acciones con diferentes características y diferentes tamaños. En Bolivia más de 3000 personas marcharon el 20 de noviembre de 2014 en repudio a los hechos de Ayotzinapa y la Universidad Mayor de San Andrés se unió también al paro de labores convocado desde México. Turistas en Machu Picchu o en la Muralla China tomaron fotos con carteles que reclamaban la aparición con vida de los estudiantes. En Berlín, activistas tomaron la embajada de México por 43 horas para impedir que se realizaran las festividades previstas el 1 y 2 de noviembre. La mayoría de las representaciones consulares de México en el mundo hicieron frente a manifestaciones afuera de sus instalaciones. Inspirándose en este ímpetu de reclamo de justicia internacional, y apoyados por organizaciones de base en diferentes países, en el marco del Primer Festival Mundial de las Resistencias y las Rebeldías contra el Capitalismo (22 diciembre 2014 - 3 de enero 2015), el Consejo Nacional Indígena decidió junto con los padres de los estudiantes desaparecidos y con la red de solidaridad de la Sexta Zapatista, salir a compartir con organizaciones de base de otros países los casos de impunidad en México. La principal reivindicación sería la aparición de los 43 estudiantes, pero también tenían como objetivo denunciar las desapariciones forzadas en general y la impunidad de los órganos de gobierno. En el primer semestre de 2015 se organizaron cuatro caravanas, dos en América del Norte, una en América del Sur y una más en Europa. La elección de los lugares y los organismos que recibirían a las delegaciones se hizo en función de la capacidad de organización local, quienes vincularon las reivindicaciones de los familiares de los estudiantes desaparecidos con sus luchas particulares. Por ejemplo, en Estados Unidos, estuvieron vinculados diferentes organismos que combaten la discriminación racial; en Francia, participaron también organizaciones contra la brutalidad policiaca; en Sudamérica, organizaciones de familiares de víctimas de desaparición forzada, por ejemplo la emblemática organización de las Madres de la Plaza de Mayo; y en Canadá, organismos vinculados a las luchas indígenas en México, a la defensa de derechos humanos en América latina y de exiliados políticos mexicanos. En Montreal, durante la visita de la caravana se logró una fuerte presencia mediática. Más que la hermandad de las luchas, mismo si siempre estuvo presente como tela de fondo, la energía se centró en denunciar pública y masivamente las graves violaciones a los derechos humanos y en el cabildeo a los órganos de gobierno tanto provincial (Quebec) como federal (Canadá). Múltiples actores y grupos organizaron acciones que fueron desde performances, hasta manifestaciones, elaboración de murales colectivos y denuncia sostenida en la prensa y en las redes sociales. Este trabajo constante mantuvo presente el tema en la agenda mediática y facilitó que en la visita de la caravana a Quebec, los delegados fueran recibidos en la Asamblea Nacional de Quebec y que los diputados emitieran una moción a la unanimidad incitando al gobierno mexicano a esclarecer los hechos. Los delegados también fueron recibidos en Ottawa por miembros de la Subcomisión de derechos humanos internacionales del parlamento canadiense sin que éstos hicieran ningún pronunciamiento oficial. A pesar de que el Consejo Nacional Indígena estuvo detrás del origen de estas caravanas, el discurso difundido en los diferentes países no fue el de una lucha indígena globalizada, sino el de una lucha de todos los ciudadanos del mundo cuyo gobierno haya cometido algún crimen contra ellos. En el caso de París, durante el encuentro “Comment lutter et quelles solidarités face aux violences d’État ?” que se llevó a cabo el 4 de mayo de 2015, los integrantes de la caravana, entre ellos Omar García, sobreviviente de Iguala, y Román Hernández del Centro de Derechos Humanos de la montaña Tlachinollan, afirmaron que el sentido de la caravana europea era unir fuerzas por la misma lucha que se vive en diferentes países del mundo. En este encuentro, colectivos contra la violencia policiaca y los miembros de la caravana dijeron reconocer, pese a la distancia y los diferentes contextos, una misma causa y una misma lucha. Así pues, la organización de la caravana en París se hizo en coordinación con varios colectivos involucrados con la lucha zapatista, pero también con luchas contra las diferentes maneras de represión del Estado. Esta misma coordinación sigue en pie, formalizada como la Coordinación de Colectivos en París por Ayotzinapa, y fue la misma que apoyó en las acciones contra la visita de Enrique Peña Nieto el 14 de julio, día de los Derechos Humanos en Francia. Durante esta visita de apenas tres días, se firmaron más de 60 acuerdos de cooperación y tan sólo en el último día se firmaron 14 acuerdos bilaterales. En los encuentros, se habló de los lazos de amistad con México y de los buenos socios que han sido, pero nunca se hizo mención del tema de las desapariciones forzadas y los crímenes de lesa humanidad. En consecuencia, la Coordinación de Colectivos organizó un festival anti-Peña Nieto de cine documental y un rassemblement “L’autre 14 juillet: les 43 à l’honneur”. Ese mismo 14 de julio, las fuentes de París y otras ciudades en Francia amanecieron teñidas de rojo, simbolizando la verdadera tinta con la cual se firmaron dichos acuerdos. También, por primera vez en la historia del México, ciudadanos expatriados se organizaron para hacer demandas públicas sobre la política extranjera de su país de residencia hacia México. Sus reivindicaciones tuvieron mucho eco en algunos países como Francia e incluso se discutieron en el parlamento, como fue el caso de Alemania, donde la diputada Heike Hänsel del partido La Izquierda viajó a Guerrero para enterarse de la situación de viva voz de los afectados. A su regreso, sostuvo un debate parlamentario con Michael Roth, representante del Ministerio Federal de Relaciones Exteriores acerca de la cooperación con México y de la venta de armas a este país. Ahora se sabe que las armas que se utilizaron para masacrar a los estudiantes la noche de Iguala son de facturación alemana y supuestamente destinadas a uso exclusivo del ejército. En este sentido, en Berlín en particular, las y los activistas estuvieron muy activos en la denuncia y crearon una petición para que se suspendieran los acuerdos comerciales y la venta de armas a México hasta que no se resolviera el caso de manera satisfactoria y que el Estado garantizara el respeto a los derechos humanos. En el Parlamento Europeo, a iniciativa del Partido Izquierda Unida y el Partido Verde Europeo, se escucharon los testimonios de Bernabé Abraham Gaspar e Hilda Legideño Vargas, padres de estudiantes desaparecidos, quienes expusieron todas las anomalías con las que había sido tratado el caso. En una audiencia donde estuvo presente el embajador de México en Bélgica y representante de México ante la Unión Europea, Juan José Gómez Camacho, los posicionamientos de los euro-diputados estuvieron divididos. Algunos, sobre todo los de derecha y en nombre de la democracia, daban la credibilidad a las instituciones mexicanas, otros, los de izquierda, a las víctimas. Días antes Hilda y Bernabé habían sido recibidos en Suiza por la comisión de expertos de la ONU contra las desapariciones forzadas donde expusieron con detalle todos los acontecimientos. En Quebec, el diputado Amir Khadir del partido Québec Solidaire, además de recibir personalmente a la delegación de Ayotzinapa, promovió una moción en la Asamblea Nacional de Québec, la cual fue aceptada a la unanimidad, para expresar su preocupación ante el caso e incitar al gobierno mexicano a llegar a la verdad de los hechos a través de una investigación transparente e independiente. Por su parte, en la federación canadiense, la subcomisión de derechos humanos del Parlamento recibió a la delegación mexicana para escuchar sus reivindicaciones. Destaca también la irrupción que hizo el activista Adán Cortés Salas con una bandera de México manchada de sangre, durante la entrega del Premio Nobel de la Paz en Oslo. Esta acción, que trajo como consecuencia la deportación de Adán, logró que las reivindicaciones de la ciudadanía mexicana, y la fuerza que estaba tomando el movimiento social, fueran primera plana en los principales periódicos de todo el mundo. El caso de Ayotzinapa en la política exterior mexicana: un olvido estratégico Un pacto global de impunidad: las reformas de Peña Nieto A pesar de la crítica nacional e internacional, del activismo de miles de personas y de la indignación y hartazgo de una gran parte de la población mexicana, el mismo sistema de impunidad rige sobre México. Si en la prensa internacional se pasó del “Mexican moment” al “Mexican murder”, la apertura a la inversión extranjera de energía y petroquímica (anulando la exclusividad de explotación como lo marca la Constitución Mexicana en sus artículos 25, 27 y 28), e importantes reformas en materia de salud y educación que están encaminadas a la privatización de estos servicios parecen haber cristalizado este “momento” al fungir como veto a la clase política mexicana. En efecto, pareciera que esta apertura de mercado sin reservas le ha garantizado a Enrique Peña Nieto la impunidad en materia de violaciones a los derechos humanos. Es más, la única cláusula que se había reservado el gobierno mexicano frente a Estados Unidos y Canadá en la firma del TLCAN de 1994, era la exclusividad en la propiedad de los bienes, y en las actividades e inversión en los sectores del petróleo, gas, refinación, petroquímicos básicos, energía nuclear y electricidad, por lo cual dichas materias se habían excluido del TLCAN. A pesar de las movilizaciones masivas en varias partes de México y del mundo y ante la evidencia de desapariciones forzadas, −tan sólo durante la búsqueda de los estudiantes se descubrieron más de 60 fosas clandestinas en el estado de Guerrero con 129 cadáveres (20 mujeres y 109 hombres)-, ningún Estado se pronunció oficialmente para denunciar lo que estaba pasando en México o para exhortar al gobierno mexicano a esclarecer los hechos y a garantizar el acceso a la justicia de las personas afectadas. Este tipo de pronunciamientos sí los han hecho recientemente con otros gobiernos de América latina, que al igual que el mexicano también se eligieron en las urnas, como ocurrió con Hugo Chávez y posteriormente con Nicolás Maduro en Venezuela, Manuel Zelaya en Honduras o Fernando Lugo en Paraguay. La diferencia con esos gobiernos, es que el mexicano sí ha cedido a realizar importantes reformas en materia de política energética y económica y con ello ha sellado un pacto de silencio e impunidad. El interés económico detrás de Ayotzinapa También queda claro que en Ayotzinapa el tratamiento que le ha dado el gobierno al caso va más allá de la pura impunidad y colusión del crimen organizado con los órganos de gobierno (municipal, estatal y federal). Hay también intereses económicos que impiden que salgan a la luz todos los enjuagues políticos, económicos y comerciales que explicarían la saña con la que fueron atacados los estudiantes de la normal rural, –Julio César Mondragón, uno de los estudiantes más combativos, fue uno de los asesinados la noche de Iguala y apareció desollado la mañana del sábado 27 de septiembre-.  Y es que por un lado, se encuentra sin duda el jugoso negocio del narcotráfico. El tráfico de opio en la región es de los más importantes de Latinoamérica y exporta casi la mitad de la heroína que se consume en Estados Unidos. El trabajo colaborativo entre la cadena de producción de este estupefaciente, los cuerpos policiacos, del ejército y de las autoridades locales, regionales, con la anuencia de las autoridades nacionales ha sido largamente documentada por periodistas como Anabel Hernández (Proceso). Pero además del narcotráfico, en la misma región de Tierra Caliente, a menos de 200 kilómetros de Ayotzinapa, se encuentra Los Filos, la mina de oro más importante de Latinoamérica concesionada a la minera canadiense GoldCorp, la cual ha enfrentado la oposición de los pueblos indígenas y de las comunidades organizadas de la región. El inicio de operaciones de la mina estaba previsto para finales de 2014, apenas unos meses después de que desaparecieran los estudiantes. Si bien es cierto que no hay ninguna línea de denuncia que relacione la desaparición forzada de estos 43 jóvenes con las actividades de la mina, lo es también que su presencia no contribuye al esclarecimiento de los hechos y que la desaparición de los estudiantes sirvió de distractor para que no aumentara la oposición al inicio de operaciones de lo que algunos suponen será una de las más grande explotaciones de oro del mundo durante los próximos 200 años. Al mismo tiempo, el importante capital canadiense que está en juego en la región, seguramente contribuye a que el gobierno de Stephen Harper decida no pronunciarse sobre los crímenes de lesa humanidad que están ocurriendo en un radio de 200 metros de la concesión extractiva en manos de GoldCorp. Esto cobra más sentido si tomamos en cuenta que el gobierno conservador anunció en 2009 que el desarrollo de la industria minera es un sector estratégico para el desarrollo económico de Canadá. En el momento en que estamos escribiendo estas líneas, y a pesar de la moción a la unanimidad de la Asamblea Nacional de Quebec de abril pasado para exhortar a México a esclarecer los hechos de Ayotzinapa, el primer ministro de Quebec, Philippe Couillard, se encuentra en México y anunció que Quebec invertirá en el país 2 mil millones de dólares en los próximos 5 años, haciendo de México su primer socio comercial en América latina. Durante su visita, no se hizo alusión alguna a la grave crisis de derechos humanos ni a la grave tasa de impunidad que impera en México denunciada apenas una semana antes por el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU en su visita al país. El respeto de los Derechos Humanos en México, o el cinismo internacional Al igual que Canadá y Quebec, otros ejemplos que demuestran que los países occidentales que sostienen en su discurso que el respeto a los derechos humanos es una condición sine qua non para establecer relaciones comerciales y que en los hechos no lo toman en cuenta son Francia y Estados Unidos. En enero de 2015, Enrique Peña Nieto y Barack Obama se reunieron en la Casa Blanca donde abordaron temas de seguridad, inmigración, crecimiento económico y las relaciones de cada uno con Cuba, pero no se trató el tema de los recientes crímenes de lesa humanidad en México. Esto pese a que John Kerry, el Secretario de Estado, había recibido a finales de noviembre una carta firmada por 14 senadores republicanos donde le expresaron su preocupación por los 43 estudiantes y los más de 26 000 desaparecidos en México e invitaban al gobierno estadounidense a tomar posicionamiento frente a su socio comercial. Francia, por su parte, recibió como invitado de honor a Enrique Peña Nieto para conmemorar el nacimiento de la tradición en materia de derechos humanos reivindicada por la república francesa, la Toma de la Bastilla, y de paso firmar más de 60 convenios de colaboración en menos de 3 días. Los organismos multilaterales, por su parte, tampoco se han mostrado muy coherentes. Exactamente en el aniversario de la desaparición de los estudiantes, el 26 y 27 de septiembre del 2015, Enrique Peña Nieto, participó en el 70 aniversario de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, en donde, entre otras cosas, presidió el primer segmento de la Cumbre de equidad de género de la ONU –México atraviesa además por una grave crisis de feminicidios y de esto tampoco se hizo alusión en dicha cumbre-. Durante la Asamblea General, el presidente de México ensalzó el multilateralismo e hizo énfasis en la responsabilidad que tiene el país al formar parte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU para el trienio 2014-2016. Ningún representante de ninguna instancia le cuestionó públicamente sobre la situación en México. Ayotzinapa, un año después, memoria sin justicia   Ya ha transcurrido un año desde los acontecimientos de la noche de Iguala. La situación en el país no cambió, la tasa de impunidad se mantuvo, los cuerpos policíacos y otros órganos de gobierno siguieron actuando en colusión con el crimen organizado. Los estudiantes aún no están de vuelta. 2 activistas que buscaban a los estudiantes entre las más de 60 fosas comunes que se han encontrado en Guerrero a partir de los acontecimientos de Iguala fueron asesinados. Por otra parte, la renuncia del gobernador del estado de Guerrero y la destitución del Procurador de la República demostraron la envergadura y gravedad del caso. Desgraciadamente, este cambio no es estructural, lo que explica el estancamiento en materia de Derechos Humanos, y por supuesto la falta de acceso a la justicia. No podemos decir que haya un saldo positivo, sin embargo, el caso aún no se ha cerrado. Las movilizaciones que se generaron a partir de esta desaparición forzada sí han logrado hacer tambalear estructuras, y muchas continúan haciéndolo. Por un lado, se hizo pública la situación que atraviesa el país y se dejó en claro que la transición a la democracia mexicana tan mencionada a finales de los años 1990, no se ha cristalizado, al contrario, la crisis de credibilidad en las instituciones se ha hecho manifiesta. Lo cual afecta la imagen internacional de México, que sólo los intereses económicos logran maquillar. Las movilizaciones trajeron también acercamientos y alianzas solidarias con otras luchas a nivel internacional, solidificando estructuras de colaboración que construyen un movimiento a largo plazo por la defensa de causas comunes. Estas redes, tejidas con la memoria, siguen resistiendo al olvido impuesto por el Estado. Mientras tanto seguimos Caminando porque ¡Vivos se los llevaron y vivos los queremos! Fotografía: Mural “No están solos”, Montreal, diciembre 2014  abc

Nuestro planeta no tiene repuesto: Berta Cáceres

Presentamos la entrevista realizada el pasado 28 de agosto por Danilo Urrea [1], Corresponsal Noticias Mundo Real [2], a Berta Cáceres quien es co-fundadora y vocera del COPINH –Consejo cívico de organizaciones populares e indígenas de Honduras, lideresa del pueblo indígena Lenca, y quien ha sido galardonada con el premio Goldman [3] por su lucha contra la represa de Agua Zarca en la comunidad de Río Blanco en el departamento de Santa Bárbara. La entrevista fue realizada dentro del contexto del “Encuentro de mujeres Defensoras de la Vida frente al Extractivismo”, llevada a cabo en Fusagasugá-Colombia entre los días 18 al 21 de agosto: Danilo Urrea: Berta, en primer lugar, nos gustaría conocer tu percepción de este Encuentro y sobre todo este proceso de mujeres que se ha llevado en los últimos años en diferentes partes de la América latina, pero que ahora la cita se da en Colombia y reúne  personas, no solamente del país sino de otros países, de mujeres que han estado en frente de todas estas complicaciones que ha traído el extractivismo en nuestros territorios. Berta Cáceres: una conclusión es el énfasis que ha tenido el encuentro en cuanto a las formas de resistencia múltiples que tienen diversas mujeres y que este encuentro les ha permitido reafirmar el seguimiento a sus procesos de defensa territorial. Otra cosa es que, las participantes de este encuentro que venimos de otros países observamos que hay mucha similitud con nuestros contextos en el tema extractivista, la política… Hemos compartido experiencias y yo creo que el encuentro en sí ha sido un logro para estas compañeras que están poniendo su cuerpo, y están como pueblo, como mujeres y llegando a la construcción del concepto de “cuerpo-territorio” que también afirma una lucha antipatriarcal. Y también reconocer que el proyecto extractivista impacta triplemente a las mujeres, y que eso tiene consecuencias terribles para la vida, integridad física, emocional, sexual, y vida comunitaria de los pueblos que es donde las mujeres estamos. Danilo Urrea: Justamente en esta categoría y trabajo realizado frente al “cuerpo-territorio” qué nos quisieras presentar adicionalmente de la manera en se ha presentado esta propuesta. Escuchábamos a la compañera Lorena [4] de Guatemala que nos hacía,  en algún momento del Foro [5] que se llevó en la ciudad de Bogota, una interpretación de cómo las mujeres a través de esa lucha y del relacionamiento con su cuerpo, llegan a otros escenarios de disputa, no solamente del modelo extractivo sino también del patriarcalismo. ¿Qué nos quiere contar de este eje (cuerpo-territorio) que entendemos fue trabajado de manera central en estos días? Berta: Si, Lorena es una constructora de esta teoría, de este concepto basado en las cosmovisiones de los pueblos indígenas y de las comunidades, y yo creo que está teniendo un debate importante, no solo en Centroamérica sino en varios espacios de este continente. Y es un aporte incluso a todas las teorías feministas y creo que aterriza más en la cotidianidad, en las realidades concretas en las que estamos las mujeres, y en este encuentro se ha expresado con las realidades que vivimos las mujeres: cómo los cuerpos de las mujeres se convierten en objeto, en botín de estas trasnacionales, de estos proyectos de dominación, de opresión múltiple, que no es solo el capitalismo depredador sino también el patriarcado y el racismo. Y que se triplica cuando somos mujeres indígenas o negras. El cuerpo de las mujeres se ve también como mercancías que generan otros conflictos: la trata de personas, el narcotráfico y como también las mujeres cargamos más con eso. También se ve que su mayoría somos las mujeres las que estamos al frente de estas luchas territoriales, y que al mismo tiempo que luchamos contra las trasnacionales, la política de los organismos financieros internacionales, que son cómplices de esta barbarie y de los gobiernos que venden nuestras soberanías, tenemos que hacer una lucha por nuestros derechos sexuales-reproductivos, de nuestras propuestas, pensamientos, planes de vida como mujeres, desde las colectividades, la lucha contra la represión, contra la criminalización, y la militarización, que es también el otro brazo del capitalismo, de las opresiones que reafirman esa cultura patriarcal. Intercambiando con las mujeres, les contábamos cómo en Honduras ha crecido la criminalización contra las mujeres que hacemos luchas territoriales. Aunque también es interesante que en todo este contexto a pesar de lo duro que es, de lo difícil, de lo adverso, de lo asimétrico que puede ser, cómo las mujeres construimos y parimos esos proyectos, con batallas de ideas, con planes de vida, de resistencias territoriales, que dan un aporte importante a los procesos de los movimientos sociales, populares y políticos. Danilo Urrea: Justamente en estos procesos de criminalización, en los que resaltas la criminalización de la mujer frente a toda la lucha que se da contra el modelo extractivo e incluso Berta ha sido objeto en Hondura,  y muchas otras mujeres, como el asesinato de mujeres en Colombia, como diferentes compañeras en el departamento del Cauca, etc. También vemos la criminalización en general, no solamente de la protesta, sino de cualquier forma diferente de vivir que no esté enmarcada en el neoliberalismo. ¿Cómo es la situación hoy en Honduras, en términos de esas represiones y esas formas de criminalización que se han dado para favorecer el modelo extractivo y con casos concretos, las luchas anti-represas que ustedes han venido dando en los últimos años?. Berta: En Honduras hay un proyecto de dominación histórico opresor, que nos ha convertido en un país de enclaves, que se ha visto reforzado después del 2009 cuando se dio el golpe de Estado, precisamente para consolidar ese proyecto de dominación como hemos dicho, y que se dio no solo contra el pueblo hondureño sino también contra todo el pueblo Latinoamericano, caribeño, y los pueblos del mundo. Hemos visto cómo después del golpe de Estado se ha entronizado la dictadura trasnacional de una manera violenta, agresiva, en plena impunidad, que es algo contra lo que el pueblo hondureño ahorita se ha levantado de manera masiva, desde hace tres meses, en las calles venimos denunciando este gobierno corrupto, impune, que tiene mucho que ver esa corrupción con las prácticas corruptas de las trasnacionales mineras e hidroeléctricas. En Honduras estamos enfrentando una seria amenaza, y ya viviéndolo, más que amenaza, estamos afectados y afectadas con la entrega del más del 30%  del territorio a las mineras, lo que implica que 870 concesiones ya han estado en proceso de aprobación o ya aprobadas. Con la realización del cónclave minero mundial la semana pasada, se tuvo el  propósito de organizar el consejo mundial de minería con empresas de todo el mundo, poniendo al mejor postor 950 sitios para estudios de exploración para la posible explotación de materiales como el ónix, oro, plata, mármol precioso, ópalo, antimonio, aluminio, hierro…todo lo que se pueda imaginar, en el territorio hondureño. Esto va a producir más conflictividad, más entrega de la soberanía, desplazamiento, perdida de territorio, de derechos. También se proyecta construir más de 300 represas hidroeléctricas, que implica la privatización de casi todos los Ríos de Honduras, que somos un país inmensamente rico en producción hídrica… En Centroamérica, además de esto están los proyectos extractivos de abuso, ilegales, ilegítimos, como lo son los grandes proyectos de turismo, las ciudades modelo, o zonas de empleo y desarrollo económico, que son de las peores aberraciones que hemos conocido en 500 años de invasión. Está también el tema del incremento de bases militares después de la base aérea Palmerola. Luego del golpe de Estado se inauguraron 6 bases militares gringas. El Estado ha abierto un centro de operaciones de múltiples objetivos, como dicen ellos, de la fuerza de tarea, del comando sur, que es también para avanzar en ese proceso de sometimiento del pueblo hondureño. Estamos viendo la entrega total de Honduras, la renuncia más grande que hemos visto a la soberanía, a esa cosa que se llama Estado de Honduras, la tercerización de la justicia, no solo del trabajo productivo de obreros y obreras, sino también de la justicia, además, el incremento de la militarización, de la persecución, de la violación de derechos humanos, del asesinato, y todo en plena impunidad. Ahora el pueblo hondureño no cree ya ni en las instancias de la OEA, de la ONU, que dejan mucho de desear porque tienen mucho discurso, pero en concreto en el caso de Honduras, porque así como fueron en el golpe de Estado, ahora en este proceso de indignación nacional que se ha levantado, volvemos a ver cómplices con el gobierno dictador de Juan Orlando Hernández.  Nosotros estamos en medio de este contexto, levantando resistencias múltiples, diversas, y luchando por también articularnos, y también llamando a la solidaridad internacional. Danilo: Justamente Berta y para finalizar esta entrevista, ¿cuál es su mensaje para todas esas mujeres que viven en carne propia la realidad del extractivismo en su territorio y que no han estado en los procesos organizativos que se convocan en este encuentro de mujeres frente al extractivismo en Colombia. y al mismo tiempo, cuál sería el mensaje para los pueblos que comparten de manera estructural las dificultades por las que está pasando Honduras? Berta: Yo creo que no debemos esperar a que lleguen estas empresas, estos proyectos. La verdad es que cuando llegan destruyen la vida de las mujeres, de los pueblos, de nuestros territorios, acaban con la salud, la biodiversidad. Acaban con el agua, que es un elemento importantísimo. El agua en esto juega un papel decisivo para la vida de este planeta. Está en disputa terrible entre las transnacionales y el uso para seres humanos. Las mineras y las hidroeléctricas no pueden funcionar sin agua y energía. A las mujeres, yo las aliento, desde ese proceso que venimos como COPINH, con ejemplos también de logros, éxitos que hemos tenido de echarle carrera a estas trasnacionales, a que no debemos esperar a que lleguen, sino que ya nos organicemos porque estamos en un momento decisivo en este planeta, que solo hay uno, no hay otro de repuesto, aquí vivimos y tenemos que defenderlo ahora porque cuando ya estén encima estos monstruos, con toda la privatización, nos golpean por todos lados, y así las luchas son más difíciles. Esta realidad, nos va a hacer que nos organicemos de alguna manera, que aunque no nos podemos imaginar ahora cómo, pero sí nos va a empujar a que nos organicemos, y si hay la necesidad, nos va a obligar a luchar. Ahora es el momento de juntarnos, estemos afectados o no,  por la minería, o por la privatización de agua o el saqueo de la biodiversidad, que le entremos a un proceso de articulación, de organización y de formación. Dans nos cosmovisions, nous sommes des êtres de la terre, de l’eau et du maïs [6]

Nous, le peuple Lenca, sommes les gardiens ancestraux des fleuves, qui sont également protégés par les esprits des filles, qui nous apprennent que donner la vie à des multiples formes pour la défense des fleuves, c’est donner pour le bien de l’humanité et de cette planète.

En marchant avec d’autres peuples pour leur indépendance, le COPINH ratifie son engagement de continuer dans la défense de l’eau, des fleuves et de nos biens communs et de la nature, ainsi que de nos droits en tant que peuples.

Réveillons-nous! Réveillons-nous, Humanité! Il n’y a plus de temps.

Nos consciences seront secouées par le fait de seulement contempler l’autodestruction basée sur la déprédation capitaliste, raciste et patriarcale.

Le Fleuve Gualcarque nous a appelés. Ainsi, comme tous les autres qui sont sérieusement menacés, partout dans le monde, nous devons répondre à l’appel.

La Mère Terre militarisée, assiégée, empoisonnée, où les droits fondamentaux sont violés systématiquement,  nous exige d’agir!

Construisons par conséquent des sociétés capables de coexister de façon juste, digne et pour la vie.

Joignons-nous et avec espoir, continuons à défendre et à prendre soin du sang de la terre et de ses esprits.

Fotografía: http://www.goldmanprize.org/wp-content/uploads/2015/04/2015_BertaCaceres_04.jpg
Notas [1] Integrante de Censat-Agua viva, amigos de la tierra Colombia. [2] http://www.radiomundoreal.fm/ [3] Premio Goldman es un reconocimiento a las personas más comprometidas con la protección y el mejoramiento del medio ambiente, llevando luchas que implican grandes riesgos personales. Con frecuencia, el premio lo reciben las lideresas y los líderes que promueven la sostenibilidad, tratan de influir en las políticas ambientales, luchan por la justicia ambiental y se oponen a proyectos de desarrollo destructivos,. http://www.goldmanprize.org/ [4] Lorena Cabnal, feminista comunitaria indígena maya- xinka, de Guatemala, que hace parte de la Asociación de mujeres indígenas de Santa María Xalapán (AMISMAXAJ). Esta organización promueve los derechos de las mujeres y la identidad étnica de pueblo Xinca, protege sus territorios ancestrales, y en consecuencia sus recursos naturales. http://amismaxaj.blogspot.ca/ [5] Foro público: Mujeres defensoras de la vida frente al extractivismo celebrado en Bogotá el día 18 de agosto de 2015. [6] Discurso de Berta Cáceres en el Opera House, San Francisco California al recibir el Premio Ambiental Goldman, el 20 de abril, 2015 abc

Érase y es una lucha por la vida…

Con apenas un territorio compuesto por 20 mil kilómetros cuadrados con alto nivel de vulnerabilidad, El Salvador se ha convertido en los últimos años en un manjar exquisitamente apetecible, pero difícil de digerir, para diversas empresas transnacionales mineras que pretenden extraer de su subsuelo oro y plata. No importan los chantajes, amenazas, asesinatos, marketing social, demandas millonarias, división social, y contaminación que utilicen estas empresas, la población responde con una resistencia pacífica y artística buscando parar estos proyectos de muerte de las corporaciones mineras que, cegadas por el brillo del oro y la plata, no les importa la vida de miles de hombres y mujeres que habitan en la cuenca del Rio Lempa, uno de los tesoros más importantes de la patria salvadoreña. Érase una vez una tierra con oro……erase una vez un pueblo valiente. Diez años han pasado desde el surgimiento de la resistencia anti minera en el departamento de Cabañas, El Salvador. Una fuerza que ha logrado parar a corporaciones mineras que desde los años 90s iniciaron su fase exploratoria en el Municipio de San Isidro, al norte de Cabañas con la Mina El Dorado. Vidalina Morales, Presidenta de la Asociación de Desarrollo Económico Social, Santa Marta (ADES) una de las principales organizaciones en resistencia minera, comenta que la lucha inició incentivada por las comunidades afectadas. “Una tarde, nos visitó un grupo de campesinas y campesinos preocupados por la ejecución del proyecto minero, nos manifestaron que habían acudido a la iglesia y a otras instituciones gubernamentales pero que nadie les había escuchado, vamos a ver si ustedes realmente apoyan a las comunidades nos manifestaron”. El Proyecto El Dorado, será en caso de implementarse una mina subterránea y como la mayoría de proyectos de exploración y posible explotación minera en El Salvador, está ubicado dentro de la cuenca del Rio Lempa, recurso hídrico más importante del país, y en la zona norte que coincidentemente es la región más pobre de El Salvador. Aunque en principio el proyecto de mina El Dorado estaba bajo la propiedad de Pacific Rim El Salvador (PRES) propiedad total de Pacific Rim Mining Corporation, Canadá, es actualmente administrado por Oceana Gold, de origen y capital australiano. Después de desarrollar avances en la exploración, presentar débiles Estudios de Impacto Ambiental que no daban respuesta a preguntas básicas como ¿Cuánta agua hay disponible en el sitio de explotación? y ¿cuáles serán los impactos a largo plazo en los recursos de agua subterránea?, el Estado le negó a la empresa seguir con la ejecución del proyecto. Ante esta decisión la empresa minera interpuso una demanda contra el Estado por 301 millón de dólares ante el CIADI [1], situación que agudizó aún más la fuerte resistencia social y ciudadana. El escenario se volvió adverso para PRES, obligándola a vender sus acciones y transformándose en una serie de estructuras territoriales (Fundación El Dorado y Minerales Torogoz S.A de C.V) que tratan de vender la minería como la solución a los problemas de Cabañas y de El Salvador. Y la tierra se manchó de sangre… de aquel valiente pueblo. Después de desarrollar diversas acciones de concientización, sensibilización y movilización social en comunidades de Cabañas, y de lograr posicionar el tema de defensa del medio ambiente a nivel comunitario, departamental y nacional, el escenario fue complicándose paulatinamente y la empresa respondió con amenazas y utilizando la división, el chantaje y la compra de voluntades políticas como principales estrategias para lograr sus objetivos. El Defensor y Dirigente de la Asociación Ambiental La Maraña (AALAM), Alejandro Guevara, asegura que los enfrentamientos entre líderes y trabajadores eran bastantes frecuentes en la zona cercana a la Mina El Dorado, “Un día llegaron a la Comunidad La Maraña, con una campaña de visión. La campaña estaba organizada por la alcaldía de Sensuntepeque, en Cabañas, y FUDEM, una fundación privada que brinda los servicios de consulta en Salud Visual. Ellos se aliaron con la empresa minera para ganar voluntades en la comunidad”, dijo Alejandro. Los órganos de Gobierno y otras estructuras privadas de Cabañas se aliaron con la empresa minera y dieron la espalda a la población y a las organizaciones que luchaban contra las industrias extractivas. Este escenario llevó a que organizaciones como ADES Santa Marta, CESTA Amigos de la Tierra, y La Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES) formaran en 2005 la Mesa Nacional Frente a La Minería Metálica (MNFMM), estructura que se ha fortalecido y que aglutina actualmente a 12 organizaciones de diversas partes del país que desde un claro enfoque ambientalista defienden la vida. En la medida en que la lucha por el territorio se fortalecía y las comunidades exigían su derecho a un medio ambiente sano, diversos liderazgos plantaban oposición y se posicionaban al frente de la población para acompañarle en sus justas luchas. Sin embargo, también se exponían y se volvían vulnerables a los ataques de la empresa minera que no se planteaba la opción de abandonar sus intereses de extracción del oro y de plata de las tierras de El Dorado. Quienes avanzaron adelante, se convirtieron por ello y por la incapacidad de las autoridades en brindar medidas de protección en las primeras víctimas de un proceso que se veía su explosión desde lo lejos. Marcelo Rivera, Ramiro Sorto y Dora Sorto (con 8 meses de embarazo) fueron asesinados en 2009 por defender su medio ambiente, la vida y la salud de las actuales y futuras generaciones. La mancha de sangre sigue fresca y la población sigue exigiendo justicia ante la impunidad que se viste de funcionarios públicos y operadores de justicia en el país. Pero las batallas contra la Minería se ganan en unidad Si bien el dolor por la pérdida de hombres y mujeres de valentía comprobada y compromiso con la vida ha significado el redefinir mecanismos de seguridad más adecuados para los liderazgos, jamás ni nunca ha puesto en entredicho el compromiso del movimiento ambientalista salvadoreño y de ADES en particular en avanzar en la defensa del medio ambiente y por ende de la vida. El trabajo de promoción y educación por medio giras y campañas a nivel comunitario, nacional e internacional, participación en congresos, caminatas verdes, acompañamiento e incidencia para la aprobación de una ley que prohíba la Minería Metálica, son muestras de la fuerza del movimiento pero es además una llamada constante en la búsqueda de la justicia y derrota de la impunidad en El Salvador. La legitimidad y necesidad de la lucha que se desarrolla en Cabañas y El Salvador ha permitido que instancias como la iglesia católica se pronuncien de forma contundente ante el tema, así en 2007 la iglesia en su comunicando “Cuidemos la Casa de todos”, anunciaba que “Desde esta ´perspectiva de fe deseamos compartir con ustedes nuestra visión pastoral sobre un problema que nos preocupa profundamente: la posibilidad de que se autorice la explotación de minas de metales preciosos a cielo abierto o subterráneas, sobre todo en la zona norte de nuestro país”. En 2010, la iglesia católica ratifica su posición y hacia un llamado a que “Defendamos la vida y el bien común. En él, la iglesia hace énfasis en que la explotación minera causa daños irreversibles al Medio Ambiente y a las comunidades de la región. Diversos municipios desarrollan actualmente también consultas ciudadanas con el fin de autonombrase “Territorio Libres de Minería”. La incertidumbre sin embargo persiste, la impunidad con sus sombras sigue generando temores, pero la lucha por la vida exige un posicionamiento claro de aquellos actores y actrices que desde su quehacer diario aportan y reclaman respeto a la soberanía nacional. El Salvador, enfrenta actualmente una demanda por más de 300 millones de dólares ante el CIADI y carece aún de mecanismos legales que permitan a la población tener certeza que recursos como el agua y derechos fundamentales como la vida estarán por sobre intereses eminentemente económicos y mezquinos como los que pregona y defiende Oceana Gold. La empresa minera se ramifica en estructuras territoriales que desde el marketing social y la responsabilidad social empresarial pretende mostrarse ambientalmente responsables, sin embargo y aunque las nubes de la impunidad y la injusticia se muestran constantemente, la población de Cabañas y El Salvador saben que después, vendrá el sol.
Nota [1] Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones.abc

Una alternativa desde las mujeres del Sur frente al Cambio Climático y el patriarcado

Mientras la temperatura del planeta sigue aumentando progresivamente a niveles que no esperábamos como consecuencia de la contaminación global, los problemas relacionados a la seguridad alimentaria y el abastecimiento de agua van creciendo. Los impactos extremos – inundaciones, sequías extremas, etc. - apuntan a hacer más insostenible las formas de garantizar la vida. Pero la forma en que somos impactados(as) depende de varios aspectos, uno muy significativo es: ser mujer. De los 1300 millones de pobres absolutos [1] en el mundo, el 70 % son mujeres [2] - y son los miembros más vulnerables de comunidades que, por efecto del cambio climático, son cada vez más pobres, pasen más hambre, dediquen menos recursos al cuidado de sus hijos y, finalmente, se planteen la emigración como una única salida [3]. Después de un desastre son a las mujeres a las que históricamente: “se ha hecho sentir más responsables de la reproducción de sus familias. Son las que deben garantizar que sus hijos tengan comida, a menudo quedándose ellas mismas sin comer, y las que se cercioran de que los ancianos y los enfermos reciban cuidados” [4]. Todas estas dinámicas se aplican a mujeres en Bolivia como en otros países, especialmente los del Sur Global. Lamentablemente, las investigaciones y trabajos en relación a los impactos del cambio climático en Bolivia están pocas veces relacionados a los impactos en la vida de las mujeres, sobre todo en contextos peri urbanos. Una experiencia basada en mujeres, de la cual podemos aprender muchas lecciones y nos puede inspirar para construir alternativas que no sólo respondan a los impactos del cambio climático sino también a la violencia estructural que viven la mayoría de las mujeres en este tipo de contextos, es la Comunidad María Auxiliadora, ubicada en Cochabamba, Bolivia. Una experiencia que surgió hace 15 años - en una zona agraria que ahora es parte de la mancha urbana- a partir de la iniciativa de 5 mujeres, en donde gran parte de la población se encuentra al margen de las oportunidades que vinieron a buscar, que vieron en el territorio colectivo una alternativa para enfrentar la mercantilización de la tierra, la crisis del modelo económico y la violencia que viven las mujeres. En esta zona gran parte de la población corresponde a varias generaciones de migrantes de áreas rurales de todo el país principalmente La Paz, Oruro y Potosí y en la comunidad actualmente viven alrededor de 450 familias. Los impactos del Cambio Climático en Bolivia Bolivia por su ubicación geográfica y por ser parte de las regiones tropicales de alta montaña se encuentra de manera más temprana y fuertemente impactada por el cambio climático. Bolivia está expuesta a cinco impactos principales: disminución de la seguridad alimentaria; disminución de los glaciares afectando la disponibilidad de agua; desastres "naturales" más frecuentes y más intensos; un aumento de la enfermedades transmitidas por mosquitos; y más incendios forestales. Cochabamba - donde se encuentra la comunidad María Auxiliadora - era considerado como el departamento de mayor producción agrícola y proveedor de otros departamentos del país. Los fenómenos climáticos que afectaron diversas regiones del departamento de Cochabamba, expresados en inundaciones, sequías y heladas, determinaron que el 60 % de 25.883 hectáreas de cultivos se pierdan o sufran un daño crítico [5]. Como consecuencia de estos fenómenos las tierras fértiles que siempre caracterizaron al valle de Cochabamba ahora son diferentes, la desertización y la sequía desgastaron la tierra, por tanto, los productores prefieren migrar a la ciudad, en busca de mejores oportunidades [6]. “En Pasorapa no hay agua ni para el consumo humano, lo que provoca una masiva migración a las ciudades del país y el extranjero. A diario el ganado vacuno y caprino agoniza y muere, la pérdida de cultivos de maíz, papa y otros productos es del 100%”(Entrevista realizada a Eliseo Barriga, Concejal Municipal del Municipio de Pasorapa, Pasorapa, 2010) Exclusión social, género y cambio climático: La respuesta de la comunidad María Auxiliadora "Los peligros relacionados al clima afectan las vidas de las personas pobres directamente a través de impactos en sus medios de subsistencia, reducciones en el rendimiento de las cosechas o destrucción de hogares e indirectamente a través de, por ejemplo, mayores precios de los alimentos y la inseguridad alimentaria", indica el informe.”…Para esas personas (mujeres empobrecidas…), los efectos "serán catastróficos" a menos que las emisiones puedan reducirse [7]. La gravedad de los impactos del cambio climático varían de acuerdo a dónde vivimos (vulnerabilidad geográfica), quiénes somos (género), a la clase económica y social, a nuestro origen étnico, y en qué relaciones de dominación y violencia estamos inscritos(as). Es por eso que no podemos hablar de las mujeres en general, a pesar de compartir aspectos comunes por ser mujeres, existen también muchos aspectos que nos hacen diferentes a la hora de enfrentar la violencia que vivimos. Nacer en la Zona Sur de Cochabamba (una zona periurbana empobrecida y marginalizada) por ejemplo, tiene muchas implicaciones, como relata Doña Isabel, que trabajaba como cocinera en el Apoyo Escolar de la comunidad María Auxiliadora: “Vivir en alquiler es muy difícil, estas en un cuarto chiquitito, ahí mismo comes, ahí mismo duermes, las wawas no pueden salir afuera, no pueden ir a jugar, es incómodo, la dueña muy rápido te pide alquiler, del agua, de la luz, todo hay que pagar.” La iniciativa de la Comunidad surgió frente a la violencia que viven las mujeres quienes junto a sus hijos, al no contar con una casa propia, se encontraban en desventaja para enfrentar otras formas de violencia. Lo que hizo única esta experiencia colectiva son los principios que acordaron al interior de la comunidad, dentro los más importantes es que las mujeres sean las que asuman la presidencia del directorio de la comunidad para garantizar el cumplimiento de los principios que acordaron en la comunidad, de modo que puedan combatir los principales conflictos por los que ellas atravesaron en el pasado. Otro principio fundamental es el carácter social no mercantilista de la tierra, no se puede vender, ni alquilar, y no se puede dividirla cuando una pareja decide separarse, la vivienda se queda con el (la) responsable de los niños(as), que en su mayoría son mujeres. ¿Cómo es el trabajo de la mujer en la Comunidad? Los trabajos que realizan las mujeres de la comunidad, aparte del trabajo dentro sus casas, son los peor remunerados. La mayoría de las mujeres trabajan en el sector informal como comerciantes minoristas, cocineras, trabajadoras del hogar, lavanderas por ejemplo. Vivir los impactos del cambio climático en estas condiciones implicaría más trabajo para ellas y agudizaría la crisis económica por las que muchas están pasando a pesar de al menos contar ahora con una casa propia en la comunidad. La mayoría duermen pocas horas y trabajan más de 8 horas fuera de su casa, como el caso de Doña María Eugenia, la presidenta de la comunidad, quien se trasnochaba hasta las 3 ó 4 de la mañana preparando masitas (repostería) para vender a los niños del colegio de la comunidad ya que durante el día se dedica a las actividades de la comunidad. El tiempo que invierten las mujeres en las tareas reproductivas no es remunerado y las tareas productivas son mal pagadas. ¿Que implica ser líder siendo mujer en la Comunidad María Auxiliadora? Ser líder de una comunidad siendo hombre o mujer no es igual. Para María Auxiliadora es un principio que las mujeres sean quienes lideren la comunidad, eso debido a que son las que generalmente quedan excluidas de las decisiones importantes que afectan sus vidas. Pero eso implica lidiar con varios desafíos, entre ellos contar con tiempo, que es muy escaso en su contexto. Otro de los factores, es la crítica social hacia las mujeres que asumen la responsabilidad de ser líderes. Una de las críticas es que las mujeres no deberían estar involucradas en el ámbito político, más aun si eres una madre soltera, como lo es Doña María Eugenia, que felizmente logró separarse de su pareja quien atentó incluso contra su vida. “…Me gritaban de todo porque no tenía pareja, me decían que no soy una mujer de familia, que soy una mujer que estoy buscando hombres, me insultaban, me discriminaban, incluso delante de la policía de la FELCC un hombre me ha dado un puñete, me ha golpeado a quedado detenido el hombre… ” Frente al incremento de los impactos de cambio climático, y la necesidad de adaptarse y luchar frente al mismo de manera estructural, es más que esencial el involucramiento de las mujeres desde una perspectiva que no reproduzca las mismas prácticas que generan los impactos del cambio climático y la violencia hacia las mujeres. Asumir responsabilidades en una comunidad con estas características siendo mujer en este contexto- Zona Sur- desafía el estereotipo de madre esposa por ejemplo. Enfrentando la violencia que viven las mujeres en un contexto de crisis climática La violencia que han vivido muchas mujeres en María Auxiliadora es bastante descarnada. El hecho de asignar una comisión a partir de la comunidad para intervenir en situaciones de violencia hacia las mujeres refleja el carácter político y social con el que abordan esta injusticia. Por supuesto hay más desafíos, sin embargo existen casos en donde al menos se logró distanciar a agresores altamente violentos gracias al principio de la Comunidad de la no partición ni división de partes después de la separación de la pareja: “…en otra ocasión nos pusimos a pelear, llamaron a la brigada y se lo cargaron, desde esa vez me he separado…” (entrevista a Irene Cardozo). El hecho de vivir en comunidad no sólo es una forma efectiva de frenar la mercantilización de la tierra y la vivienda y de ahorrar recursos para vivir de manera sostenible - reciclando el agua, usando baños secos, autoabasteciéndose con huertos urbanos entre otros - sobre todo en escenarios en donde los impactos del cambio climático serán cada vez mayores. También es una forma que puede enfrentar la violencia que viven las mujeres en este contexto. En la comunidad no es colectivo solamente el suelo sino el trabajo y las decisiones para enfrentar los desafíos que se les presenta. Hecho que es fundamental a la hora de enfrentar un conflicto o desastre natural además de ser una estrategia que permite ahorrar recursos que serán más escasos al empeorar los impactos del cambio climático. Organizarse de manera colectiva no es fácil pero permitió a la comunidad María Auxiliadora contar con servicios básicos, lograr construir espacios comunes de manera autogestionada y enfrentar la violencia que viven las mujeres. Es hora de que todos, hombres y mujeres, aprendamos a enfrentar los conflictos y la crisis económica, climática y la injusticia social sin someter a otros, principalmente las mujeres. Vivir mejor no sólo implica vivir de manera más sostenible, sin contaminar, sino que todo esto no recaiga en las espaldas de las mujeres sobre todo de la mayoría que es pobre. La respuesta que tienen las mujeres en la Comunidad María Auxiliadora frente a los impactos del cambio climático además de la triple violencia que se vive por ser mujer - por ser de bajos recursos, por el origen étnico, y otros problemas ya existentes - muestran una alternativa que deberíamos tomar en cuenta a la hora de enfrentar el cambio climático. “…yo digo María Auxiliadora es David vs Goliat, es individualismo vs colectivismo…” Rosa Angulo Fotografía: Carey Averbook, 2014 
Notas [1] Los pobres absolutos son aquellas personas que se pasan el día sin comer. [2] Aldunate  (2009) "Género” ¿Qué es “Género”?”: El feminismo no muerde..., Kaos en la Red [3] Efe- agencia (2013), ‘El cambio climático hace más pobres a los pobres,’ Los Tiempos, 16-11-2013, en línea: http://www.lostiempos.com/diario/actualidad/vida-y-futuro/20131116/el-cambio-climatico-hace-mas-pobres-a-los-pobres_235369_510578.html , (revisado en fecha agosto 2015) [4] Federici, (2013), pp.176 [5] Opinion(2014), Graves daños en los cultivos de Cochabamba, 07-04-2014, en linea: http://www.opinion.com.bo/opinion/articulos/2014/0407/noticias.php?id=124742  (revisado en fecha agosto 2015) [6] Mena Molina, Maria Isabel (2011), “Cochabamba atraviesa una etapa crítica en su producción agrícola”, Opinion, 20-02-2011, en linea: http://www.opinion.com.bo/opinion/informe_especial/2011/0220/suplementos.php?id=215 (revisado en fecha agosto2015) [7] Smith,  Matt (2014), “Los 10 países en mayor riesgo por el cambio climatico” , CNN, 31-03-2014,  en linea: http://cnnespanol.cnn.com/2014/03/31/los-10-paises-en-mayor-riesgo-por-el-cambio-climatico/ (revisado en fecha agosto 2015)
Bibliografía Aldunate, Victoria (2009) "Género" ¿Qué es Género?": El feminismo no muerde..., Kaos en la Red, 04-02-2009, en linea: http://old.kaosenlared.net/noticia/genero-genero-feminismo-no-muerde, (revisado en fecha agosto 2015) Federici, Silvia (2013), Revolución en punto cero, Nueva York,  Traficante de Sueños, Mayo del 2013 Hoffaman, Dirk Hoffman (2012), Bolivia en un mundo 4 grados más caliente,  Blog Cambio Climático Bolivia Oxfam International (2009), "Bolivia Climate change, poverty and adaptation", Bolivia, January 1, 2009abc

Aportes para el cambio del sistema energético

 Introducción Desde 1850 a la fecha la población mundial de multiplicó por 5,5. En ese mismo período el consumo total de energía se multiplicó por 50 [1]. Mientras hoy apenas más de la mitad de la población vive en ciudades, se espera que en el año 2050 más del 66% de la población sea urbana. En América Latina la tasa de urbanización es aún más alta, mientras en 1970 era inferior al 60%, en el 2010 rondaba el 80% y se espera que en el 2025 sea cercana al 90% [2]. De acuerdo a la Agencia Internacional de Energía (IEA) el consumo mundial de energía en el 2035 será un 47% mayor que en el 2010. Los mismos escenarios muestran un crecimiento de la cantidad de combustibles fósiles utilizados en dicho período aunque disminuya su peso relativo que bajaría de un 84 a un 79% [1]. A pesar del crecimiento exponencial del consumo de energía, este se da en un marco de fuerte inequidad. El consumo per cápita promedio de los países de la OCDE (18% de la población mundial) es más de 4 veces mayor que el de los países no OCDE (82% de la población mundial). Entre los extremos esta diferencia es superior a 50.  Más de 1400 millones de personas en el planeta no tienen acceso a la electricidad [1]. La producción de energía primaria en América Latina es un 20% mayor al consumo, esta diferencia marca las exportaciones fuera de la región, básicamente en forma de petróleo crudo. Del total de la producción de petróleo de la región el 40% es exportado. Por otro lado la región es un importador neto de derivados de petróleo [3]. Además de la exportación de energía de manera directa, América Latina es un exportador de energía virtual incorporada en comodities y productos semielaborados o elaborados. Solo el 15% de toda la energía que se consume en América Latina corresponde al sector residencial. En América Latina más de 30 millones de personas no tienen acceso a la electricidad y más de 80 millones de personas cocinan con biomasa en condiciones que afectan a su salud. Los sectores más pobres pagan por la energía una proporción mayor de sus ingresos que los sectores más ricos [4]. Millones de personas son las desplazadas y afectadas en América Latina por obras de infraestructura energética. Al mismo tiempo, el de la energía es un negocio floreciente para un importante sector empresarial. Que debería cambiar Hoy sabemos que el consumo de combustibles fósiles podría seguir creciendo. Es lo que alientan los pronósticos, escenarios y deseos de las instituciones asociadas a la industria fósil. Los impactos sobre la sociedad y los ecosistemas resultarían inconmensurables. Sin dudas el problema central no es la existencia o no de combustibles fósiles sino la necesidad de establecer cuotas decrecientes de su uso en un proceso de transición hacia otras fuentes de energía y mecanismos socio-técnicos de adecuación, que nos permitan superar la emergencia climática. Pero el necesario cambio de la matriz energética, entendida como la estructura de fuentes de energías utilizadas es solo un aspecto del problema energético. El sistema energético no se reduce a la producción-consumo de determinados volúmenes físicos de energía, sino que el sistema incluye las políticas públicas, los conflictos sectoriales, las alianzas geopolíticas, las estrategias empresariales, los desarrollos tecnológicos, la diversificación productiva, las demandas sectoriales, los oligopolios, la relación entre energía y distribución de la riqueza, o la relación entre energía y matriz productiva, las relaciones con la tecnología, etc. El sistema energético se configura como un conjunto de relaciones que vinculan al sistema humano entre sí, con la naturaleza y que se encuentran determinadas por las relaciones de producción existentes [5]. Desde este punto de vista, el sistema energético mundial se podría caracterizar por una serie de elementos a destacar como ser:
  • Alta concentración respecto a la propiedad y manejo de los recursos energéticos convencionales.
  • Altos niveles de conflictividad alrededor del acceso a las fuentes energéticas.
  • Fuertes impactos sobre las poblaciones afectadas por toda la cadena de exploración, extracción, transformación y uso de la energía.
  • Altos impactos ambientales sobre la biodiversidad en zonas rurales y urbanas.
  • La utilización de las fuentes convencionales de energía son causantes de las dos terceras partes de las emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Los impactos de las grandes obras de infraestructura energética, en todos los eslabones de su cadena, sobre los territorios, la biodiversidad y las comunidades afectadas.
  • Las inequidades relacionadas a las características de apropiación de la energía y sus beneficios en toda la cadena productiva.
  • La apropiación privada y con fines de lucro de los bienes y servicios energéticos. La mercantilización de las cadenas energéticas en todas sus etapas.
  • La ausencia de la participación ciudadana en la construcción de las políticas energéticas y sobre todo en la posibilidad de decidir sobre los usos del territorio son una característica inherente al sistema energético vigente.
En este marco el cambio de la estructura de fuentes de producción de energía resulta ser una condición necesaria pero no suficiente a la hora de pensar en un cambio en la realidad energética. Sin dudas, el corset que significa el hecho de que las políticas energéticas sean una política sectorial de las políticas de desarrollo establece algunos límites a la hora de pensar el cambio del sistema energético sin modificar el modelo productivo. Sin embargo existen espacios para el desarrollo de reformas y cambios estructurales que permitan avanzar en otro sistema energético. Ejes para pensar un cambio del sistema energético El desafío para cambiar el sistema energético requiere de un abordaje transdisciplinario y complejo del problema. Este es un espacio que debemos construir entre los diferentes sectores de la sociedad. Un abordaje integral debiera incluir entre otras cuestiones el necesario proceso de desmercantilización del sector energético, el desarrollo de estilos de satisfacción de necesidades humanas con menos materia y energía, el abordaje del debate acerca de la renovabilidad y la sustentabilidad de las fuentes energéticas y el rol de la energía en un proceso de redistribución de la riqueza [6]. A diferencia de otras políticas sectoriales, las políticas energéticas son, en la mayoría de los casos, delegadas en los Estados nacionales. Por lo tanto las mismas tienen una fuerte impronta de concentración y centralización. Si sumamos a esto la preocupación de los Estados nacionales solo por el abastecimiento, sin prestar atención a las características del consumo y otras dimensiones de las políticas energéticas, se configura una situación preocupante. También debemos realizar el análisis en un contexto continental fundamentalmente urbano, en el cual son pocas las experiencias de desarrollo de políticas energéticas locales. La concentración de las políticas energéticas en manos de los Estados nacionales y dentro de estos en círculos de “especialistas” configura una preocupante situación de la falta de debate alrededor del desarrollo de las mismasque quedan restringidos a sectores de elites del gobierno, algunas consultoras y expuestas al intenso lobby de los sectores empresariales interesados en el área. No solo es posible, sino necesario, avanzar en la democratización y descentralización de las políticas energéticas. El desarrollo de espacios abiertos, conformadas por los gobiernos locales pero también por actores sociales, sindicales, educativos, permitirían la apropiación por parte de la ciudadanía del comando sobre las políticas energéticas. Concebida, la energía, no solo por los aspectos físicos, sino por sus consecuencias sociales, ambientales y políticas. Estos espacios democráticos presuponen formación y debate para la toma de decisiones. Persiguen a su vez la idea de incorporar a la energía en los debates transversales diversos como la eliminación de la pobreza, el sistema de transporte urbano, los códigos de edificación, las políticas de residuos, la eficiencia, las modalidades del comercio, temas todos en los cuales la energía es un protagonista hoy silencioso y que debemos lograr explicitar. El futuro deseado Como fue expresado los escenarios futuros desarrollados desde el status quo energético solo auguran crecimiento de la producción y más fósiles, un futuro a todas luces incompatible con la supervivencia y la equidad. En este contexto es posible avanzar en el desarrollo de escenarios para una transición energética que dispute los escenarios técnicos convencionales. En este caso, nos referimos a escenarios que, basados en la aceptación de los límites al desarrollo en un marco de inequidad, visualicen senderos de reducción en el uso de energías y emisiones y el incremento de la participación de las energías renovables sustentablemente. El desarrollo de escenarios distintos al tendencial es una de las tareas pendientes y todo indica que no serán construidos, salvo algunas excepciones, desde los espacios convencionales; son parte de los desafíos que se presentan. La mirada convencional intenta primordialmente garantizar una oferta suficiente ante una demanda creciente. La transición energética Un camino de transición energética plantea estrategias diversas, etapas que se solaparán, procesos que aún no conocemos. Seguramente serán procesos en los cuales se superpongan reformas con procesos de cambios estructurales. En este largo camino se presentaran tareas permanentes o de largo plazo al mismo tiempo que tareas aparentemente “técnicas”. De la capacidad de involucrar a la sociedad en su conjunto en los debates energéticos dependerán en parte los logros que se obtengan. Pensar en una transición presupone poder tener en claro un diagnóstico, acordar al menos que es lo que nos parece incorrecto en el desarrollo energético, cuales son los aspectos críticos y comenzar a partir de allí a fortalecer las alternativas planteadas y disputar su centralidad. Otro déficit se asocia a la falta de debate alrededor de las políticas energéticas desde una concepción como la que planteamos. Los actores habitualmente involucrados son los afectados por obras energéticas, que en su afán por evitar la ocupación de sus territorios, realizan el esfuerzo de pensar alternativas. Se hace necesario poder incorporar en la transición a otros actores sociales de manera de disputar la construcción de las políticas energéticas a los lobbys establecidos. Esto requiere ampliar el debate, aspecto esencial para un desarrollo cabal de las alternativas y construir alianzas de diverso tipo. La transición tiene procesos urgentes y de largo plazo superpuestos. Entre algunas de las muchas acciones que deberíamos trabajar encontramos:
  • Implementación de mecanismos de eficiencia energética que se asocien a la disminución absoluta y no relativa del consumo de energía.
  • Incorporación de energías renovables sustentables de manera efectiva en la matriz energética.
  • Intervención por parte del Estado a fin de corregir las “anomalías” de mercado.
  • Determinación de restricciones y planes de eliminación progresiva de fuentes no renovables y no sustentables de energía.
  • Fortalecimiento del rol del Estado como ejemplificador en el uso de las energías.
  • Reforma de los sistemas de subsidios a las fuentes fósiles y la industria extractiva.
  • Promoción del debate sobre la viabilidad del actual modelo productivo.
  • Construcción de herramientas que fortalezcan la concepción de energía como derecho.
  • Fortalecimiento de pautas de consumo de bajo contenido energético y restricción de consumos excesivos.
  • Acceso a los bienes energéticos y sus servicios en condiciones dignas.
  • Desarrollo de políticas energéticas locales, comunales, municipales, provinciales, etc.
  • Incorporación en el análisis de las políticas de desarrollo de la variable energética.
Al decir de Enrique Leff [7] el problema pasa por “¿Cómo desactivar el crecimiento de un proceso que tiene instaurado en su estructura originaria y en su código genético un motor que lo impulsa a crecer o morir? ¿Cómo llevar a cabo tal propósito sin generar como consecuencia una recesión económica con impactos socioambientales de alcance global y planetario?”. Es necesario construir otra economía que garantice la preservación de los ciclos naturales, que aborde cíclicamente los procesos. Es necesario rediscutir los mecanismos y formas a través de los cuales satisfacemos nuestras necesidades. Pero no hay dos tiempos. Es necesario avanzar en la lucha contra la pobreza, contra la indigencia al mismo tiempo que se construye otra economía y otro modelo productivo. Lo que está claro, es que el neodesarrollismo instaurado en la región no podrá en ese marco resolver el tema de la energía y tampoco el de la gente. Fotografía: Jennifer Galewsky, 2015
Notas [1] Hughes, J. D. (2013). Perfora, chico, perfora. (M. P. Lorca, Trad.) Santa Rosa, California: Post Carbon Institute. [2] ONU-Habitat. (2012). Estado de las ciudades en América Latina y el Caribe 2012. Rumbo a una nueva transición urbana. Naitrobi: ONU-Habitat. [3] BP. (2011). BP Statistical Review of World Energy. Recuperado el Junio de 2012, de http://www.bp.com/statisticalreview [4] CEPAL. (2009). Contribución de los servicios energéticos a los Objetivos del Milenio y a la mitigación de la pobreza en América Latina y el Caribe. Santiago de Chile: LC/W.281. [5] Bertinat, P., Chemes, J., & Arelovich, L. (2014). Aportes para pensar el cambio del sistema energético. ¿Cambio de matriz o cambio de sistema? (H. I. Crespo, Ed.) Ecuador Debate (92), 85-102. [6] Bertinat, P. (2013). Un nuevo modelo energético para la construcción del buen vivir. En M. Lang, C. Lopez, & S. Alejandra, Alternativas al capitalismo/colonialismo del Siglo XXI (ISBN 978-9942-09-127-7 ed., págs. 161-188). Quito: Abya Yala. [7] Leff, E. (1998). Saber ambiental: Sustentabilidad, racionalidad, complejidad, poder. Méjico: UNAM-PNUMA.abc

Extractivismos y mujeres en América Latina: el ecofeminismo latinoamericano

Introducción América Latina es un continente que desde la época de la colonia hasta el día de hoy se ha caracterizado por ser exportador de recursos naturales. Desde metales preciosos hasta la soja, no hay diferencia, América Latina exporta Naturaleza. Después de tanto tiempo, muchos de los recursos de mejor calidad se agotaron, y por ello las actividades de extracción se mueven hacia nuevas regiones, se adentran en bosques tropicales, o explotan yacimientos de menor calidad. Esta situación se ha agravado por los llamados extractivismos, que incluyen a actividades como la megaminería, la explotación petrolera, el fracking o los monocultivos de exportación. Todas ellas son actividades de alto impacto social y ambiental, y buena parte de sus efectos son todavía más intensos para las mujeres. A su vez, las mujeres hacen aportes sustanciales para proponer otro tipo de relación frente a la Naturaleza. Esta participación destacada de las mujeres ante distintos emprendimientos extractivos está promoviendo un creciente interés en distintos abordajes de lo que podría calificarse como ecofeminismos en sentido amplio. El propósito de este artículo es examinar algunas de esas relaciones, aprovechando abordajes teóricos que se han originado en distintos continentes, articulándolos con algunas experiencias concretas en América Latina. La relevancia de los ecofeminismos  La incapacidad para detener la destrucción ambiental e ignorar las claras señales de deterioro deviene de una concepción, de origen cultural fuertemente enraizada, de concebirnos a nosotros, los humanos, como separados de la Naturaleza. De esta dualidad, es que se generan políticas económicas, modos de producción y medidas de conservación que no han logrado parar la destrucción ambiental, ya que son generadas bajo preceptos antropocéntricos. Cuando ocurre algún desastre ambiental, son las mujeres y los niños los más afectados por los impactos negativos (Karen J.Warren, 1996, Anke Stock, 2012). También es común ver que en general son las mujeres las que se mantienen sin ceder ante las falsas “soluciones” que las empresas brindan, como por ejemplo las compensaciones económicas. Dentro de los feminismos, hay varias corrientes de pensamientos que analizan y generan teorías acerca del nexo que une los destinos de las mujeres y de la Naturaleza. A estos tipos de feminismos, que consideran que la desigualdad de género y la destrucción de la Naturaleza  tienen un origen común, se los denomina ecofeminismos. El término “ecofeminismo” fue utilizado por primera vez en 1974 por la feminista francesa Françoise d’Eaubonne para señalar el potencial que las mujeres podrían tener en una revolución ecológica (Mary Mellor, 2000). Desde entonces el término ha sido utilizado por varias feministas (en general provenientes del hemisferio norte), y se ha convertido en una postura de pensamiento plural (Warren, 1996). Algunas corrientes sostienen que las sociedades actuales, en su gran mayoría, se insertan en estructuras patriarcales, jerárquicas, bajo relaciones de dominación sobre las mujeres y la Naturaleza. Otras ecofeministas, en cambio, le dan más trascendencia a la construcción occidental de una cultura que se basa en dualismos que son opuestos, exclusivos y que además están jerarquizados y sobre cuya base se generan los conceptos de mujer y Naturaleza. Allí también están ancladas las posturas utilitaristas que justifican desmembrar la Naturaleza, o la obsesión economicista con aprovechar el entorno para asegurar el crecimiento económico. Son posturas que por cierto no son exclusivas de varones, sino que en la actualidad también defienden muchas mujeres. En América Latina, si bien no suele usarse el término “ecofeminista”, el componente ambiental fue incorporado tempranamente en la agenda feminista. En particular, desde movimientos feministas indígenas que entienden que sus derechos como mujeres no pueden ser alcanzados sin el respeto hacia sus derechos colectivos y hacia sus territorios, incluyendo desde allí,  la temática ambiental (Elizabeth Friedman, 2014/15). Sin embargo, en la actualidad, la Red Latinoamericana de Mujeres en Defensa de los Derechos Sociales y Ambientales se reconoce activamente como ecofeminista (figura1). Dicho de otro modo, explícito o no, el ecofeminismo está presente, en las prácticas y en sus sentidos, pero no necesariamente se usa esa etiqueta. Mujeres y extractivismos La economía feminista planeta que hay un paralelismo fuerte en la manera en que se relacionan la economía con la Naturaleza y la economía con las mujeres, y es por esto que pensar en el cómo se tejen estas relaciones debería ser crucial para una nueva economía ecológica. Mujeres y Naturaleza reciben el mismo trato por parte de la economía ortodoxa, es decir, son invisibles, vistas como recursos para la satisfacción masculina, pensadas como autoregenerativas, pasivas y como objetos subordinados a la voluntad del varón/humano. El modelo de economía es masculino, autónomo, racional y con intereses propios, donde toda interdependencia y emoción es excluida. Se sobrevalora una neutralidad valorativa y temas de ética, o cualquier discusión referida a otros son estrictamente evitados (Julie Nelson, 2009). Las perspectivas económicas convencionales celebran los indicadores de crecimiento económico, de aumento de las exportaciones o de ingreso de inversores. Esta es una de las razones por las cuales en América Latina se han difundido los extractivismos (Gudynas, 2015). Los ejemplos más conocidos son los records en exportaciones de minerales, el avance de la soja, o el ingreso de las petroleras en la Amazonia. A su vez, los impactos sociales y ambientales de esas actividades no son contabilizados por las disciplinas económicas convencionales, y pasan desapercibidos. Cuando un emprendimiento extractivo irrumpe en una comunidad, se suceden una serie de procesos de carácter retroalimentativo donde el ambiente y las mujeres son negativamente afectados (Colectivo Casa, 2013). Los motivos pueden ser varios, pero entre los más comunes se presentan la perdida de acceso a fuentes de recursos de subsistencia básica (Mellor, 2000), problemas de salud, aumento del alcoholismo y de la violencia física y de abusos sexuales (Wanaaleru, 2014). El Colectivo Casa (2013) llevó a cabo una investigación en diez comunidades bolivianas donde existen conflictos ambientales activos con empresas mineras. Si analizamos como cambia el status social de las mujeres desde comunidades que se sostienen en base a una actividad sustentable,  a aquellas donde la actividad económica central ha pasado a ser la minería, se observa un gradiente creciente de degradación tanto de la Naturaleza, cómo de la situación de las mujeres y de los trabajos desempeñados por ellas. El rol de las mujeres frente a los extractivismos En la sección anterior vimos como la implantación de un emprendimiento extractivista desencadena una serie de hechos complejos e interconectados que devienen en un deterioro de la Naturaleza y descenso de la calidad de vida de las personas y de las mujeres en particular. El contexto imperante de distribución social del trabajo, hace que los varones tengan más predisposición a aceptar la implantación de emprendimientos extractivistas y a tolerar impactos negativos en el ambiente a cambio de algún tipo de compensación como los son las económicas o promesas de empleo. De esta manera, se crea un patrón general donde son mayoritariamente las  mujeres las que se oponen a los emprendimientos de este tipo, mientras que los varones son tentados o forzados socialmente a aceptar trabajos asalariados dentro de la misma empresa para cumplir con su rol asignado. Desde la experiencia de CLAES (Centro Latino Americano de Ecología Social) hemos visto que en algunos sitios las mujeres reaccionan de manera distinta que los hombres cuando los ambientes donde viven se ven contaminados o amenazados. Por ejemplo, una lideresa indígena, en Bolivia, señalaba que las mujeres son las que “sienten que la contaminación nos entra por todos lados, sobre todo cuando estamos gestando. Los hombres llegan sucios de la mina y se bañan y ya está” [1]. En este testimonio se observan ideas de conexión, entendiendo que el ambiente nos afecta y nosotros afectamos al ambiente, y también  hay una preocupación por las consecuencias, más allá de la mujer en sí misma, que la contaminación pueda estar generando en otras vidas. Existe una conciencia de conectividad, desde y hacia la Naturaleza, que genera un sentir de responsabilidad. Finalmente, se reconoce un sentido de vulnerabilidad, al aceptarse que no se tiene un control completo, es decir una simple acción (bañarse) no basta para eliminar la contaminación.  Todo esto crea diferencias sustanciales entre una visión de carácter femenino respecto a la impostura patriarcal, que concibe la vulnerabilidad como una debilidad negativa. El punto de vista de las mujeres será entonces trascendental si se quiere abandonar los modelos de desarrollo tradicionales (que son masculinos en sus características) y fortalecer políticas y economías que pongan en el centro la vida. Extrahecciones Teniendo en cuenta lo descrito en la sección anterior y recordando que los extractivismos sólo son posibles si se concibe a la Naturaleza como un conjunto de recursos de los que el humano puede hacer uso a su antojo, sosteniéndose el dualismo humano/Naturaleza creo conveniente presentarles el concepto de extrahección descrito por Gudynas (2013). Según el autor, extrahección sería la “apropiación de recursos naturales impuesta con violencia y quebrando el marco de los derechos humanos y de la Naturaleza” La  extracción de recursos naturales de carácter constante e histórico en el continente ha hecho que para el mantenimiento de los modelos actuales de desarrollo, que en América Latina están solventados por la exportación de Naturaleza, sea necesario aumentar la intensificación de la extracción. En una Naturaleza que ya está degradada con poblaciones locales muy impactadas, cada vez más a menudo deben violarse los derechos humanos y de la Naturaleza (entendidos como Gudynas, 2014) para que pueda implantarse un emprendimiento extractivista. El impacto provocado ha llegado a un límite tal que las consecuencias sociales y ambientales ya no son toleradas y no hay negociación posible. Conclusión He escrito este artículo con la intención de dar a conocer, desde una visión femenina,  algunos aspectos actuales de la crítica realidad ambiental de América Latina.  Pero sobre todo he buscado enfatizar el papel trascendental que desempeñan las mujeres en los conflictos ambientales y en la búsqueda de soluciones. Rol que ha pasado sistemática e históricamente desapercibido. Ya sea por una cuestión cultural o biológica, algunas mujeres poseen un entendimiento más amplio de las relaciones y responsabilidades que como humanos tenemos para con la Naturaleza, llevándolas a adoptar una postura más biocéntrica. Poder, como humanos, reconocernos como vulnerables al estado del ambiente, está muy lejos de ser una debilidad, sino que es una de las fortalezas más importantes ya que deviene de una conciencia real de nuestra profunda interdependencia con la Naturaleza. Entender este punto será trascendental si queremos empezar a construir  economías y políticas más femeninas, donde se ponga en el centro la vida y por lo tanto los derechos de las personas y los derechos de la Naturaleza. Fotografía: L’association « Red Latinoamericana de Mujeres en Defensa de los Derechos Sociales y Ambientales » qui dit NON aux extractivismes (Sixième rencontre de l’association, Quito, juillet 2015)
Nota [1] Entrevista de la autora. Cochabamba, Bolivia, 12 de noviembre 2014.
Bibliografía Colectivo CASA (Colectivo de Coordinación de Acciones Socio Ambientales) (2013) Minería con “M” de machismo Madre tierra con “M” de mujer. Percepciones femeninas sobre los impactos ambientales y los conflictos con la minería en comunidades indígenas campesinas (sistematización de diez casos). Colectivo CASA, Oruro. Gudynas, Eduardo (2013) Extracciones, Extractivismos y Extrahecciones. Un marco conceptual sobre la apropiación de recursos naturales. Observatorio del desarrollo CLAES, 18: 1-18. Gudynas, Eduardo (2014) Derechos de la naturaleza y políticas ambientales. Plural editores, La Paz. Gudynas, Eduardo (2015) Ecología, economía y política de un modo de entender el desarrollo y la Naturaleza. CEDDIB y CLAES, Cochabamba. Mellor, Mary (2000) Feminismo y ecología. Siglo Veintiuno, México D.F. Nelson, Julie A (2009) Between a rock and a soft place: Ecological and feminist economics in   policy debates. Ecological Economics, 69:1-8. Stock, Anke (2012) El cambio climático desde una perspectiva degénero. Policy Paper 18. Frederich Elbert Stiftung, 31pp. Warren, Karen. J.(1996). Ecological feminist philosophies: An overview of the issues. Indiana University Press [En línea]. Consultado el 2/11/2014, disponible en: http://www.vedegylet.hu/okopolitika/Warren%20- %20Ecofeminism%20Overview.pdf Wanaaleru (2014) Comunicado sobre la situación de las Mujeres Indígenas del Municipio Autana. Wanaaleru, [En línea]. Consultado el 17/2/2015, disponible en: https://wanaaleru.wordpress.com/2014/12/11/comunicado-sobre-la-situacion-de-las-mujeres- indigenas-del-municipio-autana/abc

Canto de la tierra radiada

Soy  la montaña herida, el  bosque  erosionado; El rio que sólo canta la historia de los niños que alguna vez se bañaron en él. Soy  la madre que ve a sus hijos divididos, quien sueña que un día, como antes todo esto sea como  alguna vez fue: Un pueblo…¡La fiesta! La  minga y el  tequio, el corazón abierto y la comida compartida. Cerro, montaña,  bosque, un rio lleno de vida. Un lugar sin la maldición del  oro, del  cobre, el uranio. Nuestra casa sin sabor a metal, ni  a codicia extranjera. Soy  la tierra que escupe la sangre de sus hijos enfermos, Quien  grita la historia De mil pueblos  fracturados por la palabra avaricia Soy la tierra radiada extraída, violada Soy la tierra mi-na-da Soy  la naturaleza entera gritando: ¡Que  ustedes no son bienvenidos! En esta casa, en este vientre sagrado, sólo hay lugar para la esperanza Esta no es su casa señores de la cara doble Es la casa del balam; Un rebozo de plumas y un nido de agua Es el tibio refugio de las hormigas, la jicarita fresca  para guardar la lluvia y el nido de las aves migratorias Canto aquí hoy, yo: la  Tonantzin,   la  pacha mama la cuna, el ombligo de tierra; el  juego  de las niños y la  trenza de la abuela Yo, la mujer  del pueblo, el agua que alimenta y no el  veneno mortal que traen sus sucias lenguas y sus muertos corazones Yo, Tonantzin, la mujer, la del vientre y las semillas; la del canasto de flores, cantaré la historia de las manos que se unen y resisten Cantaré una vez mas, hasta que esta vuelva a ser casa la casa del venado, del jaguar y los niños vuelvan a jugar en el río.   Escrito para  la manifestación contra la minería a cielo abierto, llevada a cabo el lunes 23 de mayo de 2011 en Montréal , Canadá. Revisitado para el Tribunal Permanente de los Pueblos sobre la Industria Minera en Montréal, Canadá; en junio. De 2014.abc